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Unboxing y curiosidades de Mega CD - La OdiSEGA Episodio 5

¡Continúa nuestro viaje por la historia de las consolas SEGA! Si hace unas semanas os mostramos nuestro unboxing y curiosidades de Mega Drive (sin duda, el aparato más exitoso de la compañía), en el capítulo 5 de La OdiSEGA nos toca hablar de Mega-CD, el añadido que estaba llamado a traernos una nueva dimensión de juego.

Como sabréis los veteranos de los videojuegos (y si sois jovencitos, os lo explicamos), el éxito de Mega Drive era alto a principios de los 90, pero en esa década comenzaba a imponerse una tendencia en entretenimiento: la del formato Compact Disc. Eran los años en los que "multimedia", "vídeo digitalizado" o "sonido con calidad CD" eran sinónimo de futuro y todo el mundo pensaba en subirse a ese tren de una forma u otra. NEC ya había presentado la PC-Engine CD (o Turbografx CD, en occidente) y en SEGA hicieron los deberes para tener su propia unidad lectora de compact disc, que se acoplaría a Mega Drive y no solo permitiría leer juegos en ese formato (lo que otorgaba una cantidad de memoria muy superior a la de los cartuchos), sino que también aumentaría las prestaciones técnicas que ofrecía Mega Drive.

Mega-CD se lanzó en Japón a finales de 1991, aterrizó en EEUU en 1992 (allí se llamó Sega-CD) y en España lo conocimos en 1993, ya en su forma de Mega-CD II. Seguro que recordáis la enorme campaña publicitaria que montó SEGA alrededor del producto (ese icónico Canal Pirata SEGA), vendiendo que las rivales se habían quedado obsoletas y que Mega-CD nos ofrecía "imágenes reales" y una calidad de audio inigualable. Todo ello, a un precio de 50.000 pesetas del ala.

El salto era real hasta cierto punto, pero tanto SEGA como las third parties cayeron en la tentación constante de presentar juegos en Full Motion Video (vídeos digitalizados a pantalla completa o "casi completa") cuya jugabilidad era más bien escasa. Se trataba más bien de películas interactivas. Para cuando llegó el cambio de generación, con la propia Saturn y, sobre todo, PlayStation, Mega-CD se había quedado demasiado atrás y para 1995 nadie pensaba en el add-on de Mega Drive.

A pesar de ello, a lo largo de su vida el aparato obtuvo unas ventas razonables y presentó juegos que hoy son verdaderos clásicos, como Final Fight CD, Sonic CD, Silpheed, Eternal Champions CD o Snatcher, una de las obras maestras de Hideo Kojima.

Conoce la historia de la época dorada de SEGA a través de este libro.

Así pues, en este episodio 5 de la OdiSEGA os mostramos un unboxing del Mega-CD II (que, como decimos, fue la versión que llegó "oficialmente" a nuestro país) y ponemos en marcha algunos de sus juegos, pero también mostramos junto al gran Bruno Sol cómo era Mega-CD I. De propina, hablamos de algunos de sus grandes juegos y de alguna curiosidad que os llenará de nostalgia.

¡Y el viaje no se detiene! Dentro de poco, os presentaremos el capítulo correspondiente a Mega Drive 32X (si Mega-CD fue arriesgado, lo de 32X ya fue un descalabro en toda regla) pero, mientras tanto, podéis repasar los capítulos anteriores de esta serie. Y, por supuesto, seguid viviendo una aventura SEGA.

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