Logo Hobbyconsolas.com

Análisis de Worms WMD para Switch, PS4, Xbox One y PC

Worms WMD
Disparar bazookazos con trayectoria es un pequeño placer que llevamos décadas practicando. Ahora, con Worms WMD recuperamos el estilo de los juegos clásicos de la saga, pero con algo de "aliño" por cortesía de Team 17.

ACTUALIZADO: Un año después, Worms WMD llega a Switch con el mismo juego que vimos en las otras consolas, pero aderezado de salida con todos los DLCs que se han ido lanzando para él (como el nuevo vehículo Barco perforador o el dron travieso, además de varias misiones extra). También se ha creado para la ocasión un nuevo tema espacial, 2 fuertes, 3 gorros y 3 tumbas. El resto es idéntico en el control y el desarrollo de los niveles, si bien parecen haberse pulido esos tirones en el frame rate que tuvieron las versiones originales. Aquí todo va como la seda (como la de los gusanos de seda), así que tanto por volumen de contenido como por rendimiento podéis sumar 3 ó 4 puntos a la nota que dimos al juego en su momento. Podéis leer ese análisis original de Worms WMD a continuación:

Worms WMD

TEXTO ORIGINAL. Parece que fue ayer, pero ya hace 22 añazos que vimos el primer juego de Worms. A lo largo de este tiempo, hemos visto a los gusanos aumentar su arsenal, saltar a las 3D, añadir fuertes e incluso aprovechar la física del agua, todo con tal de seguir manteniéndose a la última. Sin embargo, la mayoría de estas novedades han terminado cayendo en saco roto, al demostrar que alteraban, pero no mejoraban la diversión creciente que tuvimos en Worms Armageddon y Worms World Party.

En este análisis de Worms WMD, comprobamos que en Team 17 (los papás de la saga) han decidido dar un paso atrás para tomar perspectiva y ver qué funciona y qué no. El resultado es un juego que recupera las 2D a tope, incluso en los propios gráficos a base de sprites para personajes, armas y fondos. La jugabilidad también se "resetea" hasta el concepto de primeros de los 2000: no hay fuertes, ni física del agua, ni gusanos de distintos tipos. En lugar de eso, el planteamiento vuelve a basarse principalmente en las trayectorias de nuestros disparos y, en definitiva, en nuestra puntería. Como ya sabréis, el objetivo principal es usar a nuestros gusanos para acabar con los de los bandos rivales a granadazos, disparos, ataques aéreos y lo que se tercie.

Lee el libro sobre videojuegos del que todo el mundo habla.

Pero claro, también hay novedades. La diferencia es que, esta vez, no "enrarecen" la jugabilidad, sino que la complementan de una forma muy lógica. Por un lado, tenemos los edificios: hay partes del escenario que tienen forma de edificio y que, si estamos lejos, se verán justamente así. Ahora bien, si nos acercamos, se volverán transparentes para descubrirnos que tienen pasillos por dentro. Esto aporta un plus de estrategia interesante, ya que dentro puede haber enemigos, cajas o torretas que no habíamos tenido en cuenta.

Hoy, en Art Attack: ¡bazookas!

Por otro lado, contamos con la fabricación de armas. Esto no es algo nuevo en Worms WMD, pero sí se ha depurado mucho la fórmula: a partir de las armas ya existentes, podemos fabricar variantes con nuevos efectos: ataques aéreos de minas, granadas pegajosas... Es posible fabricar estas nuevas armas en cualquier momento, incluso en el turno del rival. Eso sí, hay que tener en cuenta que tardan un turno en ser creadas, son de un solo uso y requieren ingredientes. Dichos ingredientes se esconden en cajas del escenario o bien se pueden obtener desmantelando las armas que ya tengamos. Pero claro, al hacer eso, perderemos esas armas originales.

La creación de armas da un enorme giro estratégico a las partidas
La creación de armas da un enorme giro estratégico a las partidas

En cualquier caso, esta novedad implica que tenemos en torno a 80 armas, lo que supone todo un récord y un reto a nuestra capacidad estretégica. Algunos de estos "juguetes" son herramientas de precisión, mientras que las más bestias, como el Gusanogedón suponen un festival de caos. Al margen de las variantes que implica la fabricación de armas, hay 3 que son totalmente nuevas: la batería de móvil chunga lanza una descarga eléctrica que puede crecer si encuentra objetos metálicos cerca; el regalo no deseado es un explosivo que puede detonarse aleatoriamente en cualquier turno; por último, el ataque OMG dospara un gigantesco láser desde el cielo que calcina todo lo que pilla en su camino y roba 80 puntos a cada gusano. Faltan algunos clásicos de otras entregas como el Ejército de Salvación o el Jarrón Ming, pero no nos sorprendería que volvieran más adelante vía DLC.

