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Análisis de Onrush, coches de choque para PS4, Xbox One y PC

José Luis Ortega

Gameplay e impresiones de Onrush, lo nuevo de los creadores de DriveClub
Paul Rustchynsky, director de títulos como Motorstorm o Driveclub, vuelve a la carga con una de las propuestas más locas y desenfrenadas a cuatro ruedas que recordamos. ¡Y mira que las ha habido! En Onrush no importa llegar a la meta, porque no hay. Aquí, la gracia reside en chocarnos contra los demás vehículos y destartalarlos sin piedad alguna. Un concepto extremo que suena divertidísimo, ¿resultará igual?

Hemos perdido la cuenta de las veces que nos hemos estampado realizando el análisis de Onrush para PS4, Xbox One y PC. No porque seamos unos paquetes al volante -que también-, sino porque es donde reside la magia del juego. Onrush es una propuesta desenfrenada, irreverente y directa a la diversión. No tiene complejos; se basta de la gozosa espectacularidad que desprende para atrapar a los amantes de la velocidad.

O incluso a los que no lo son tanto. Aquí da igual llegar a la meta, porque no la hay. Pero sí hay victorias y derrotas. En este caso, encajaría el manido dicho de que "lo importante es participar". Porque aquí poco importa perder; la diversión que hay en el camino compensa el enclave final.

¿Qué es Onrush, Hulio?

Probablemente os estéis preguntando... "un momento, ¿cómo que no hay meta siendo un videojuego de carreras?". Pues no. El concepto de Onrush es tan loco en el que se prescinde de algo tan básico y aparentemente necesario como cruzar la bandera de cuadros. Onrush puede presumir de innovar en el género de la velocidad mediante un concepto tan desenfrenado como valiente. Hecho, ante todo, ya es digno de admirar.

Onrush

Pongámonos en situación. Onrush es un título que tiene al frente a Paul Rustchynsky, director de otros títulos de conducción como Motorstormy Driveclub. Su nueva obra tiene mucho del primero, debido a su estilo arcade con conducción off-road. A la ecuación le sumamos un poco de SSX, Destruction Derby y Rocket League; y de la coctelera sale Onrush.

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Vaya mezcla, ¿no? Explicar el concepto de Onrush no es tan sencillo como parece. Aunque el propio Rustchynsky nos lo explicó de fábula cuando lo entrevistamos durante la pasada edición de Paris Games Week, evento en el que se presentó en sociedad:

OnRush 4

"Onrush no es un juego de conducción tradicional. No es un juego sobre adelantar posiciones y llegar el primero a la meta. Es sobre lo que puedes hacer por el camino, aprovechando las oportunidades para sacar de pista o destrozar a los demás vehículos. Aquí podrás entrar en acción rápido haciendo cosas realmente espectaculares que harán que cambie el juego en todo momento sin dejar de sentir la presión de un juego de carreras".

Valentía e innovación

Básicamente, Rustchynsky y su equipo en Codemasters han querido seguir las tendencias del mercado y llevárselas a su terreno: el de los juegos de conducción. Nos encontramos ante un videojuego en el que prima lo competitivo, haciéndolo en base a un concepto cafre y adictivo. Y funciona. También hacen acto de presencia las recompensas de botín en forma de contenidos estéticos. Un intento evidente de revolucionar los títulos de velocidad mediante una propuesta sencilla y apta para todos los públicos, con la idea de que se construya una comunidad sobre ella. ¿Es suficiente esta premisa?

Onrush

Es difícil responder a esta pregunta, ya que Onrush nos ha dejado la sensación de que es un producto diseñado a largo plazo. Ya vimos como Driveclub en su lanzamiento era parco en contenido y que a base de actualizaciones se convirtió en una propuesta más que sólida. Puede que, aunque sean concepciones muy diferentes, ocurra algo similar. Es divertido, sí. Pero como si de un amor de verano se tratase, la chispa se acaba enseguida.

Era un domingo en la tarde fuí a los coches de choque, tiroriroriroriri

Las carreras de Onrush -llamémoslo así- son vibrantes y de vértigo. Básicamente, tenemos el control de un vehículo y nuestro objetivo principal es el de tratar de reventar a nuestros adversarios, como si estuviéramos en los coches de choque. Se compite por equipos: azul y naranja -pero sin balón de fútbol-. Circulando a toda velocidad por variopintos escenarios en todo tipo de entornos y perfectamente estructurados con numerosas vías y atajos, debemos ir rellenando la barra de impulso. Se puede hacer de varias formas: recogiendo potenciadores por el escenario, chocando contra vehículos bots de morralla plantados para eso, saltando rampas o, por supuesto, masacrando a los rivales. Cuando se alcanza el máximo, podemos activar el "Rush", con el que alcanzamos una velocidad descomunal, siendo capaces de destrozar casi todo lo que se nos interponga por el camino.

