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Análisis de Donkey Kong Country: Tropical Freeze

Nacho Bartolomé

Análisis de Donkey Kong Country: Tropical Freeze
A Donkey Kong le van las emociones fuertes: se escapó con una chica a lo alto de un andamio, se enfrentó (judicialmente) al mismísimo King Kong, marcó estilo combinando corbata con gráficos prerrenderizados, convirtió unos bongos en mando de control… y cuando parecía que estaba DKpa caída, regresó a las plataformas con Donkey Kong Country Returns, que kongfirmó que Retro Studios son especialistas en actualizar eso, lo retro. Ahora vuelven con Tropical Freeze, una secuela que le da un toque tropical al frío invierno de lanzamientos de Wii U. 

Y Donkey empieza 2014 atravesando una sabana arrasada por un tornado a lomos de un rinoceronte, escapando en barril cohete de un enorme robot de madera pilotado por un pingüino, buscando llaves para escapar de un laberinto submarino... porque Tropical Freeze es un “más y mejor” que coge la base de Returns, la de un plataformas de desplazamiento en dos dimensiones lleno de retos y situaciones límite, y la lleva más allá. Concretamente cinco islas más lejos. Y eso que todo empieza con la familia Kong celebrando el cumpleaños de DK (y de paso el de la saga Country, que cumple 20 años). Pero antes incluso de que puedan cantar el Kongpleaños Feliz o el DK Rap, de repente... 

Se acerca el fresquito

Una banda de animales de aspecto vikingo procedentes del Mar del Norte invocan un gélido temporal que congela la isla DK y envía a Donkey, Diddy, Dixie y Cranky por los aires, cinco islas más lejos, que tendrán que recorrer hasta regresar a su hogar y rekongquistarlo. No será tarea fácil ni para Donkey ni para los jugadores. Pero el juego se esfuerza en dejar claro que esto no es un Mario, que esto no empieza con un fontanero dando alegres saltos por una pradera, sino que estamos ante un plataformas salvaje en el que Donkey arranca el juego reventando a puñetazos el fuselaje del avión en el que se encuentra tras aterrizar en un pantanoso manglar. Y es sólo el principio.

Análisis de Donkey Kong Country: Tropical Freeze

Donkey Kong Country siempre ha sido el mono contra la naturaleza, una serie de catastróficas (y divertidísimas) desdichas. Y Tropical Freeze es Country en estado puro. los escenarios naturales, el desarrollo en desplazamiento lateral, las lianas y enredaderas a las que DK y kongpañía pueden agarrarse como buenos monos, los plátanos repartidos por todas partes que otorgan una vida extra al recoger 100, los barriles cañón que nos propulsan de una zona a otra, las fases en las que esquivamos todo tipo de obstáculos montados en vagoneta, las erupciones de lava... También están los barriles DK que contienen a un compañero para otorgarnos salud extra y nuevas habilidades, los vuelos frenéticos en barril cohete y el modo cooperativo para dos jugadores simultáneos que introdujo Returns.

Más leña a los monos

Pues Retro Studios (con ayuda de Monster Games) ha metido todo eso en un barril y ha añadido más y mejor. Ahora Donkey no sólo cuenta con la ayuda de Diddy, sino que Dixie y el mismísimo Cranky Kong se unen a la aventura: Diddy cuenta con su barril propulsor para mantenerse en el aire unos instantes, Dixie "hago lo que quiero con mi pelo" puede girar su coleta como una hélice para elevarnos ligeramente en pleno salto y el cascarrabias de Cranky utiliza su bastón para saltar y rebotar con seguridad sobre pinchos afilados, una técnica que aprendió del Tío Gilito durante unas vacaciones en Benidorm. 

Análisis de Donkey Kong Country: Tropical Freeze

Casi siempre podemos elegir qué compañero queremos que nos acompañe gracias a que los barriles DK van rotando y sólo tenemos que romperlos cuando muestren las iniciales del personaje de marras. En ciertas ocasiones los barriles DK sólo contienen a un mono en concreto, pero cualquier nivel puede ser superado con cualquier personaje. Eso sí, hay algunas piezas de puzle o salidas alternativas en las fases que sí requieren a un determinado Kong.

Todos los personajes comparten una nueva habilidad de estreno: tirar de argollas situadas en el suelo para desenterrar objetos o activar algún mecanismo, algo que le pega más a los monos que agacharse y soplar, idea de Miyamoto introducida en Returns que desaparece en esta entrega. Esta vez los Kong prefieren ahorrar aire para otra de las más refrescantes novedades del juego: la posibilidad de nadar y bucear.

