¿Recuerdas ese juego que te acompañó durante una época difícil en tu vida? Seguro que tienes más de un título que recuerdas con cariño ya que fue lo más fiel que tuviste al lado. Las historias ajenas con las que has empatizado en algún momento de tu vida siempre se quedan como recuerdo. A mí me ocurre con un título en especial, The Witcher 3, se convirtió en mi refugio personal durante bastante tiempo. El carisma de sus personajes, la belleza de su mundo y las horas de historia de las que goza el título de CD Projekt RED fueron un viaje que hacía más cálido el exterior. Y muchos dirán que, tal vez, no sea lo más adecuado «esconderse» en un mundo irreal pero a veces no sale otra cosa y necesitas que un pedazo de ti se evada de la realidad de esa manera.
Por el contrario, también, existen juegos que asocio con un mal momento o un mal recuerdo. Juegos a los que mientras jugaba no me proporcionaban el nivel de evasión necesario y que asocio a malos momentos, que más que compañeros se convierten en reflejo de un mal recuerdo. En mi caso, Batman Arkham Knight es ese juego, una especie de alergia se apodera de mí cada vez que lo veo o recuerdo sus escenas, de hecho no llegué a terminarlo porque asuntos externos se hacían eco a través de las calles de Gotham, en ese momento, Batman era más un villano que un héroe al rescate.
Pero siempre prima el recuerdo de ese momento en el que llegas a casa, completamente harto del mundo, enciendes la tele y la consola y hay otra realidad a tu alcance, un lugar en el que puedes resolverlo todo a tu manera, tal y como deseas que sean las cosas. Si te gustan los videojuegos, es muy posible que te sientas identificado con estas palabras. Incluso yo, al escribir sobre ellos y saber que formo parte de su universo, dando mi opinión de una manera constructiva, hacen que me sienta a salvo. Los videojuegos siempre me han hecho sentir que formo parte de algo que, además, es mi sitio.
Y tú, ¿de quién eres?
Sin embargo, parece que en los últimos años nos hemos dedicado a atacar a desarrolladores y editoras con cada paso que han dado y que están dando en la actualidad. Cada juego que sale al mercado es criticado duramente, las guerras entre seguidores de Sony o de Microsoft son, sin duda, un hecho preocupante. Hemos convertido lo que es un método de evasión en un conflicto en nuestras vidas y de lo que se sacan discusiones e infinitas faltas de respeto. Es obvio que cierto odio ha echado raíces en el sector y que el “fanboyismo” gobierna nuestras opiniones. Parece necesario escoger un bando, posicionarse y defender una marca hasta la muerte, eso no son los videojuegos. Estamos perdiendo el norte y olvidando la esencia de este medio de entretenimiento que tantos buenos ratos nos regala.
“Eres un sonyer”, “menudo fan de Microsoft estás hecho”, esto es típico diariamente en las redes sociales o los foros, cada vez son más los usuarios que deciden fomentar el odio hacia algo, simplemente, porque no es “su marca”. Es curioso como parece que una empresa nos dé de comer cuando somos los que deberíamos decidir si su producto merece la pena o no está hecho para nosotros. Cada vez que sale algo nuevo es criticado hasta la saciedad, las compañías ya no se arriesgan como deberían por el miedo a la crítica aniquiladora de la que todos somos partícipes. “Mi consola tiene unos fps más estables que esa otra”, los videojuegos se han convertido en números, en cifras de estabilidad y de pixels, ya da igual la historia que se presente o si los personajes son reflejo de algo en nuestra existencia.
Grim Fandango es el juego de mi vida, no tengo ni idea de los fps que tiene, ni de su resolución, ni de la estabilidad de la que hace gala. Sus personajes, diálogos, ambientación y trasfondo son únicos y los recuerdos que guardo de él van más allá de cualquier cifra. Es una aventura gráfica, ahora se le llama “simulador de pasear” o “simulador de hablar”, Hollywood Monsters de Pendulo Studios, desarrolladora española, es un “simulador de hablar”.
Lo que me han proporcionado esos juegos no puede superarlo el multijugador de Call of Duty o alguna de sus últimas “campañas”. Creo que ciertas compañías le guardan tanto miedo al cambio de fórmula que acaban por ofrecer siempre lo mismo ya que funciona y vende en masa. Innovar sería perder seguidores, ganar críticas, si funciona para qué vas a cambiarlo. Todo eso es culpa nuestra, parece que exigimos mucho pero a la hora de la verdad, siempre caemos en la misma trampa.
Es vital que nos hagamos disfrutar de los videojuegos y del mundo que les rodea. Que volvamos a ilusionarnos porque nuestra saga o franquicia favorita va a recibir una nueva entrega, aunque a veces dé miedo pensar lo que puede salir de ahí. Que probemos antes de opinar, que no matemos algo nuevo antes de que empiece su ciclo, somos un prejuicio constante. Los videojuegos me han salvado la vida muchas veces y seguro que a ti también, de otra manera, no estarías leyendo todo esto y dándome la razón o pensando que no digo más que tonterías.