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Análisis de Ride

Análisis de Ride
El análisis de Ride llega a nuestras carreteras tras muchos kilómetros de rodaje. Milestone, el estudio responsables de sagas como MotoGP, SBK y MXGP, se ha animado a hacer una nueva IP de motos cuyo motor ofrece una buena combustión, pero sin ningún ingenio técnico que permita considerarla rompedora.

El análisis de Ride está listo para salir del garaje, tras muchos kilómetros a lomos de sus potentes monturas. El nuevo juego de motos de Milestone Studios se pone a la venta el 2 de abril para PS4, PS3 y PC, en tanto que los usuarios de Xbox One y 360 tendrán que aguardar hasta el día 17. En esencia, el juego lleva impregnada toda la filosofía de la compañía italiana, que, en los últimos años, ha trabajado en infinidad de sagas de velocidad, como MotoGP, SBK, MXGP, MUD, WRC o Superstars V8 Racing. En relación con eso, 2015 promete ser un año extenuante para los transalpinos, pues, además de MotoGP 15, han estado trabajando en dos IP de cuño propio: Sebastien Loeb Rally Evo, que llegará en otoño, y el juego que nos ocupa.

Análisis de Ride

Pasión por el motociclismo

El género de la velocidad ha estado siempre muy decantado hacia la vertiente del automovilismo, pero también ha habido grandes juegos de motociclismo. Al margen de los títulos con licencias de campeonatos reales y de algunas recreativas legendarias, seguramente el ejemplo más significativo sea Tourist Trophy, aquel hermano de Gran Turismo que Polyphony Digital se sacó de la chistera para despedir a PS2. Con Ride, Milestone ha querido hacer algo parecido: un juego centrado en motos de calle para los más apasionados de las dos ruedas.

Nada más empezar, hay que crearse un piloto, seleccionando aspectos como el sexo, el nombre, la nacionalidad, la cara, el peinado, el estilo de pilotaje o la celebración de las victorias. Una vez hecho el trámite, se nos regala una moto y el objetivo es ir obteniendo dinero para hacer crecer nuestro garaje, pues las motos hay que adquirirlas en el concesionario o, en su defecto, ganarlas como recompensa en ciertos eventos. En total, hay 113 motos, pertenecientes a catorce fabricantes: Aprilia, Bimota, BMW, Ducati, EBR, Energica, Honda, Kawasaki, KTM, Lightning, MV Agusta, Suzuki, Triumph y Yamaha.

Análisis de Ride

El control de las motos es bastante satisfactorio, muy en la línea de lo visto en MotoGP 14. Se pueden configurar diversas ayudas, como la física de la moto, el sistema anticaballito, la posición sobre la moto o el rebobinado. Dentro de que el juego está muy equilibrado en cuanto a arcade-simulación, es notable la diferenciación entre las diversas motos, según la categoría a la que pertenezcan y, sobre todo, según la potencia que tengan. Esto se deja notar, especialmente, en los trallazos, los caballitos y, sobre todo, los levantamientos de la rueda trasera al frenar en ciertos cambios de rasante, que son una delicia. Eso sí, algunos aspectos de la física dejan mucho que desear: las 'salidas por orejas' son muy irreales (podemos seguir dirigiendo la moto aunque estemos casi descabalgados) y no hay sistema de daños. Lo que sí se ha resuelto con bastante justicia son las 'trampas': si nos saltamos una curva descaradamente, se nos añade una penalización acorde al tiempo ganado; si nos salimos y no obtenemos ventaja alguna, no pasa nada. No hay ni rastro de las molestas 'ralentizaciones' por las que optan otras sagas.

Para la personalización de las motos, se ha optado por un sistema sencillo. Así, en el concesionario, se pueden adquirir diversas mejoras para el motor, la transmisión, los frenos, las suspensiones, las ruedas y la apariencia. Luego, dentro de las carreras, se pueden hacer algunos ajustes sobre la puesta a punto, aunque se reducen a suspensiones y marchas.

Análisis de Ride

Abarcando mucho, pero apretando poco

Ride tiene su principal modo de juego en Gira Mundial, que ofrece eventos divididos en ocho categorías de motos, dentro de los cuales, a su vez, se hacen ramificaciones en función de parámetros como la nacionalidad o la potencia de las motos. En total, hay 251 eventos. Muchos se corresponden con pruebas sueltas, pero, entre ellos, también hay campeonatos de tres carreras. Como es habitual, los puestos de podio están premiados con galardones de oro, plata y bronce. Paralelamente, están los llamados Trofeos de Élite, que son ocho eventos que se desbloquean a medida que obtenemos reputación y subimos en una clasificación de pilotos. La estructura general es algo endeble, pues, al estar todos los eventos abiertos desde el principio y al ser las recompensas muy sustanciosas, se puede llegar al primer puesto de ese ranking en unas pocas horas. De hecho, las recompensas de créditos y reputación son las mismas, independientemente del nivel de dificultad en el que se juegue.

En cuanto a la tipología de los eventos, hay carreras al uso (de tres u ocho vueltas), carreras por equipos, duelos contra un único piloto, contrarrelojes, días de pista y carreras de aceleración. En el caso de los días de pista, el circuito está lleno de pilotos lentos y hay que encadenar adelantamientos, de modo que, por cada uno, se nos dan tres segundos de bonificación con los que luchar contra una cuenta atrás. En las carreras de aceleración, por su parte, nos enfrentamos a un piloto a lo largo de una enorme recta, de modo que lo único que hay que hacer es gestionar el engranaje de las marchas, manualmente.

