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American Vandal - Lo apasionante de "ese formato" en la serie de Netflix

American Vandal

Voy a hacer una recomendación muy clara, por si aún no has visto American Vandal, no sabes mucho sobre ella y quieres lanzarte a verla: NO SIGAS LEYENDO esta entrada de blog, ya que contiene información crucial acerca de la serie. Esta entrada de blog se centra, de hecho, en la propia naturaleza de la serie que se acaba de estrenar en Netflix. Por tanto, por favor, sigue leyendo solo si ya has terminado de verla.

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Bueno, pues vamos directamente al grano: yo me la creí. No quiero decir que la serie me resultara verosímil, sino que de verdad me creí que la serie trataba una historia verdadera. Por supuesto que la premisa de toda la serie es tonta, pero lo es tanto que uno comulga con el hipótesis de que haya pasado de verdad. Si uno ve la descripción de American Vandal en Netflix, se deja claro que es una sátira, pero yo llegué a pensar que la sátira estaba en el propio planteamiento: un estudiante amante del vídeo que buscaba un ejercicio fácil probando la inocencia de un zoquete... Pero al que todo se le complicaría con una trama más enrevesada de lo que cabría esperar.

"Yo siempre las dibujo con pelos, no pude ser yo". Genial.
"Yo siempre las dibujo con pelos, no pude ser yo". Genial.

Y oye, yo lo del Follonero con el documental del golpe de Estado no me lo creí ni durante 5 minutos, pero esto tenía algo diferente, más auténtico. O quizá es que queremos que arquetipos así de claros sean reales: la activista de todo que parece pelear más por llamar la atención que por los derechos de algo, el chivato mentiroso que solo busca algo de popularidad... Y sobre todo Dylan, el borrico protagonista de la historia. Es tan burro, tan burro, que resulta entrañable, pero viendo los tiempos locos que vivimos en Youtube, uno se puede creer que existe gente cuya máxima aspiración en la vida sea tirarse pedos delante de bebes.

Y es que si hay algo que American Vandal consigue del todo es apropiarse de los códigos de nuestro tiempo. Las principales pistas de la historia llegan a través de vídeos de Instagram, una de las rupturas se produce por un Boomerang desafortunado... Y la popularidad tanto de Dylan como de la propia serie documental se disparan gracias a Youtube. En otras palabras: sin smartphones, no habría habido documental.

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Es evidente que desde el principio la serie referencia a documentales true crime de éxito, como The Keepers, El pueblo contra OJ Simpson o especialmente Making a Murderer, cuyo opening "sablea" con tronchante descaro. ¿Habéis visto alguno de esos documentales? Aunque se tomen algunas licencias "poéticas", ellos sí son reales, muestran declaraciones, filmaciones y datos que se dieron de verdad... Y son más apasionantes que el mejor blockbuster que podáis encontrar en el cine. Encontrar quién fue el verdadero criminal es solo parte del viaje, ya que por el camino nos impregnamos de críticas sociales, hacia la Iglesia, el sistema judicial o, en definitiva, el poder.

Aunque American Vandal no narra hechos reales, la crítica es igual de válida: el empoderamiento de ciertos profesores, la condena sin remedio hacia los estudiantes "echados a perder" o la falta de intimidad en la que viven muchos adolescentes debido a las redes sociales son hechos tan reales y presentes como el crimen más sonado.

A pesar de ello, estamos ante un falso documental. Se trata de un formato realmente apasionante, en el que el director nos echa un pulso para ver si somos capaces de ver las costuras antes de los créditos finales. Aunque no fue el primero, sin duda el "mockumentary" o falso documental más sonado fue Operación Luna, en el que se "demostraba" que la llegada del hombre a la Luna fue un montaje grabado por el mismísimo Stanley Kubrick. Ahí el listón estaba muy alto, con antiguos altos cargos de la CIA y la propia viuda de Kubrick reforzando con sus testimonios la tesis. Por muy improbable que pareciera, ¿cómo no iba a ser verdad? Ni siquiera concebíamos que el director de un documental pudiera mentirnos de forma tan descarada.

Los mockymentaries juegan con las preconcepciones del espectador: si vamos a una comedia romántica, lo normal es que los dos protas acaben juntos, si vamos a un documental... Pues oye, esperamos que sea real. Dura lección para nuestro espíritu crítico.

Después vinieron otras apuestas como la ya citada del golpe de Estado o la fórmula mixta de Borat (con entrevistas reales y mucho cachondeo de Sacha Baron Cohen), pero ya estábamos sobre aviso. Muchos picarían, pero otros reconoceríamos la fórmula y no pasaríamos tan fácilmente por el aro.

Por ello, reconozco que American Vandal me pilló con la guardia baja. A fin de cuentas, era el mismo plan malévolo, pero vestido con ropajes más modernos. Sí, se ven infografías tronchantes como la de la "pajilla" en el lago, pero... ¿No es en eso en lo que consistía la sátira? ¿En tomarse en serio una investigación tan chorra? ¿Cómo iban a dedicar una serie de varios capítulos a una mentira? Lo interesante es que, aunque nos diéramos cuenta desde un principio que todo era una coña, la implicación de los personajes está tan bien trenzada que algo tan anodino acaba convirtiéndose en apasionante. ¿Quién fue el culpable en realidad? ¿Merece justicia alguien tan garrulo como Dylan? Al final, no importanta tanto que te lo creas o no, sino disfrutar del viaje. O, al menos, eso me digo a mí mismo para obviar el hecho de que me han troleado...

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