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Juegos sociales y caballos blancos

José Luis Sanz

imagen por defecto contenido opinión

El otro día estuvimos comiendo con una de las personas que más tiempo llevan en el sector de los videojuegos en España, primero, vinculada a distribuidoras tradicionales y, ahora, en empresas que están centradas en los llamados juegos sociales de Facebook, Tuenti, etc. Y nos asombrábamos todos los presentes sobre cómo han cambiado las cosas... aunque ya teníamos noticias de este terremoto.

Y es que para alguien que ha vivido el mercado tradicional de los videojuegos, el de ir a la tienda, soltar 60 pavos y volverse a casa con un juego, eso de ponerlo gratis en Internet para que la gente se lo descargue y, sólo si quiere, pague la voluntad... ¡¡como que todavía no lo acababa de asimilar!! Pero sin duda, un aspecto que le permitirá digerir esos cambios es que, a pesar de ser gratuitos, los juegos sociales y free-to-play dan dinero.

Juegos sociales y caballos blancos

Un juego social que funcione bien seguro que tendrá miles, o millones, de usuarios criando vacas y plantando semillas de maíz a todas horas para ganar créditos dentro del juego sin gastarse un euro. Pero por muy pequeño que sea el porcentaje de paganinis, estos acabarán gastándose lo suficiente como para hacer rentable el desarrollo. En esta reunión que os cuento, nos comentaron que había usuarios que se dejaban... ¡¡¡6.000 dólares al mes!!! Eso sin contar los que compran paquetes de créditos de 100, 200 ó 300$ como si fueran rosquillas gracias a megaofertas puntuales.

¿Os parecen exageradas estas cantidades? En los MMORPG free-to-play hay compañías que hablan de usuarios (a los que llaman Caballos Blancos) que se dejan todos los meses una media de 1.500€ en créditos dentro del juego, sin contar a los que andan por los 300. Un negocio redondo que beneficia a todos: permite a la compañía ganar dinero (no sabemos si poco, mucho o muchísimo), a la gran mayoría de usuarios jugar by the face y a los paganinis dejarse el sueldo, o los ahorros de la abuela, en su hobby preferido y quedarse más contentos que unas castañuelas porque son los más cool del servidor...

¡Esperad!, a ver si lo entiendo: ¿nos estamos quejando a todas horas del precio de los juegos, que son caros, y luego hay quién se gasta 5 ó 10 veces lo que cuesta un L.A. Noire? ¡¡Cachis!! ¡¡No hay que perder esta oportunidad!! ¿A qué esperan las desarrolladoras serias para meter micropagos en Red Dead Redemption o Halo 4 para hacerlos free-to-play y que unos pocos nos paguen a los demás nuestras horas de diversión? Total, ¿a mí qué más me da si mi pistola tiene ua filigrana de menos o mi sombrero no es una réplica del de Billy el Niño?

Juegos sociales y caballos blancos

Evidentemente, a los que nos gustan los juegos de verdad, estas cosas sociales (que no algunos free-to-play como ciertos MMORPG de PC) nos darán urticaria y diremos, aunque nos torturen, que no sabemos lo que son (aunque lo sepamos perfectamente: "¿Cómo dices que se llama? ¿Belén qué?"), que nunca hemos tocado uno y que, por supuesto, jamás lo haremos. Aunque luego la realidad es otra.

Y es que por decirlo de una manera gráfica, los juegos sociales son al gamer lo que Telecinco a la televisión: es decir, que nadie dirá que los juega pero al final todo el mundo se traga ¡Sálvame!, Enemigos Íntimos y hasta lo de la isla de los Supervivientes.

Pero nos guste o no, los juegos sociales están ahí y son juegos (¡¡toma perogrullada!!), y las compañías serias lo tienen muy claro, por eso cada vez invierten más recursos en este tipo de desarrollos (CivWorld, Castle Empire, etc.). Así que aprendamos a respetarlos y veámoslos como lo que son: los hermanos pequeños del sector que, quien sabe si por su corta edad, nos están intentando decir algo que algún día, cuando les entendamos, podríamos aplicar a nuestro selecto club de jugadores de verdad, de esos que van a la tienda, se gastan 60 pavos y se vuelven a su casa con un juego bajo el brazo...

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