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Análisis de Super Bomberman R para Nintendo Switch

Super Bomberman R
La avanzadilla de Switch cuenta entre sus filas con un verdadero clásico de los juegos arcade. Bomberman regresa para detonar nuestras consolas... En compañía, si puede ser.

El lanzamiento de Switch es una gran oportunidad de reencontrarnos con una saga veterana como la de Link en Zelda Breath of the Wild, pero también hay otra que bien merece un respeto por las canas que peina. Sí, hoy también llega Super Bomberman R para celebrar el 33 aniversario de la franquicia Bomberman. ¡Casi nada!

Si sois de los que nunca pisaron un salón recreativo, puede que ni siquiera conozcáis de qué va el planteamiento arcade de este clásico distribuido por Konami. No pasa nada, porque nosotros, viejales que somos, hemos gozado de sus bombazos durante décadas y os lo podemos explicar: en cada fase, tenemos un "tablero" que está ocupado por obstáculos y enemigos.

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El objetivo es mover a nuestro Bomber para colocar bombas, las cuales tardan unos segundos en detonarse. Cuando lo hacen, la explosión elimina los muros o los enemigos que se encuentren en su área de efecto. Normalmente, esa área es una cruz de 3 casillas de ancho por tres de largo, pero a base de conseguir items podemos aumentar mucho esas medidas. Hay otros items que reducen el tiempo de detonación de las bombas o la cantidad de bombas que podemos colocar a la vez (esto es importante, porque si combinamos detonaciones podemos generar un efecto devastador) y otros que nos dan habilidades especiales como, por ejemplo, golpear las bombas que toquemos para que se desplacen hasta un extremo de la pantalla.

Super Bomberman R

Normalmente, superamos la misión al acabar con todos los enemigos. Pero ojo, las explosiones de nuestras propias bombas también pueden acabar con nosotros...

Lo explosivo es jugar juntos

Así funcionan los dos modos disponibles en Super Bomberman R. Por un lado tenemos los duelos (en breve entraremos en ellos) y por otro el modo Historia. Este último nos lleva a recorrer a recorrer 50 niveles divididos en varios planetas "temáticos" (hay uno tecnológico, uno helado, etc.). El objetivo general de las misiones, como decíamos, suele ser eliminar a todos los enemigos, pero también hay misiones consistentes en activar determinados interruptores, aguantar oleadas de enemigos durante un tiempo determinado, escoltar rehenes hasta la salida...

Poco a poco, iremos descubriendo en los escenarios nuevas variables, como imanes que atraen las bombas, muros irrompibles, cuestas... Así, la dificultad justita de los primeros niveles puede llegar a dispararse bastante a partir de la treintena de niveles. No os preocupéis, porque podéis cambiar la dificultad al comienzo de cada planeta. Variarla afecta al número de vidas que tenemos y la velocidad de los enemigos.

Los jefes finales son así de grandotes
Los jefes finales son así de grandotes

Después de cada 8 misiones, llega el momento de encontrarse con un jefe final, que se mueve a toda pastilla y nos "coloca" sus propias bombas, que pueden tener algún efecto especial sobre nosotros (las hay magnéticas, por ejemplo). Si los derrotamos, se montarán en unos enormes robots que nos llevarán a unos duelos finales menos "bombermanescos", pero más espectaculares. No suelen ser muy difíciles, en cualquier caso.

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Ojo, tenemos un número limitado de vidas. Si las perdemos todas, podemos usar las gemas que hayamos acumulado para comprar un "continue" y seguir desde donde nos quedamos. Pero si no tenemos moneda de cambio o no queremos gastarlas, tendremos que comenzar desde el principio del planeta. En cualquier caso, una vez cogemos el truco a la dinámica, el modo Historia no se os atragantará mucho y podréis superarlo en 2 ó 3 horas. La experiencia queda algo más entretenida por unas escenas animadas al comienzo de cada planeta y al llegar los jefes finales. Bueno, decimos animadas, pero en realidad tienen poco movimiento. Resultan simpáticas, pero irrelevantes. Por cierto, las voces en esas escenas (durante las partidas también hay, pero pocas) están en inglés, con subtítulos en español muy graciosos.

Super Bomberman R

La otra opción que nos queda, como decimos, es el multijugador de Bomberman R. No hay diferentes modalidades dentro de esto, sino solo duelos puros y duros entre un número de "bombers", que pueden ser de un mínimo de 2 y un máximo de 8. 

Por suerte, también existe la opción de organizar un duelo online, también para un número que oscila entre 2 y 8 jugadores. Por ahora, es bastante sencillo encontrar adversarios (y por cierto, este es el primer juego de Switch que ha ofrecido juego online), pero hemos de reconocer que nos ha decepcionado la presencia de lag y algún tirón en el frame rate cuando el número de usuarios se dispara. No es injugable, ni mucho menos, pero podría ser más preciso. Aún así, está claro que la mejor forma de disfrutar de Super Bomberman R es el multijugador, ya que es aquí donde la experiencia puede volverse más loca e impredecible.

¿Le falta mecha?

El problema es... Que eso es todo lo que puede ofrecer Super Bomberman R. No hay más modos, ni variantes de juego. La única "variable" que podemos añadir es cambiar el personaje que controlamos. Hay 8 distintos, pero solo cambian en las animaciones y las frases que sueltan. No hay variaciones jugables. Al igual que comentábamos en el análisis de 1-2 Switch, resulta complicado pasar por alto que un juego tan limitado en opciones se ponga a la venta por unos 49,99 euros. Sinceramente, debería haber sido uno de tantos juegos descargables que, por unos 10 euros, habría visto más justificada su propuesta.

Y ojo, no es que el juego sea aburrido. A medida que lo vamos "conociendo" y asimilando su mecánica, vemos que tiene su gracia. Seguro que encontrará un público que lo disfrute, pero la poca ambición de su oferta choca con ese precio.

Super Bomberman R

El apartado técnico también tiene luces y sombras. El diseño de los protagonistas y enemigos es muy simpático, en la línea de los Bomberman más recientes, con un toque a medio camino del "kawai" y los dibujos animados americanos que le sienta muy bien. Por otro lado, los escenarios emulan el espíritu clásico de la saga, pero a base de gráficos poligonales y una estética excesivamente arriesgada. La frontera entre lo colorido y lo estridente a veces es difusa... Y en este caso nos parece que se ha cruzado. Tampoco ayuda esa perspectiva elevada tan extraña (no es cenital ni isométrica, sino que se queda a medio camino), que a veces provoca que no veamos con claridad dónde está nuestro personaje.

La música mantiene el tono alegre tan propio de estos juegos arcade y, aunque al principio puede parecer demasiado chillona, esconde algunos temas bastante pegadizos.

En definitiva, Super Bomberman R es claramente un juego con poca ambición, que no aspira a ser ningún "hit", pero que mantiene con decencia el espíritu de una saga muy querida. Tiene bastantes fallos (algunos, importantes), pero si te va la diversión old school aquí vas a encontrarla a paletadas. Eso sí, te recomendamos que esperes a alguna rebajita en el precio.

VALORACIÓN:

No es ni más ni menos que un Bomberman. Por tanto, no esperéis revoluciones jugables. En su planteamiento general funciona de maravilla, pero es evidente que se queda corto en su oferta.

LO MEJOR:

Su simpatía y la posibilidad de organizar duelos para 8 amigos.

LO PEOR:

Está demasiado escaso de opciones. Tiene bastantes irregularidades gráficas.

Plataformas:

Nintendo Switch

Versión comentada: Nintendo Switch

Hobby

66

Aceptable

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