El tanque es aparatoso. Lo compensa con un enorme daño
El tanque es aparatoso. Lo compensa con un enorme daño

Otro cambio de peso: ¡llegan los vehículos! En ocasiones, podremos encontrarnos con un tanque, un helicóptero o un mecha al que podremos subir a un gusano para cambiar su resistencia, movilidad y capacidad de ataque. Se pueden seguir usando los turnos que queramos, aunque si un gusano rival decide montarse en su turno, nos expulsará del vehículo. El helicóptero nos da una movilidad gigantesca (¡podemos volar todo lo que queramos mientras dure el turno!), si bien su ataque con ametralladora es impreciso y poco efectivo y la resistencia del vehículo es baja; el tanque dispara 6 cañonazos seguidos y es muy resistente, aunque tiene la pega de ser muy grandote y no caber por cualquier lado; por último, el mecha es rápido, relativamente resistente, salta bastante y puede planear, pero su ataque es solo para la corta distancia.

Con la mezcla de estas novedades, el juego se siente próximo a la idea original de la saga, pero a la vez es diferente. Nos ha gustado el equilibrio entre novedades y tradición enWorms WMD. Hay un cambio que no nos ha molado tanto: aunque agradecemos la vuelta el estilo gráfico 2D, el rediseño de los gusanos no nos mola tanto como el que hemos visto en las últimas entregas. Por lo general, los worms tienen un diseño tipo "cartoon", pero para esta entrega se ha optado por un estilo "grafittero" algo menos contundente. Siguen siendo muy expresivos, pero han perdido algo de su encanto. Será una cuestión de gustos. Quizá a alguno de vosotros os mole más...

Todo el mundo es "arrastrao"

El apartado de modos de juego anda bien cubierto, pero sin muchas novedades. Si jugamos en solitario, tenemos rondas de tutorial para acostumbrarnos a usar las novedades del juego; 30 misiones consistentes en eliminar a todos los rivales, encontrar una caja, acabar con un objetivo clave o preteger a uno de los nuestros; y 10 retos especiales en los que nos toca acabar con un gusano en circunstancias extremas (con un solo punto de vida, rodeados de minas, etc). Estos retos se desbloquean si encontramos carteles de "se busca" escondidos en los edificios a los que nos referíamos al principio.

Las armas más contundentes dejan el campo de batalla hecho un queso gruyere
Las armas más contundentes dejan el campo de batalla hecho un queso gruyere

Por supuesto, la mayor diversión se consigue con el modo multijugador, para hasta 6 usuarios. En modo local, podemos usar un solo mando para todo el mundo (ventajas del juego por turnos), aunque también se pueden usar varios controladores. Además, es posible organizar partidas solo contra la cpu o mezclando usuarios humanos y "virtuales". En cuanto al modo online, se ofrecen partidas privadas, rápidas o igualadas, de tal forma que según nuestras apetencias podemos diseñar el entorno que queramos. Así, es posible decidir con qué armas contaremos, qué probabilidad hay de encontrar otras, cuánto dura el turno, cuánta salud tenemos... ¡Lo que queramos! Pero bueno, somos gusanófilos exigentes y veteranos, así que queremos destacar que, aunque es posible crear escenarios personalizados, echamos en falta la antigua opción de dibujarlos nosotros mismos (aquí se generan aleatoriamente en base a un par de parámetros nuestros). Hoy en día, sería una buena forma de sacar partido a Kinect o Move, por ejemplo...

Otra pega que encontramos son los tirones que experimenta el frame rate de vez en cuando (nosotros lo hemos jugado en Xbox One), incluso con algún parón de medio segundo que no nos parece de recibo en un título que, la verdad, tampoco parece sacar todo el partido al procesador gráfico de nuestro aparato. 

El helicóptero da una enorme movilidad, pero causa poco daño
El helicóptero da una enorme movilidad, pero causa poco daño

En cuanto al catálogo de opciones, podemos personalizar la voz de nuestro equipo (sí, también hay en español), su sombrero, lápida y pose de victoria. Hay suficientes variantes de base, pero podemos conseguir muchas más si cumplimos objetivos secundarios en las misiones, como mantener a todos nuestros gusanos con vida o acabar con un ataque concreto.

En definitiva, con este análisis Worms WMD (que, por cierto, se pone a la venta este mismo día 23) parece que Team 17 se ha dado cuenta de lo que verdad importa en la saga y lo ofrece a una nueva generación de usuarios. Dista bastante de ser perfecto (podría tener más misiones y un rendimiento visual más fluído), pero desde luego da todo lo que promete y garantiza partidas tan nostálgicas como locas. Si hacía tiempo que habíais perdido el interés por la saga, quizá este juego pueda volver a engancharos, como un gusano de seda se engancha a un árbol de morera. Vaya metáfora más boba me ha salido.

VALORACIÓN:

Sin duda, la saga recupera la senda correcta. Mezcla con acierto el sabor clásico y novedades que tienen sentido. Eso sí, debería rendir mejor.

LO MEJOR:

La vuelta a los raíces en lo visual y jugable. El sistema de creación de armas y los vehículos dan una nueva dimensión a los duelos.

LO PEOR:

Los bruscos vaivenes en el frame rate. El diseño de los worms es algo feo. ¡Queremos un editor de niveles más currado!

Plataformas:

PC,

PS4,

Xbox One

Versión comentada: Xbox One

Hobby

74

Bueno

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Hobbyconsolas.