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Amy Henning - La ex de Naughty Dog critica los desarrollos AAA

Luis López Zamorano

La industria del videojuego está dominada por los que llamamos juegos AAA. Estos juegos se caracterizan por tener un gran presupuesto para su desarrollo y por estar creados, en su gran mayoría, por grandes estudios. Uno de los grandes estudios que siempre ofrece aclamados juegos triple A es Naughty Dog y hoy, Amy Henning, ex-directora creativa de la compañía, ha hablado de cómo se trabaja en estos títulos, criticando duramente el procedimiento durante su desarrollo.

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“Durante todo el tiempo que trabajé en Naughty Dog”, comenzaba a explicar Amy Henning en una declaraciones recogidas por el portal WCCFTech, “probablemente trabajé una media de 80 horas a la semana. Hubo algunas excepciones en las que era como 'está bien, vamos a tomarnos un par de días de descanso', pero más o menos se trabajaba siete días a la semana unas 12 horas al día”.

“Gran parte del equipo estaba allí”, continuaba explicando la ex de Naughty Dog. “Hay personas que nunca van a casa y no ven a sus familias. Tienen hijos que están creciendo sin ellos. No tuve mis propios hijos. En cierto modo, yo elegí mi carrera y pude haber tomado medidas. Cuando hacía estos sacrificios, ¿afectaba a mi familia? Sí, pero me estaba afectando a mí principalmente y pude tomar la decisión de irme de la compañía. Pero cuando miro a otras personas...”.

“Mi salud disminuyó mucho y tuve que cuidarme porque estaba realmente mal. Había gente que se desmayaba o que tenían que irse a hacer análisis cuando los juegos ya estaban acabados. Incluso algunos que se divorciaban. Eso no está bien para nada. Nada de eso vale la pena”, sentenciaba.

Acto seguido, Henning continuó diciendo que no le extrañaba que cada vez sean más los grandes creativos que deciden abandonar los desarrollos AAA para formar sus propios estudios independientes y tener así más libertad creativa y un mejor entorno en el que trabajar. Y es que, la ex de Naughty Dog lo tiene muy claro: “No deberíamos alabar los juegos que se remojan en la sangre de las personas que los crean”.

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