En este aspecto no hay pegas. El concepto y la base son divertidos. En la primera carrera manejaremos el vehículo sin problemas, y su ritmo frenético ayuda a estar en tensión en todo momento, ya que cuando menos lo esperemos acabaremos como un mosquito contra la pared. Quizás, lo que sí incomoda en plena faena es que, cuando realizamos un derribo sobre un oponente, la cámara pasa a cámara lenta, cambiando el plano para recrearnos en nuestra acción; pero eso desorienta ligeramente, y al volver a la normalidad, en más de una ocasión hemos perdido la referencia y nos hemos chocado inevitablemente.

Quizás presa de su concepto tan loco, Onrush es demasiado parco en modos de juego: tiene cuatro, algunos de ellos inspirados en los juegos multijugador más clásicos. Por ejemplo, Lockdown es uno de los más divertidos, ya que es una especie de 'capturar la bandera' en el que tenemos que meternos dentro de un círculo que no para de moverse por el escenario y aguantar cinco segundos -estando en mayoría o sin que haya otro vehículo rival' para capturarlo. Es probablemente el más divertido de todos.

OnRush 1

En el resto de modos de juego encontramos Overdrive, en el que el objetivo es tratar de tener siempre impulso activo para incrementar el marcado de puntuación; Countdown, que propone atravesar puntos de control para obtener bonificaciones de tiempo y evitar llegar a cero antes que los rivales y Switch, que insta a probar los diferentes tipos de vehículos acabando con los oponentes.

Lo que disfrutaréis Onrush con el Volante Logitech G29

En Onrush encontramos ocho vehículos diferentes, siendo dos de ellos motos. Cada una de las opciones posee diferentes habilidades que pueden resultar determinantes para obtener la victoria. Estas aportaciones temporales pueden ser ayudas para nuestras huestes, pudiendo proporcionar un escudo que aumente la resistencia o dejando impulsos para que los recojan los compañeros, pero generalmente están para fastidiar a los rivales, pudiendo cegarlos o dejar estelas resbaladizas para que se escamochen contra la pared. Hay un Modo Foto para recrearos en la pirotecnia de la obra

​ Onrush

Siguiendo las tendencias con el freno de mano echado

A medida que competimos e incrementa nuestro nivel, desbloqueamos cajas de botín que nos sirven para obtener contenidos estéticos para los personajes, vehículos -se desbloquean nuevos diseños, pero las características son las mismas- o lápidas para dejar un recuerdo del último lugar en el que nos hemos estrellado. Al ser un contenido meramente visual, como ocurre en juegos como Overwatch, no incomoda en demasía. El diseño de Onrush, especialmente el de sus personajes y vehículos, tiene un toque macarra que, si bien a veces peca un poco de creepy, le sienta de fábula.

Onrush incluye un modo principal para el disfrute individual -puede jugarse en compañía- llamado Superestrella. En dicho apartado se repiten hasta la saciedad los cuatro modos de juego, variando los escenarios -a mitad se incluyen cambios climáticos y de meteorología-. No aporta demasiado salvo la obtención de recompensas para los más completistas. Además, al competir con y contra la IA, queda una ligera sensación de que el resultado no depende mucho de nosotros. A veces, hemos vencido en pruebas realizadas desastrosamente, solo porque el resto de pilotos de nuestro equipo controlados por la IA han hecho lo que debían. No se aprecia demasiado reto en este aspecto, dando la sensación de que se progresa por mera inercia y no por habilidad. En general, a Onrush le falta un punto de mordiente para llegar al nivel de referentes de la conducción arcade como Burnout o Split/Second.

Onrush

Donde las cosas son diferentes es en las partidas multijugador, auténtica salsa del juego, y donde no hay excusas. Aunque no lo parezca, en Onrush resulta muy importante trabajar en equipo -especialmente en Lockdown-. Si una pieza falla resulta complicado vencer. Es aquí donde más se disfruta del concepto extremo del juego. Al final de cada partida, podemos ver quiénes han sido los mejores en los diferentes campos -más derribos, más uso de impulsos, más asistencias, etc-. Aunque como decimos, se echa en falta más profundidad en lo que a modos de juego respecta. Así, hay un verdadero riesgo de que la desidia haga acto de presencia en pocas horas.

VALORACIÓN:

Onrush es una bendita ida de olla que brilla por momentos, aunque estos a veces son demasiado efímeros. Es una propuesta valiente y digna de admiración, pero tras unas horas de juego se queda un tanto carente de contenido, especialmente por la escasez de modos de juego.

LO MEJOR:

Es una apuesta valiente y digna de admirar. Jugándolo en compañía es verdaderamente divertido.

LO PEOR:

Pocos modos de juego. El movimiento de la cámara con los impactos. Se echan en falta más power-ups.

Plataformas:

PS4

Versión comentada: PS4

Hobby

75

Bueno

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