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Escuadrón Suicida: ¿Qué problema tiene Warner con DC?

Jesús Delgado

DC Comics Warner Superhéroes

Escuadrón Suicidase ha estrenado ya en cines. Y aunque en taquilla está teniendo unos buenos números, la crítica se ha cebado más aún con ella que con la anterior película de Warner y DC, Batman v Superman. Sin embargo, curiosamente, algo diametralmente opuesto ocurre con su producción en películas de animación, que sin cosechar cifras millonarias, cuentan con el beneplácito general de los críticos y de los fans. 

¿Qué es lo que pasa con Warner y superhéroes, los así considerados mejores de la industria, a la hora de abordarlos en formatos tan distintos, pero a la vez tan íntimamente relacionados? ¿Cómo es posible que en sus películas animadas, La Liga de la Justicia y los villanos brillen con tanta intensidad, mientras que en el cine las críticas lluevan a mansalva de manera tan incisiva y cruel?

Sobre este punto he estado pensando en los últimos días y he llegado a una conclusión tan bestia como dura. Y es la de que los directivos de Warner después de cuarenta años siguen teniendo problemas con estas producciones, acercándose a ellas con temor, reticencia y bastante desconocimiento. Hablemos un poco de historia...

De Donner a Peters

Para arrancar, nos vamos a ir a la Edad Media de los superhéroes, o lo que viene siendo Superman I de Richard Donner, una película que incluso cuarenta años después sigue siendo una joya, muy a pesar de que ciertos elementos han envejecido y son anacrónicos para el público actual. 

Superman DC Warner

En 1978, Superman vuela de la mano de Richard Donner, con Christopher Reeve como protagonista y un elenco que contaba con Marlon Brando y Gene Hackman, además de BSO de John Williams y guion de Mario Puzzo (sí, señores, el autor de El Padrino). Se trata de una cinta lenta, pero con un Superman reconocible, el primero en cines después de 25 años, y que convence al público y a los fans del cómic que lo han leído durante cuatro décadas. Hoy viene siendo el baremo en torno al cual oscila en numerosas webs especializadas de cine. 

Pero hete aquí que Donner, tras haber grabado en adelanto la mayor parte de las secuencias de Superman II para su estreno en 1980, es relevado de mala manera por los productores, los Saldskin. Estos (por motivos nunca esclarecidos) creen que Superman tiene que ser comedia, como aquel de los años 50 y carecer de gravitas (seriedad y solemnidad). Y para ello contratan a Richard Lester, quien hace su propio montaje con secuencias de Donner y regrabaciones suyas. El resultado, a pesar de las dificultades de la producción, mantiene más o menos el nivel, pero comienza a rebajar sensiblemente las calificaciones.

Pero, oigan, que la traca viene en 1983 con Superman III, una película que estaría a matacaballo entre la vergüenza y el tedio, siendo la antesala de una esperpéntica Supergirl (1984) y la más que olvidable Superman IV (1984). Son todas unas películas que tratan de fijarse en los cómics de aquellla manera y tienden hacia la comedia absurda y a historias carentes de sentidos en plena vorágine ochentera. Su valor cinematográfico es cuestionable incluso para el fan del personaje.  

En tanto Superman levantaba el vuelo, para luego darse el morrazo, Batman era la otra baza de Warner en los 80. Desde la década anterior, ya había habido intentos de alejar al Caballero Oscuro de su carnavalesca (y ahora de culto) versión de la serie televisiva del año 66. Tras haberse hecho con los derechos del personaje, Warner confió en un joven director llamado Tim Burton para desarrollar una película "seria" de Batman. El resultado, lo conocéis.

Puede gustar más o menos, pero el Batman de Tim Burton marcó una etapa y trató a su vez de ser un foco de luz oscura, proponiendo una historia de superhéroes bastante chunga, inspirada sobre todo en obras coetáneas como La Broma Asesina o Dark Knight Returns. Su tono violento recibió muchas críticas, pero marcó tendencia.

