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Uncharted El Legado Perdido puede superar a los juegos de Nathan Drake

Hemos jugado a la versión final de Uncharted 4, la nueva aventura protagonizada por Chloe Frazer y Nadine Ross para PS4. Os contamos qué nos ha parecido y por qué creemos que podría ser la experiencia Uncharted definitiva.

El pasado año, Naughty Dog se despedía de su cazatesosoros más exitoso con Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón, poniendo así punto y final a una saga que se ha convertido por méritos propios en uno de los buques insignia de la marca PlayStation.

Análisis de Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón

Pero aunque hayamos conocido el desenlace de la historia de Nathan Drake, este universo de aventureros, antiguas civilizaciones y reliquias perdidas está lejos de terminar. La PlayStation Experience 2016 fue el escenario de presentación de Uncharted: El Legado Perdido, una aventura completamente nueva que llega también a PS4.

Ambientado seis meses después de lo acontecido en Uncharted 4, los focos se sitúan en esta ocasión sobre una pareja de heroínas: Chloe Frazer, ladrona de guante blanco que trajo de cabeza a Drake en Uncharted 2, y Nadine Ross, ex-líder de la organización paramilitar Shoreline y antagonista de Uncharted 4. Ambas forman una alianza incómoda que las llevará hasta los Ghats occidentales (una región de la India conocida por sus montañas) para encontrar el cuerno de Ganesh, tesoro que lleva perdido cientos de años.

La exploradora que halló la libertad

Y precisamente esa fue la zona que pudimos explorar con total libertad el pasado viernes, en un evento de Sony donde tuvimos la oportunidad de jugar a la versión final (doblaje castellano incluido) de Uncharted: el Legado Perdido.

En lo que a mecánicas se refiere, Chloe es un calco del Drake de Uncharted 4. Además de correr, saltar y trepar por casi cualquier tipo de superficie, cuenta con algunas de las habilidades que introdujo la última entrega numerada, concretamente, la posibilidad de usar un gancho para balancearse en determinados puntos del escenario, un piton para escalar por paredes escarpadas o distintas acciones orientadas al sigilo (esconderse en arbustos y marcar enemigos).

Uncharted: El Legado Perdido

Pero El Legado Perdido no se limita a repetir la misma jugada: también expande algunos de los aspectos más interesantes para tratar de convertirse en la experiencia Uncharted definitiva. 

Hasta ahora, todas las entregas habían estado divididas en capítulos, divididos a su vez en niveles de desarrollo lineal. Uncharted 4 seguía también esta tónica, pero jugueteó con la idea de dar más libertad al jugador, incluyendo escenarios de mayor tamaño. El nivel de Madagascar es probablemente el mejor ejemplo en ese sentido, aunque estaba lejos de lo que hoy consideramos "mundo abierto", y al final no era más que otro nivel guiado pero más grande.

Uncharted: El Legado Perdido repite la estructura por capítulos y niveles, pero, esta vez, Naughty Dog no ha puesto restricciones y, ahora sí, tenemos un escenario de gran tamaño, abierto y con distintos objetivos (principales y opcionales) que podemos completar en el orden que queramos. Tras ver lo que han conseguido con la aventura de Chloe y Nadine, es inevitable tener la sensación de que lo de Uncharted 4 no fue más que un experimento que da ahora, por fin, sus frutos.

Uncharted: El Legado Perdido

La parte que jugamos nos soltaba directamente en los Ghats, a bordo del jeep y acompañados por Nadine. Nuestro objetivo era encontrar varios lugares representados por el hacha, el arco y el tridente de Ganesh, que según las leyendas abren el camino hacía el ansiado cuerno.

