Entre los usuarios de Xbox 360, cobra fuerza la tentación de cambiar de consola en cuanto esté a la venta el nuevo modelo. Las ventajas frente a las consolas actuales pasan por un menor tamaño, consumo más moderado, reducción de ruido en funcionamiento o la integración de un disco duro interno con 250GB de capacidad. Razones suficientes para que algunos fans ya la tengan en su lista de la compra, aunque dispongan de un modelo anterior y totalmente compatible.
Las buenas noticias para quien quiera hacer el cambio pasan por la transferencia de datos entre consolas. Perfiles de jugador, partidas, juegos e incluso vídeos y descargas pueden pasar de un disco duro a otro a través del cable que incluyen las unidades de disco que hay a la venta desde hace años. Otra opción es utilizar sticks de memoria USB estándar para realizar el proceso, aunque estos sólo admiten hasta 16GB de capacidad una vez preparados para ser usados, con lo que el proceso se puede alargar bastante más que con el cable de transferencia.
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