Batman DC Warner

Desgraciadamente, en 1991, con Batman Vuelve, Burton (ya desatado) fue un poco más lejos y el tono oscuro y la violencia hizo que la película recibiera críticas de grupos de padres enfadados con una película que "no era para sus hijos". Hágase notar que precisamente estas críticas fueron las que hicieron que La Máscara del Fantasma, la película animada de Batman (y la mejor considerada por los críticos durante mucho tiempo) precisamente se hundiera en taquilla debido al miedo de los padres ante otra "película violenta de superhéroes".

Warner entró en histeria (por decirlo suavemente) y en 1995 estrenaron Batman Forever, una película que comenzaría la debacle del cine de superhéroes. Warner quería una película como las de Burton pero "más amable" y confió en Joel Schumacher, quien en la cabeza tenía metida la idea de homenajear al Batman del 66, aunque los tiempos hubieran cambiado. Así, mientras Schumacher tenía claro que hacía una película de acción con tintes de patochada, Warner vendía la moto, como si la nueva película fuera a ser una tercera parte de Burton tan elaborada como la primera película. La película recaudó, pero la crítica no fue clemente. Y menos lo fue con Batman & Robin (1997), la siguiente película, que se considera la peor película de superhéroes hasta la fecha. Esto y sus nominaciones a los Razzies hicieron que se abortase el futuro de la serie. 

Batman DC Warner

Con Batman viviendo sus horas más bajas, Superman volvió a intentarlo, esta vez de manos de un señor llamado Jon Peters, productor empeñado en que Superman no debe volar ni ir de azul, sino que debe dar grandes saltos y acabar luchando contra una araña gigante. Peters alumbra la producción de Superman Lives de Tim Burton y Superman Flyby, dos películas que (afortunadamente) no llegan a realizar. En Warner, emocionados ante el boom de los X-men de Bryan Singer, contratan a este en un intento de lanzar a Superman. Sin embargo, su Superman Returns resulta un homenaje caduco que no convence ni a crítica ni a público, al basarse en los presupuestos anacrónicos de Richard Donner (el director de la Superman de 1978). Es una película que lo hubiera petado en los 80 y 90, pero que se hunde en la cínica década de los 2000. 

Nolan, la Era Oscura y Snyder: la Era Confusa

Hará falta que Christopher Nolan llegue en 2005 para resucitar a Batman. Lo consigue con una fórmula con trampa que hizo mucho bien a los superhéroes a corto plazo, pero que a largo plazo está siendo cansancio puro: la de hacerlos realistas. El Batman de Nolan, especialmente El Caballero Oscuro, fue un exitazo a todos los niveles. Demuestra una alta calidad cinematográfica, pero a expensas de negar cualquier tipo de convención comiquera, apostando por el hiperrealismo y el exceso de seriedad. Los números y la crítica acompañan, nadie lo discute. Eso sí, el público comienza a creer que todos los superhéroes son serios, adultos, oscuros y realistas, pudiendo aplicar la misma fórmula a todos los personajes de los cómics. En este contexto se lanza Watchmen, que es entendida como una película más de "súpers", en lugar de una crítica cargada de odio hacia estos personajes y los presupuestos fantásticos en los que se fundamente el género. 

Batman DC Warner

 

La tendencia popular empieza a demandar este tratamiento que acaba viniéndose abajo en 2012 con la conclusión de la trilogía de El Caballero Oscuro. La incipiente Marvel Studios de la competencia, objeta y hace lo contrario a Warner, encontrando un nicho en películas luminosas, sin entrar en lo carnavalesco, tomando los elementos "realistas" justos y necesarios. Esto conduce a Los Vengadores, que releva al Batman de Nolan el mismo año del cierre de la trilogía, como modelo a seguir. Los Vengadores consagran una nueva visión del superhéroe en el cine, que mezcla humor y acción, de manera similar a lo que hizo el Superman de Donner en su momento. Marvel ha encontrado su tono y su tratamiento y se dispone a iniciar la explotación del género de los superhéroes, que parece destinada a durar al menos diez años y que aún estamos viviendo. 

Batman Superman DC Warner

Pero DC, convencida de que Nolan y su guionsita David Goyer son sus profetas, hace un Superman a cargo de Zack Snyder que sigue el patrón del Batman de Nolan. Están seguros de que el futuro no está en el humor, sino en la tragedia griega. La crítica de este Superman no se hace esperar y llega mientras la competencia mete el acelerador y culmina en pocos años un ciclo de su Universo Cinematográfico a imagen y semejanza de sus cómics, cohesionado y articulado. Aturdida por este éxito, Warner trata de alcanzar a toda prisa a Marvel, metiéndose de lleno en la producción de una Superman vs. Batman, que debe regrabarse varias veces, remontarse una y otra vez y que ve su estreno retrasado para asegurarse de que el montaje final sea la bomba.

