¿En qué momento comenzó a pasar en que la gente prefería ser el malo de la historia al héroe? ¿Por qué muchas veces nos sentimos más identificados, o incluso admiramos al tipo cuestionable y despreciable, cuyos métodos no son lo que se dice moralmente rectos para conseguir sus fines? Ilícitos o no. ¿Acaso es que la gente prefiere ser Harry Lime (Orson Wells) a Holly Martins (Joseph Cotten) en El tercer hombre? Lo mismo es que Lime tiene tiene la clave para cómo funciona la mente humana. Tal y cómo nos dice en esta escena de la citada película.
No, no me malinterpretes lector. No me voy a poner a dar lecciones de moralidad, ni a rasgarme las vestiduras sobre cómo están las cabezas, ni a predicar con el ejemplo. Y menos después de desatar el caos total en Dishonored 2, traer la paz y el orden a la Galaxia junto a mis compañeros stormtroopers en Star Wars Battlefront... y eso sin contaros ya mis planes de dominación mundial, desarrollados por el árbol de Autarquía en Civilization V.
Pero, en serio, eso no quita que me pregunte: ¿Qué nos pasa con una serie de personajes que son escoria pura y que, sin embargo, la gente llegamos a idolatrarlos, e incluso en casos extremos, tomarles como modelo de comportamiento? Vamos, ¿que qué es lo que pasa con los malos que molan? Porque sabiendo de sus maldades, nos da por vestirnos como ellos, imitarles y colgar pósteres con sus caras en nuestros cuartos.
Pensando esa idea, le he propuesto a los jefes hacer un repaso por una serie de personajes malvados o cuestionables, que sin embargo, dentro de la cultura popular tienen un fandom importante, habiéndose ganado el calificativo de "molones". Si repasamos su carrera en frío, a lo mejor no son todo lo chulos que pensamos que son. ¿O quizá sí?
Sea como sea, puedes pasar a verlos en la siguiente galería que podéis leer aquí arriba y opinar luego en los comentarios de abajo. No sé, pero me da que este blog para dar opiniones de todos los colores. Eso sí, recuerda que todo esto va de opinión, por lo que no te deberías hacer mala sangre. No pretende ser un reportaje objetivo, sino fruto de la cavilación, destilación de bilis y un ejercicio de controversia entre fans.
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