Adoro los gadgets y las actualizaciones de Nintendo. Jugar con Wii MotionPlus a Wii Sports Resort o a Red Steel II, desde luego no es lo mismo. Ese Plus hace evolucionar a tu Wii.
Charlar online a través del Wii Speak en Animal Crossing o coordinar una cacería en Monster Hunter Tri son posibilidades que añaden valor a cada juego. El valor de la interacción, de la creatividad y de la investigación.
En breve se presentará otro gadget que espero con mucha curiosidad: el vitality sensor. Como es habitual, un nombre sofisticado, o bueno, igual suena a hospital o a clínica de la felicidad, pero tiene el poder de seducción de Nintendo. A mi ya me ha conquistado, aunque no tenga mucha idea de lo que va a terminar ofreciéndome. He visto que se conecta a nuestro dedo, como los pulsómetros que hay en los gimnasios para que no nos dé un jamacuco, vaya, para controlar el ritmo cardíaco de nuestro esfuerzo. Así que especulo: ¿transferirá el vitality sensor el ritmo vital, o quién sabe si la tensión o incluso nuestras emociones, a los juegos? Y es más: ¿eso supone que habrá juegos que varíen en función de nuestras emociones?, ¿según el ritmo cardíaco?
Lo dicho: lo espero con ansiedad. También para saber mis pulsaciones, que soy un poco hipocondríaco.
Pero a lo que iba con esto de los gadgets. Los adoro en la misma medida que puedo disfrutarlos. De poco me sirve hacerme con todos para... exponerlos en una vitrina. Como los coches, necesitan gasolina para funcionar. Y la gasolina, aquí, son los juegos. Y cuanto más alto sea el octanaje, cuánto más chulos sean los juegos, mejor.
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