Cuando compré mi primera Xbox 360, pensé en Dead or Alive, Project Gotham Racing, Kameo y Xbox LIVE. Cuando hice lo propio con mi primera PS3 pensé en Media Server, Blu-Ray y Blade Runner, de la que hoy se celebra su 30º Aniversario. Pero, quién me iba a decir a mi, hace más de un lustro, que las tornas se cambiarían casi por completo.
Microsoft se ha encargado, a lo largo de los años, de hacer que me preocupe por su catálogo de películas online. Que tenga a punto los puertos necesarios en mi red para que se entienda con mi Media Center. TVE a la carta, unos meses de GolTV en los que he visto ganar al Atleti y hasta la posibilidad de usar el código de C+ YOMBI de mi padre en mi consola. Bien, ahora veo Xbox 360 como presentía que sería PS3.
En el otro lado de la balanza tengo una PS3 en la que espero tener, cuanto antes, un Last of us o el próximo God of War. Incluso pienso en una PS4 cuando veo las demostraciones de Unreal Engine 4, no sé por qué, ya que en Sony se han encargado de dejar claro que a la generación actual le queda mucha vida. Vale, yo tampoco me creo todo lo que cuentan.
Mi presente lo disfruto de todas las maneras posibles, aunque con cierto aire de resignación. Juego, navego, veo películas y series, mantengo el contacto con mis amigos… todo gracias a las consolas. Tanto Sony como Microsoft han jugado sus cartas en cuanto a tener un Media Server en mi casa o un Media Center en mi salón. Pero, al final, son un PC y los discos duros de red los que hacen la función más importante en este ecosistema. Los formatos más utilizados no son compatibles directamente con PS3 o Xbox 360. El consumo eléctrico de estas es una animalada en comparación con un reproductor multimedia o uno de Blu-Ray de última generación. El ruido que hacen las consolas es vergonzoso para estar en 2012 y que nos hayan vendido estos sistemas como una solución para el salón. ¿En qué pensaban sus fabricantes cuando las diseñaron? Está claro que en ganar dinero.
El plan, que lo tenían, era hacerse con un hueco en nuestras vidas. Lo han conseguido, con más de 60 millones de consolas colocadas en cada caso. Sin embargo, tanto unos como otros se han quedado en el camino. Es lo que pienso. Quizá Microsoft tenga ventaja, pero no veo que hayan cumplido mis expectativas. Xbox 360 podría ser ya más pequeña, más eficiente energéticamente, más compatible y económica. Tampoco voy a culpar sus responsables de querer ganar dinero, a toda costa y, menos aún, de haberlo conseguido desde hace años. Pero, ¿y Sony? Apenas hay cinco millones menos de PS3, aunque estos números sean anécdotas frente a una Wii U cien millonaria.
Hace meses que opté por un reproductor de Blu-Ray independiente, frente a la máquina "universal" de Sony, que reproduce todo en formato físico y en red. La consola, ahora, sólo la uso para jugar. Parece que he sucumbido a lo que nos han contado en los últimos E3. Que PS3 se centra en los juegos. Les he hecho caso y disfruto de los juegos en su ambiente natural, aunque por detrás haya una voz que me pida poner Diablo 3 y cambiar la tarjeta gráfica por una NVIDIA GTX 680. Me tienta. ¿A ti también?
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