Análisis de Donkey Kong Country: Tropical Freeze

Realmente no es una novedad, sino el regreso de una habilidad presente en toda la saga Country que se echó de menos en la entrega de Wii y 3DS. Pero vuelve con cambios: el control bajo el agua abandona el "machaca el botón de salto para avanzar" y se asemeja bastante al que se pudo jugar en Rayman Origins y Legends, en el que podemos movernos como monos en el agua simplemente usando el stick (o la cruceta). También es posible realizar giros para atacar a la fauna submarina, algo que viene muy bien dada la ausencia de Enguarde el pez espada. Eso sí, esa mayor destreza acuática se compensa con una barra de oxígeno limitada que nos obligará a estar siempre pendientes de encontrar burbujas para seguir con vida. Un cambio de mecánica y ritmo que se agradece.

Kongtrólalo a tu gusto

Pese a estos añadidos, el control y la física de los personajes a la hora de rodar y saltar son practicamente idénticos a los de Returns, con la posibilidad de utilizar sólo con el mando de Wii, combinarlo con el Nunchuk o, para alegría de los que prefieren jugar sin tener que agitar el mando para rodar (o sin televisión), con el Wii U GamePad, además de con el mando Clásico Pro. Incluso podemos personalizar aún más el control, eligiendo entre desplazarnos con el stick o con la cruceta, o cambiar las funciones de los botones. Chapó por un control fiable y a medida que nos permitirá kongcentrarnosen sobrevivir.

Gorilas en la nieve

Porque la gélida amenaza de los invasores y el genial diseño de niveles, marca de la casa de Retro Studios, obligarán a los monos afrontar una tremenda variedad de situaciones. Cada nivel incorpora una mecánica nueva en forma de plataformas, mecanismos, enemigos, obstáculos... peligros en general que sorprenden continuamente. Tan pronto los monos tendrán que deslizarse a toda velocidad en tirolina por un acantilado, como tendrán que atravesar una sabana en llamas lanzando frutos llenos de agua para despejar el camino, sobrevivir a los afilados peligros de un aserradero en un frenético viaje en vagoneta, iluminar unas grutas sumergidas con la ayuda de unos peces linterna, cruzar en barril cohete un poblado pesquero habitado por unas agresivas criaturas marinas o arrasar con todo lo que se nos ponga delante del cuerno a lomos del rinoceronte Rambi (que vuelve a ser el único animal amigo). 

Análisis de Donkey Kong Country: Tropical Freeze

Los peligros son constantes, pero la curva de dificultad está mejor equilibrada que en Returns, aunque es siempre retante. Es destacable la desaparición de la super guía presente en el anterior juego, ya que, como han afirmado los desarrolladores, realmente es más divertido para el jugador superar las situaciones con algo de ayuda que ver cómo el propio juego lo hace automáticamente.

Por eso se incorporan distintas formas de "echarle un mono" al jugador: Ahora hay más ítems que nunca en la tienda que ahora regenta Funky Kong, como pociones de invulnerabilidad, corazones de salud extra, globos que nos rescatan tras caer en un abismo... y en el mundo de Donkey Kong el dinero no es problema porque hay monedas por doquier en todas partes. También se suaviza la dificultad de las fases de vagoneta y barril cohete incorporando un corazón de vida extra para aguantar un primer impacto. Además, ahora hay un nuevo movimiento de ayuda, el Kong-fu, que convierte a todos los enemigos en pantalla en objetos como vidas, monedas o corazones de salud dependiendo del personaje que nos acompañe. Para ejecutarlo hay que llenar antes una pequeña barra recogiendo plátanos. Su uso es totalmente opcional, aunque puede resultar útil en ciertos momentos de apuro. Y siempre está la opción de pedir ayuda a un amigo, ya que todo el juego se puede disfrutar de principio a fin en modo cooperativo local para dos jugadores, eligiendo al mono que acompañará a DK en la aventura.

También se han incluido diversos juegos de perspectiva que a veces simplemente aportan más dinamismo y espectacularidad, pero otras influyen directamente en la mecánica de juego, como la fase de vagonetas que abandona la perspectiva 2D para abrir varios raíles y permitirnos saltar de uno a otro.

