Todo lo que orbita en torno a Escuadrón Suicida en la última semana parece destinado a levantar polémica. Que si la crítica vapulea la calidad de la cinta, que si David Ayer insulta a Marvel, que si han eliminado escenas del Joker... Desde Warner deben pensar que han sido presa de un mal de ojo, en lugar de hacer autocrítica por tropezar dos veces con la piedra de los recortes de metraje. Pues bien, Ben Affleck ha aparecido públicamente en la premiere de Escuadrón Suicida en Londres y se ha levantado un revuelo monumental por su aspecto físico. Más concretamente, por su rostro, que muchos consideran que ha pasado por alguna operación estética.
Marcarse un Renée Zellweger ya está aceptado mundialmente como sucedía con Homer y su acepción en aquel famoso capítulo de Los Simpsons -ya sabéis, tener Homer: tener potra-, y ahora parece que Ben Affleck se ha apuntado al carro de las correcciones estéticas. Al menos así se ha decidido por unanimidad: "tiene el rostro más hinchado, sin arrugas", aseguran.
Lo cierto es que, a opinión de un servidor, el bueno de Affleck puede estar un poco subido de peso respecto a cómo estaba hace unos meses, agotado ante tanta importancia para los medios y más que estresado con las últimas noticias que llegan para el Universo DC. ¡Ah! Recordad: es Batman.
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