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Fanhunter Urban Warfare - Análisis del juego de mesa

Jesús Delgado

Fanhunter Urban Warfare - Análisis del juego de mesa
Fanhunter Urban Warfare ya está en tiendas. Analizamos el juego de mesa de David Esbrí para Devir, basado en el universo de los cómics de narizones de Cels Piñol.

Hace unas semanas os hablamos de Fanhunter Urban Warfare, el nuevo juego de mesa de Devir que se basaba en el universo distópico y épicodecandente de los cómics de Fanhunter, creados por Cels Piñol en forma de fanzine allá por los años 80. El juego regresa a la esencia de los cómics en un año 2009 paralelo en el que la Tierra se parece sospechosamente al mundo de Blade Runner.

Y es que en el universo Fanhunter, durante los años 90, un carismático (pero algo demente) librero llamado Alejo Cuervo se hizo con el poder. Echó del sillón de San Pedro al Papa y estableció un nuevo papado, con sede en Barcelona, declarando una nueva religión basada en Philip K. Dick, autor de Ubik, El Hombre del Castillo y Blade Runner. Con el Reino de Dick establecido, Alejo rebautizó la ciudad condal como Barnacity y prohibió todo tipo de expresión de subcultura u ocio "politicamente incorrecto" (cómics, videojuegos, juegos de rol, cine de acción, literatura fantástica, manga y anime, etc...). 

En respuesta, los fans se levantaron en armas y organizaron una resistencia armada en forma de guerrilla. A su vez, Alejo formó los Fanhunters, un cuerpo de élite destinado a cazar y exterminar a los frikis. Y en esas estamos en el año 2009, con Barnacity convertida en una zona caliente de los enfrentamientos entre el papado y la resistencia. 

Bienvenidos al Reino de Dick, bienvenidos a Barnacity. Para empezar, estáis arrestados.

Un juego para fans

Fanhunter Urban Warfare es lo que llamaríamos un juego de estilo americano. Este tipo de juego prima el azar y las tiradas de dados, frente al europeo, en el que la estrategia y la gestión de recursos suele ser la base del juego. Esto es, tenemos que entenderlo como una suerte de wargame con mecánicas similares a las de Heroquest, Imperial Assault o Zombicide. Hecha esta distinción hemos de entender que la "gracia" del juego no es tanto el contar con una buena estrategia militar (aunque ayuda) como con una buena mano para los dados.

Fanhunter Urban Warfare divide el juego en dos bandos. Uno que juega con la Resistencia y otro con los Fanhunters (aunque ponderamos que en un futuro habrá otras facciones de los cómics como Fampiros o Macutes). Esto permite que el juego sea uno contra uno o dos contra dos. Sus partidas, aproximadamente, vienen durando unos 45 minutos de reloj. El modo de juego, a su vez, permite tanto jugar en campaña (creada ad hoc por los jugadores, o en base a la campaña presentada en el manual de instrucciones) o en modo escaramuza, en el que los bandos se forman en base a una serie de puntos, de manera similar a muchos wargames. 

En juego, las unidades se dividen en escuadras que habitualmente van acompañadas de un oficial, pero además, cada bando cuenta con sus propios héroes (personajes sacados de la mitología de los cómics como Killer Dog o Don Depressor). Cada unidad y héroe cuenta con una tarjeta con sus habilidades y datos. 

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Los bandos están representados a su vez por figuritas de plástico, independiente y que no necesitan ser separadas ni troqueladas. Estas figuritas, muy chulas y fieles a los cómics, además pueden pintarse. Algo que agradecerán los fans del modelismo. Ahora, si como el que escribe estas líneas, el jugador carece de pulso necesario para hacerlas más vistosas, el juego trae consigo peanas de colores para separar ambos bandos. 

Por su parte, los escenarios se resuelven en cuatro tableros reversibles que, junto a escenografía adjunta, forman el campo de batalla. Estos escenarios están plagados de pequeños easter eggs a películas y cómics tales como la pista de Basket de 2013: Rescate en LA o el cuervo en llamadas de El Cuervo, o un Action Comics de 1938... Para dirimir los enfrentamientos, cada jugador tira una serie de dados (normales, de seis caras) y debe de superar una dificultad. Estos chequeos enfrentados deciden si el atacante logra o no impactar en el objetivo y herirlo, encontrar objetos, realizar acciones, etc... 

Como veis, resulta una mecánica bastante simple y fácil. En dos o tres partidas se le coge el pulso. Aunque, en honor a la verdad, una guía de referencia rápida se echa un poco en falta. De hecho, uno de los fallitos que le vemos al juego son unos cuantos agujeros en las reglas, que tampoco enturbian el juego ya que pueden sortearse de mutuo acuerdo entre jugadores. No obstante esperamos que estos se solventen con futuras Faqs o expansiones.

De hecho, al juego le vendría muy bien una expansiciolla al menos. No solo con más personajes y reglas adicionales, sino con algunas nuevas mecánicas (P.e. diferenciar cartas de equipo para Fanhunter y Fans, nuevas facciones y alguna reglilla extra, etc...). Además, la propia campaña que viene en el manual de instrucciones se queda algo corta, ya que jugadores con más experiencia querrían algo más largo y elaborado. 

Pero en conjunto, como primera versión comercial del juego, resulta un título bastante apto y que disfrutarán los fans de Fanhunter y de este tipo de juegos de mesa. De hecho, como nota de color, aquellos que jugaran a su predecesor, Fanhunter: Batallitas, encontrarán que Fanhunter Urban Warfare bebe bastante de este antiguo juego de mesa ya descatalogado y celebrarán las coincidencias con este viejo título. 

Fanhunter Urban Warfare puede encontrarse en tiendas especializadas y de juegos de mesa y en grandes superficies. Su precio orientativo es de 69,95 euros. 

Lo mejor

  • Las figuritas. No requieren troquelado y tienen un buen acabado. Ideales para pintar
  • El humor friki de Fanhunter
  • Reglas ágiles y sencillitas

Lo peor

  • Algunos agujeros en las reglas (que esperamos que se solventarán con FAQs)
  • La expansiones futuras están llamadas a completar más el juego con más personajes, unidades, reglas...
  • Campaña algo pobre. Se echan en falta más escenarios y posibilidades.

 

Más información en: Devir

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