Aunque la crítica la despedaza, Batman v Superman: el amanecer de la Justicia hace unos números más que respetables. Eso sí, las críticas la tachan de incoherente, confusa y oscura. Un rechinar constante de dientes, con exceso de testosterona y un CGI gratuito y desproporcionado. Amedrentados ante esta reacción, Warner no quiere jugársela con su segundo proyecto de 2016 y mete mano en el montaje de Escuadrón Suicida para que sea más "family friendly", recortando el contenido más cruento, regrabando escenas y haciéndola más accesible al público generalista.

Se vuelve a repetir la paradoja. Se va a ver Escuadrón Suicida en masa, a pesar de que la crítica la pone fina. Y ya no hablemos de los fans que conocen el producto desde hace años. La recaudación acompaña, pero el nombre de las producciones de Warner se ve asociado a dislate y película de baja calidad. En tanto, Wonder Woman y Liga de la Justicia se dibujan en el horizonte, con la compañía asegurando que ha tomado nota de las críticas, tratando de sacar pecho y asegurando que están contentos con el resultado. ¿Pero es cierto o solo apariencias?

Y tras este repaso, ¿qué podemos colegir de todo esto? Dadnos un momento,que aún toca tratar un epígrafe antes de la conclusión.

"Dibujitos animados: Para frikis y niños"

Desde 1993 Warner no ha apostado en cines por películas animadas. Ciertamente, La Broma Asesina se proyectó en algunos cines, pero es una rara avis. ¿Los motivos? Uno os lo hemos señalado ya antes: La Máscara del Fantasma, la primera película moderna de animación de DC Comics fue un fracaso en taquilla, a pesar de ser una gran película y ser considerada un título de culto. El segundo motivo es el público al que están dirigidas las cintas de animación. Esto es, lo que en Warner se piensa que es. O un público infantil o uno especializado o friki (y a mucha honra), lo cual implica menor recaudación que una cinta de acción real, ya que no abarca un grupo demográfico tan amplio, ergo esto da lugar a menor consumo. 

Debido a que las películas animadas no han sido un producto de gran impacto de Warner a nivel mundial en los últimos 25 años, la compañía no solo no ha invertido mucho dinero en ellas, sino que tampoco ha ejercido exagerado control sobre su desarrollo, dejándolo en manos de expertos. De hecho, entre La Máscara del Fantasma (1993) y Teen Titans (2005), apenas se llegaron a hacer 10 películas animadas, todas ellas destinadas a home video. Habríamos de esperar a 2007 a que Warner diera luz verde a una mayor inversión en animación, creando el estudio DC Universe Animated Original Movies, dedicado a lanzar dos o tres películas al año. 

Batman animado

Desde 2007 hasta hoy tenemos 26 películas de animación. La mayor parte de ellas consideradas como autenticas joyas narrativas y de la animación, siendo muchas de ellas adaptaciones de enorme calidad de cómics (Año Uno, Dark Knight Returns, The New Frontier, La Muerte de Superman) o proyectos originales (Liga de la Justicia: Dioses y Monstruos). Sus ventas, sin ser una maravilla fuera de EEUU y Latinoamérica, en donde el mercado de estas cintas parece funcionar muy bien, son óptimas y la crítica las avala. 

¿Qué es lo que pasa entonces? Pues sencillamente que los directivos de Warner no controlan esta división, permitiéndole mayor margen de maniobra, dejando los proyectos en manos de gente como Bruce Timm, Brian Azzarello o Paul Dini, que vienen del mundo del cómic, conocen los personajes y pueden trabajar con menos presión. Sabedores de que su producción va a estar mucho menos controlada, ya que arriba aún consideran que están ante un género menor, pueden permitirse libertad creativa y hacer lo que saben que el público quiere ver. Debido a esta ausencia de injerencias de los ejecutivos, el "Universo Animado de DC" es sencillamente genial, aunando los principios del cómic con los necesarios para desarrollar historias cinematográficas. Lo cual nos lleva a la conclusión final de este artículo de opinión. 

