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1 ciudad, 2 pantallas y 3 dimensiones

José Luis Sanz

imagen por defecto contenido opinión

Nintendo presenta el próximo miércoles los detalles del lanzamiento de Nintendo 3DS en Europa. Un evento que muchos estamos esperando con una enorme expectación y que a mí, por lo menos, me tiene tan emocionado como lo estaban mis hijos esperando la llegada de los Reyes Magos las pasadas navidades.

Sí. El miércoles asistiré al evento especial de Nintendo 3DS, y me ha venido a la cabeza la presentación de Super Nintendo en el año olímpico de 1992, en Madrid, con un Emilio Aragón desmelenado cantando en el escenario aquello de "Me huelen los pies". ¡¡Casi 19 años han pasado!! Y Nintendo sigue dando guerra, cuando los menos adictos a la marca creían que después de Nintendo 64 ya no existirían. Que Sony con PSX y Sega con su Saturn iban a enterrar al fontanero, su GameBoy, la princesa y demás prole de Miyamoto.

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Pero no. Nintendo tiene una capacidad asombrosa para adaptarse y sobrevivir, para ver qué quieren los jugadores y dárselo. Una veces (como en el caso de Nintendo 64 y GameCube) ajustando su tamaño a los ingresos para ser muy, muy rentable, y otras señalando el camino que debemos seguir, triunfando y llenándose los bolsillos con millones de euros merecidamente ganados. ¿Ejemplos? Pues en esta década que ha terminado, sólo dos: Nintendo DS y Wii.

La primera, la consola portátil, ha sido una de las más vendidas de la historia, un éxito que Nintendo se trabajó sola en el año 2004. Es más, muchas voces en aquel año se tronchaban de risa por la ocurrencia de sacar una consola con dos pantallas, una de ellas táctil, que se parecía a una Game&Watch de los 80. Recuerdo una cena (en el E3 de Los Ángeles 2004 donde se presentó Nintendo DS) en la que periodistas españoles se partían de risa ante "semejante artefacto" (según ellos). Auguraban que PSP arrasaría sin compasión. Se equivocaron.

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¿Y con Wii es necesario decir algo? Pues cuando todo el mundo se centraba en mejorar los vértex, los shaders, los téxels y demás chuflas 3D de los juegos más potentes, Nintendo va y tira por la calle de la originalidad para sacarse de la manga lo del motion control. Y cuando todos afilaban sus armas para enseñarnos los shooters más increíbles, los Iwata & Cía. van y se descuelgan con juegos que nos permitían tocar la zambomba, el violín o el contrabajo...

Total, que Nintendo ha aplicado con Wii una máxima que suele dar siempre buenos resultados: lo importante es sumar. Y Nintendo lo hizo. Cogió a una parte de la población que lo último que haría en este mundo es jugar con una consola y les dio títulos que pudieran disfrutar. En plena efervescencia de los Wii Fit, Party y Resort, esa nueva legión de casuals se unió a la horda de gamers (entre los que me incluyo) y juntos formamos la nueva generación de Nintendo.

Y muy equivocados no debían estar cuando los demás (Sony & Microsoft), con el nombre que queráis ponerle, han intentado salirse de su camino para seguir los pasos del Wiimote y los motion controller...

¿Qué compañía del mundo es capaz de cambiar el rumbo del mercado así, sin pararse a mirar lo que están haciendo los demás? Hay que tenerlos muy bien puestos (los Wiimotes) para dar esos golpes de timón y no temer a que el Kraken salga a la superficie y se los coma enteritos.

Y lo mejor de todo es que para la nueva década la cosa promete. ¿La última genialidad de Nintendo? Quitarnos las gafas para ver el mundo en 3D cuando los demás están empeñados en que no nos las quitemos. Una portátil con pantalla tridimensional, con aspecto de Game&Watch y con cartuchos como formato principal... ¿Hay algo más osado?

Lo dicho, a partir del miércoles, viviremos otro nuevo episodio de la historia de los videojuegos en clave de Nintendo, lo que quiere decir, en clave de innovación y, sobre todo, de éxito y supervivencia. Que es lo más importante.

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