Stardew Valley se lanzó el 26 de febrero en Steam. No han pasado ni dos meses y el juego de Chucklefish Games ya ha vendido más de un millón de copias, según la compañía ha declarado a Polygon. Lo más surrealista, quizás, sea el hecho de que el juego ha sido desarrollado por una sola persona, Eric Barone, durante los últimos años. Más indie que eso no hay nada.
El juego se ha colocado en el top de ventas de Steam, sólo por detrás de H1Z1: King of the Kill, Ark: Survival of the Fittest y Sven Co-op. Hay que tener en cuenta, para valorarlo más, que los dos últimos son juegos free-to-play y que Stardew Valley es de pago.
¿Y cuál es la clave del éxito? Pues, cualquiera que lo haya jugado sabrá que es un clon de Harvest Moon hipervitaminado, en el que tenemos que crear y cuidar una granja pero que ofrece una variedad mucho mayor en sus mecánicas. Y es que podemos casarnos (con parejas de ambos sexos), dedicarnos a la minería, a la pesca y, en general, hay más libertad de acción que en la franquicia de Natsume: más opciones para diseñar y controlar nuestra granja, para escoger el tipo de animal y de cultivos que queremos utilizar e incluso cuevas generadas de forma aleatoria (procedural en términos de entendido). Su creador está tan contento con el éxito de Stardew Valley que ya está preparando un modo cooperativo, más opciones para los matrimonios y hasta se está fraguando una posible versión para consolas.
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