Análisis de Donkey Kong Country: Tropical Freeze

Las situaciones son variadas, pero también hay entornos de todo tipo, siempre dentro de la ambientación natural característica de la saga. Atravesaremos pantanosos manglares, acantilados, ruinas sumergidas, sabanas que os recordarán inevitablemente a El Rey León, fábricas de zumo en plena jungla y, por supuesto, la isla Kong. Pero el talento de la desarrolladora de Texas se nota no sólo en la creatividad, también en su atención al detalle:cada plataforma tiene su estructura de madera o similar que la sustenta (nada de plataformas flotantes porque sí como en Mario), los peligros tienen su porqué (el incendio en la sabana es provocado por una tormenta al final de la fase anterior), cada isla alberga su propio tipo de vegetación (baobabs en la sabana, pinos en los bosques de las montañas...) e incluso las batallas con los jefes tienen su pequeña secuencia introductoria que desemboca en el enfrentamiento. Enemigos finales que, por cierto, son más variados, mejor resueltos y más retantes que en el anterior juego.

Kongtenido para rato

Hay un total de 57 (largos) niveles, cifra algo inferior a la de Returns, pero la cantidad de secretos y desafíos para mantenernos pegados al mando es mayor. Existen salidas alternativas en ciertos niveles que desbloquean rutas con nuevas fases en el mapa de cada isla, piezas de puzle ocultas para desbloquear arte conceptual (algunas en pantallas de bonus demasiado repetitivas, similares a las del juego anterior) y letras KONG que abren templos con dificultad para expertos. Pero también regresa el modo contrarreloj, que permite apreciar aún más el sobresaliente diseño de las fases, incorporando interesantes novedades: al perder una vida se reinicia automáticamente el nivel y el contador de tiempo, es posible fardar de medallas de oro con jugadores de todo el mundo gracias a las tablas de clasificación online e incluso grabar y compartir un video de nuestro mejor tiempo o ver los de otros jugadores. Da para muchas más horas de juego, pero aún hay más secretos desbloqueables...

Análisis de Donkey Kong Country: Tropical Freeze

Y si las peripecias de Donkey por las islas son un espectáculo, las vistas desde el sofá también. El apartado técnico reutiliza el motor gráfico de la entrega de Wii llevándolo a la alta definición (720p) y mejorando texturas, puliendo detalles como el conseguido pelaje de los monos y manteniendo una fluidez digna de un mono trepando ramas: 60 imágenes por segundo. Tampoco faltan los niveles que juegan con toques visuales muy vistosos, como los que sólo nos muestran siluetas de los personajes.

Eso sí, los tiempos de carga pueden hacerse algo más largos que en el anterior juego, y no suelen bajar nunca de los 10 segundos al cargar cada nivel (a veces rondando los 20), aunque no llegan a resultar cargantes. No hay duda de que el salto gráfico podía haber sido mayor, sobre todo dado cómo ha ido exprimiendo Retro Studios cada consola, pero Returns era un espectáculo y Tropical Freeze lo es más: una delicia para la vista. 

David Wise Returns

Y para las orejas. Regresa otro miembro de la familia Kong, aunque éste con menos pelo: David Wise, antiguo compositor de Rare y autor de la música de los dos primeros Donkey Kong Country, firma una banda sonora espectacular, variada, a la altura de su carrera y de las expectativas de los fans. Extensísima, variada, cañera cuando debe serlo, pero también relejante o épica dependiendo de la ocasión. Contribuye mucho a esa sensación salvaje y desenfadada que transmite el juego y recuerda en muchas ocasiones a Donkey Kong Country 2, tanto por estilo como por recuperar algunos de sus temas. No se puede decir mucho más con palabras: el kongpositor ha vuelto a lo grande.

Kongclusiones

Donkey Kong Country: Tropical Freeze no deja frío. Es un plataformas con tanta personalidad como un gorila con corbata: salvaje, dinámico, variado, desafiante... una secuela continuista y poco arriesgada, sí, pero ejecutada de manera sobresaliente y que mejora el original como lo hizo en su día Donkey Kong Country 2. El mejor plataformas 2D de la consola y ¿el mejor de la saga? No es poco teniendo en cuenta que Wii U puede considerarse la nueva "plataforma de los plataformas". Todo fan del género hará bien en salir disparado a por él en barril cañón.

VALORACIÓN:

Una secuela de las de "más y mejor" que no sorprende tanto como Returns en su momento, pero es tan espectacular y salvaje que 'kongvencerá' a cualquier amante del género.

LO MEJOR:

El diseño de niveles y la enorme variedad de situaciones. La banda sonora, una maravilla.

LO PEOR:

Se nota que el motor gráfico viene de Wii. El número de niveles es inferior al de DKC Returns.

Plataformas:

Nintendo Switch,

Wii U

Versión comentada: Wii U

Hobby

93

Excelente

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