No todas las películas que llegan a la cartelera hay que tomárselas al pie de la letra ni totalmente en serio. Hay una gran cantidad de filmes que son solo burlas o parodias de otras (Híncame el diente o Scary Movie son claros ejemplos) y que tienen una misión importante para el espectador: divertir y hacer reír, lo malo ocurre cuando algunas quieren ser tomadas muy en serio y resultan ser una burla.
Si una película como Sharknado que es una loca aventura de tornados y tiburones, cuenta con una legión de fans en todo el mundo y está a punto de estrenar su cuarta parte; ¿por qué Giant Monster Mono no va a conseguirlo? Sin pretensiones ni grandes efectos especiales, la película japonesa solo quiere divertir y hacerlo pasar bien, aunque sea por la burla de sus propios decorados.
De esta manera nace Giant Monster Mono, una cinta japonesa que se estrenará en sus pantallas en el mes de julio y recuerda al cine más cutre de hace años. Su premisa se centra en Mono es un engendro enorme, un bicho feo de esos que debes matar y parece sacado de la peor versión de villanos de los Power Rangers. Para hacer frente a este monstruito que destruye todo a su paso no recurren a los típicos superhéroes que llevan colores chillones, tienen poderes y viste mallas como hubieran hecho en Estados Unidos; prefieren realizar un experimento para convertir a un titán humano en un gigante para derrotarle.
La cinta japonesa se ríe de sí misma con esos decorados que parecen cajas de cartón, con esa ambientación tan poco cuidada y se sirve de Kota Ibushi para aumentar su caché (o intentarlo). Kota Ibushi se transforma en la esperanza humana siendo un wrestler muy conocido en su país, algo así como la versión Pressing Catch asiática.
Con esa absurda y tonta sinopsis que bien podría estar sacada de las primeras películas del cine, se presenta Giant Monster Mono. Detrás de las cámaras tenemos al director Minoru Kawasaki, muy conocido por llevar a cabo otras locuras muy similares a estas como Executive Koala o The Calamari Wrestler.
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