Y lo primero que se nos recomendaba era subir hasta una torre central desde la que contemplar la zona. Desde lo más alto, era posible vislumbrar tres construcciones representadas por los mentados símbolos, así como una cuarta de aspecto misterioso. Chloe aquí aprovechaba para marcar los objetivos en su libreta (muy similar a la que Nathan lleva en sus aventuras), que actúa como mapa. Y creednos, lo vais a utilizar: los Ghats son un escenario de tamaño considerable, pero la vegetación y la complejidad del terreno hacen que sea difícil orientarse sin su ayuda. 

Uncharted: El Legado Perdido

Ya teníamos nuestros tres objetivos principales, así como uno secundario. De forma similar a lo visto en títulos como Far Cry o MGSV: The Phantom Pain, al recorrer la zona encontramos zonas tomadas por los enemigos, que podemos afrontar con pistolas y a lo loco, con sigilo o evitar completamente. Este nuevo acercamiento le sienta como anillo al dedo a la fórmula Uncharted, pues potencia la sensación de exploración y descubrimiento, que es al fin y al cabo la esencia de la saga. Además, al ser un escenario más "contenido", con objetivos muy bien definidos, se evita la fatiga que aquejan los juegos de mundo abierto que todos conocemos.

A esto hay que unir también todos los secretos y objetos coleccionables repartidos por la zona, lo que invita todavía más a explorar el escenario. Además de los tesoros que se han visto en todas las entregas de la saga, El Legado Perdido introduce un nuevo tipo de objeto coleccionable: una suerte de artefactos que exploran el trasfondo de la región y el imperio Hoysala, aportando un trasfondo que nos permite profundizar en las raíces culturales sobre las que se asienta esta entrega.

Uncharted: El Legado Perdido

Es una de las nuevas técnicas narrativas que Naughty Dog, estudio que suele sobresalir en este aspecto, ha utilizado en El Legado Perdido para ir un paso más allá. También se ha recuperado uno de los aspectos de The Last of Us: las conversaciones opcionales. En determinados momentos, un icono sobre la cabeza de Nadine (y una pequeña pista auditiva) nos avisará de la posibilidad de entablar una conversación, que puede ir desde un relato sobre el pasado de alguna de las dos heroínas... hasta un pequeño alivio cómico. Y hablando de comicidad, ojo con Chloe, porque sus monólogos consiguen que nos olvidemos del parlanchín Drake.

Quizás el único aspecto que puede tirar para atrás es que, por lo general, las sensaciones respecto a Uncharted 4 son muy, muy similares. Se echan en falta más cambios jugables (se ha introducido una mecánica para abrir cofres con ganzúa, pero no es algo que destaque en exceso) que lo diferencien de la última entrega, que potencien la sensación de que no estamos ante un DLC, sino ante un Uncharted con todas las de la ley. Porque eso es en esencia El Legado Perdido: una aventura independiente que podría haberse llamado Uncharted 5 sin demasiados problemas.

Uncharted: El Legado Perdido

De hecho, y como ya sabréis, Uncharted: El Legado Perdido se vende en formato físico y como contenido aparte de Uncharted 4. Pero hay más: para potenciar aún más su naturaleza independiente y no ser simplemente considerado como "el DLC de Uncharted 4", El Legado Perdido incluye TODOS los contenidos y modos multijugador lanzados para la cuarta entrega. Todo un incentivo. 

¿Y qué podemos decir del apartado visual? Que tampoco ha cambiado demasiado... Y eso es una grandísima noticia, porque Uncharted 4 sigue siendo uno de los mayores portentos visuales que se han visto en consola. El Legado Perdido mantiene el nivel, y sus escenarios cargados de detalles, animaciones y expresiones faciales os va a tener con la boca abierta en todo momento. Además, se beneficia de las mejoras de PS4 Pro, así que si tenéis este modelo de PS4, podéis contar con soporte para HDR y resolución 4K dinámica. No os perdáis el gameplay de Uncharted el Legado Perdido que encabeza este contenido para apreciarlo. 

Y si os gusta lo que veis (y leéis) recordad que el próximo 22 de agosto, tenéis una cita con Chloe y Nadine para encontrar el cuerno de Ganesh.

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