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Fuera de la Gira Mundial, nos encontramos con las típicas opciones de Carrera rápida, Prueba de tiempo y Pantalla dividida (para dos jugadores). En cuanto al online, hay tanto opciones de partida rápida como de partidas personalizadas, a lo que hay que añadir la presencia de marcadores online, para picarse por batir los mejores récords de cada circuito.

Hablando de circuitos, Ride es un juego que da una de cal y otra de arena. Hay tres tipos: circuitos reales (Imola, Sugo, Donington Park, Road America, Magny-Cours, Almería y Potrero de los Funes), trazados urbanos (Milán y Miami) y rutas naturales (Parque nacional del Stelvio, Sierra Nevada, Norte de Gales, Templos de Kanto y Riviera francesa). Se agradece que muchas de esas pistas se hayan prodigado poco o nada en otros juegos de velocidad, pero la verdad es que catorce es una cifra que se antoja paupérrima. Se puede aceptar en un juego que dependa de una licencia, como sucede con MotoGP o F1, pero no aquí. Particularmente, creemos que se podrían haber aprovechado mucho mejor los entornos urbanos (por lo visto, Milestone no debió de tener mucho interés en ver lo que hizo en su día Project Gotham Racing 4 con sus motos y sus ciudades).

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Sin grandes alardes y con riesgos 'made in Milestone'

Técnicamente, Ride ofrece un rendimiento muy similar al que vimos hace casi un año en MotoGP 14. Nosotros lo hemos jugado en PS4 y se nota que es un título intergeneracional. En general, el acabado es sobrio y las carreras transcurren con fluidez, pero no hay detalles que logren deslumbrar, lo cual es significativo en un género donde el apartado técnico es tan relevante. Para más inri, no hay ni ciclo día-noche ni efectos meteorológicos. Juegos como DriveClub o Forza Horizon 2 lo atropellan sin siquiera tener que revolucionar el motor.

Las animaciones del piloto son bastante verídicas, con la única excepción de las 'salidas por orejas' que permiten seguir manejando la moto, como comentábamos antes. En cuanto a los entornos, destacan especialmente las rutas por carreteras abiertas, que dan más pie al lucimiento paisajístico. Eso sí, aunque no es exacerbado, hay algo de 'popping' en la lejanía, así como infinidad de espectadores clónicos. Tampoco hay efectos de partículas o de iluminación que llamen la atención.

Análisis de Ride

En lo que respecta al apartado sonoro, el rugido de las motos, sin ser nada espectacular, es muy cumplidor, igual que la voz en off que se deja oír en algunos menús, con un tono muy trascendental. Durante las carreras, también suenan ciertos temas cañeros que casan bien, aunque se pueden desactivar, si se desea.

Si sois conocedores del trabajo de Milestone Studios, sabréis que la optimización de los juegos no es su punto fuerte (para la historia ha quedado el 'bug' de las carreras infinitas de MotoGP 13). Como no podía ser menos, Ride tiene algunos problemas bastante considerables. El más evidente es el de los tiempo de carga. Por lo general, duran unos 50 segundos… salvo que estemos en medio de un campeonato, en cuyo caso, la cosa se puede ir al minuto y 50 segundos, pues se juntan la carga posterior a una carrera y la previa a la siguiente. Es tan desesperante que no nos hemos podido resistir a sacar el cronómetro para saber cuánto duraba exactamente el despropósito. Eso sí, mientras dura la espera, podréis matar el tiempo leyendo información técnica de la moto que estéis utilizando...

Análisis de Ride

Sin embargo, nos ha pasado algo aún más grave. Se nos corrompió la partida guardada y tuvimos que volver a empezar desde cero. Desde ese momento, al intentar acceder a eventos que fueran campeonatos de tres carreras, saltaba un mensaje de error y se nos devolvía al menú inicial de la consola, obligando a reiniciar. Lo probamos con infinidad de campeonatos y sucedía siempre lo mismo. Igualmente, tras estar dentro del modo Gira Mundial, si intentábamos volver al menú inicial del juego, también se colapsaba… Sin embargo, antes de que se nos corrompiera la partida, no nos sucedía, y hemos probado el juego en otra PS4 diferente y también iba bien. No podemos confirmar si esos cuelgues son consecuencia de que la partida se corrompiera y tuviéramos que volver a empezar, pero os lo advertimos para que no os pille desprevenidos. En el momento de publicar este análisis, no hay aún ningún parche disponible. Asimismo, hemos visto otro 'bug': al usar mucho una moto, el aceite se estropea y se enciende el típico piloto rojo, pero, al ir al taller y cambiarlo… la luz roja sigue igual. Milestone debería cuidar más estos detalles, porque llueve sobre mojado.

Intentando controlar el amago de caballito

Ride es el típico juego que ofrece sensaciones encontradas. Desprende pasión por las motos, el control es muy consistente y la selección de circuitos se escapa de lo habitual, pero la anodina estructura del modo Carrera, la falta de trazados, el austero apartado técnico o los desesperantes tiempos de carga hacen que el conjunto pierda muchos enteros. Los moteros lo disfrutarán, sin duda, pero no está entre lo más granado del competitivo mundillo de la velocidad.

VALORACIÓN:

Milestone lo ha vuelto a hacer: un juego con un gran control, pero que flojea en muchos apartados, lo que lo aleja del podio. Aun así, los moteros encontrarán en Ride un buen título para saciar su pasión.

LO MEJOR:

El manejo de las motos es más que notable. Circuitos poco habituales en el género.

LO PEOR:

Tiempos de carga. Pocas pistas. 'Bugs' que pueden romperlo. Flojo en lo técnico.

Versión comentada: PS4

Hobby

69

Aceptable

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