Análisis de Drawn to Death, lo nuevo de David Jaffe, para PS4

Que levante la mano quien no haya pasado el rato en clase garabateando el cuaderno alguna vez. Está claro que estudiar es importante, nadie lo niega, pero desarrollar la creatividad ya sea aprendiendo a tocar un instrumento, leyendo un libro o dibujar también lo es. Precisamente esto último es lo que parece haber hecho David Jaffe, desarrollador de videojuegos culpable de sagas como Twisted Metal o God of War, en su época estudiantil la mayor parte del tiempo. De ser así, damos gracias por ello, puesto que no habríamos tenido las anteriores genialidades y la que os vamos a hablar en esta ocasión: Drawn to Death. 

Pues sí, alejado del desarrollo de God of War, David Jaffe ha dedicado los últimos años a la creación de este curioso shooter multijugador en tercera persona para PS4. Aunque le hayamos dado la categoría de genialidad a Drawn to Death, que en parte sí lo es, a la hora de la verdad es una propuesta que se ha quedado a medio hacer. Antes de explicaros las razones por las que pensamos esto, os vamos a contar qué es lo que ofrece este título exactamente. 

Lo primero que vemos al comenzar es una clase de ciencias, la típica que te hace querer dormir en el instituto (para qué engañarnos). Con lo anterior, entendemos la cantidad de dibujos que hay en el cuaderno situado encima de la mesa, con el que accederemos a cada uno de los modos del juego. Siguiendo la estética de este título, el menú pasa a ser básicamente la portada del cuaderno, con el que podemos acceder a los siguientes apartados: Pelear; Botín; Entrenamiento; Provocaciones, estadísticas y rollos; y a los acertijos de la Esfinge. 

¡Garabatos al poder!

Sí, no hace falta estrujarse mucho el cerebro para entender que el apartado Pelear es el que nos llevará a la pantalla donde podremos elegir el tipo de partida y el personaje que utilizaremos para disputarla. Hay tres maneras de jugar la partida: amistoso, no clasificatorio y clasificatorio. El primero de ellos permite jugar con amigos en siete modos distintos: Duelo simple; Duelo por equipos simple; Donante de órganos; Duelo de órganos (2 jugadores); Camorra (2 jugadores); Duelo básico y Duelo básico por equipos. Mientras que, los otros dos modos, permiten jugar de manera online y tan solo a una selección de los anteriores.

Además de la variedad de modos, las armas de las que podemos hacer uso también son de lo más variopinto, entre las que encontramos, por un lado, clásicas como un francotirador o un fusil, y, por otro lado, raras y originales como pueden ser el Voley Dan (un cádaver que lanza pelotas) o el JRPG (una consola de 16 bits). Pero, hasta aquí es donde podemos llegar contando cosas buenas del contenido la verdad, puesto que el resto del mismo no lo es tanto.

Un poder a medio gas...

Primero, los personajes creados para la ocasión son seis en total (Johnny Savage, Diabla Tijuana, Cyborgula, Alan, Bronco y Ninjaw. C) que, aunque el diseño artístico de los mismos es muy creativo, es una cantidad escasa si la comparamos con el total de armas existentes. Segundo, los mapas (Alientown, Monte Killmore, Cementerio del gladiador, Insultorio y Asedio) también cuentan con una cantidad pobre, siendo el total cinco y lo único destacable de los mismos su diseño también. Aunque, por suerte, no todo está perdido, puesto que los personajes juegan con la baza de contar con ataques especiales que añaden mayor variedad a la pelea y los mapas ofrecen numerosas opciones para llevar nuestra estrategia acabo. 

Además de lo anterior, hay otros aspectos del juego que hacen que no consigamos engancharnos de la misma manera que lo hacemos con otros shooter. Por un lado, no poder elegir el modo que queremos jugar de manera online, llegando a ser repetitivo que, por la aleatoriedad del juego, juguemos mayormente los mismos modos. Por otro lado, meter casi con calzador tener que pagar por cajas que nos ofrezcan disfraces o por el traje de Kratos (sí, fans de God of War, si queréis vestir a vuestro personaje como el temido semidios, tendréis que pasar por caja) no es que haga mucha gracia. 

Conclusiones

Seguir "dibujando" el diseño del juego hubiese sigo la mejor opción para David Jaffe, puesto que, seguramente, le hubiese ayudado para hacer mejor a Drawn to Death de lo que es. Ojo, es una propuesta interesante de jugar por su diseño artístico y por su alta cantidad de sarcasmo presente desde los primeros momentos del juego, pero que, más allá de eso, no consigue que queramos volver a jugar, ni que queramos desembolsar dinero con sus micropagos, especialmente por el disfraz de Kratos (sí, lo asumimos, nos encantó el guiño, pero tener que pagar por él es un crimen).