Microsoft Studios ya puede sentirse orgullosa de disponer de los derechos de Gears of War, una de las sagas más importantes para Microsoft durante la anterior generación de consolas. La franquicia toma un nuevo rumbo en manos de sus nuevos dueños, que han dejado su próximo juego en manos del estudio de desarrollo Black Tusk. Gears of War es una IP que ha recaudado más de un billón de dólares (mil millones) durante toda su vida, un dato que podría aproximarnos a la cifra por la que se podría haber cerrado el acuerdo entre Microsoft y Epic.
Michael Pachter tiene su propia opinión y asegura que la operación se habría cerrado "probablemente en 100 millones de dólares o menos, desde luego no más que eso. Ellos (Microsoft) piensan realmente que van a obtener algún tipo de beneficio o no lo habrían hecho". Si la cifra de Pachter es cierta y los próximos juegos de Gears of War recaudan más o menos lo que han recaudado los anteriores (si no contamos GoW Judgement, el más flojo de todos) podríamos estar ante uno de los mejores negocios que Microsoft podría haber hecho.
De momento, parece que lo que estaba preparando Black Tusk para Xbox One no tiene nada que ver con el nuevo Gears of War y la próxima entrega de la franquicia podría tardar un tiempo en aparecer. Según Phil Spencer, "las imágenes del trabajo de Black Tusk del pasado E3 fueron algo creado con Unreal Engine como una prueba conceptual" y no pertenecían a ningún juego en concreto.
Fuente: iGR
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