Conclusión: No conocen el producto

Tal cual. El problema que existe en Warner es que sus ejecutivos no conocen el producto y dejan los proyectos en manos de gente personalista o que apenas conoce el material de referencia. Prefieren confiar en grandes nombres, pensando que los actores y los directores serán el cebo, en lugar de construir desde la base una buena obra. 

Ya lo hicieron con Tim Burton en 1989, quien admitió no ser un gran lector de cómics, a pesar de documentarse a posteriori. Los nombres de Keaton, Nicholson, Pfeiffer y De Vito brillaron a expensas de guiones libérrimos. Otro ejemplo sangrante es el del citado Jon Peters (el peluquero de la Streisand) cuyos deseos de ver un Superman que no fuera de azul, no volara y luchara contra una araña gigante se vieron cumplidos en Man of Steel, una película que quiso aplicar los mismos principios de Nolan a un ícono cultural que ejemplifica la esperanza, la luz y la promesa de un futuro mejor. Todo lo contrario de Batman, que es la representación de la oscuridad, el miedo y la promesa de un castigo. 

Con Escuadrón Suicida ya ha sido el remate. No solo le dieron 6 semanas a su director David Ayer para tener listo el guión definitivo, sino que tras las críticas de BvS, Warner reculó tratando de hacer un "Guardianes de la Galaxia pero de DC". 

Y aquí me vais a permitir ser friki. El motivo por el cual no se puede hacer unos Guardianes con Escuadrón es porque ni el contexto ni la base de los personajes es el mismo. Guardianes es una space opera, con un tinte positivo y gamberro. Escuadrón está protagonizado por psicópatas, sicarios y algún que otro soldado de fortuna, siendo su montaje final una apología de seres completamente deleznables. Esto se extiende a la conexión de Harley Quinn y el Joker, una relación de abuso que sirve de crítica y advertencia a este tipo de vínculos, y que Warner ha reconvertido en un ideal romántico. ¡Como si el Joker fuera un pobre gangsta incomprendido, en lugar de la mugre de la tierra! ¡¿Desde cuándo?!

Escuadrón Suicida

En general, el problema de Warner es que están más preocupados en hacer números y en cumplir en taquilla, en espera de que pase la fiebre de los superhéroes, que en hacer películas con unos mínimos de calidad. Algo que evidencia su desdén hacia el espectador, prometiendo montajes exclusivos (mucho mejores y más completos) en Blu-Ray, en lugar de ofrecérselo en el cine desde un primer momento.  

La diferencia con Marvel radica no solo en que ésta lleva más de diez años de prueba y error, fracasando en títulos como Iron Man 3, a pesar de la buena taquilla. Radica en que en lugar de preocuparse de hacer algo que se parezca al material original o encontrar su propio tono, se centran en satisfacer a la crítica en exceso para salvar las apariencias, al tiempo que tratan de emular a Nolan hasta la nausea o de copiar a Marvel, sin entender que no son los mismos personajes ni los mismos supuestos en los que se basan.

DC Comics cuenta con los mejores superhéroes del cómic, pero Warner sigue dando palos de ciego. Parece que esta situación, no obstante, va a corregirse. Al frente de estas películas de DC Entertainment va a estar ahora la voz de la cordura: Geoff Johns, guionista de DC, responsable de reflotar la editorial con Rebirth y quien va a ser el homólogo de Kevin Feige de Marvel Studios en Warner. Johns está diciendo no al cinismo y a ese "realismo" parido con odio por Alan Moore para destruir a los superhéroes y que la gente ha malinterpretado como la óptica fórmula para entender el género, en lugar de la crítica cáustica que era. Desde su posición de CEO de DC Entertainment, Johns se postula como la esperanza de DC, ofreciendo algo nuevo y fresco, alejado de la sombra del pasado y de la de la competencia, como gran conocedor de la industria, buscando el enfoque óptimo y novedoso del Universo Cinematográfico de DC. 

¿Volverán los superhéroes de DC Comics a ser los más grandes del cine como antaño? Esperemos que sí. 

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