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Assetto Corsa - Análisis para PlayStation 4 y Xbox One

Análisis de Assetto Corsa
Hacer un análisis de Assetto Corsa es una experiencia reveladora. El famoso simulador de PC ha aterrizado en PS4 y Xbox One con una asombrosa propuesta de velocidad, incomparable a la de cualquier juego de carreras de los que suelen transitar por los circuitos consoleros.

No hay nada como afrontar un análisis de Assetto Corsa para entender, al menos en parte, las quejas de los usuarios de PC a cuenta de que muchos califiquemos de simuladores a juegos como Gran Turismo o Forza Motorsport. Esas sagas apuestan por una visión realista del automovilismo, desde luego, pero la física de los coches no responde, exactamente, como lo haría en la realidad. AC es distinto, hasta el punto de que pasar unas horas jugando con volante es todo un ejercicio muscular. Las muñecas de un servidor dan fe de ello.

Análisis de Assetto Corsa

Para quien no sea un gran conocedor del género de la velocidad, hablamos de un juego que se lanzó en Steam en diciembre de 2014 y que es venerado en el ámbito del ‘simracing’, junto a propuestas como iRacing o rFactor. Ahora, tras un retraso de cuatro meses respecto a la fecha prevista inicialmente, llega a PS4 y Xbox One para hacer las delicias de los amantes más apasionados del motor.

Antes de entrar en harina, hay que destacar que el juego ha sido desarrollado por Kunos Simulazioni, una pequeña empresa italiana que tiene una historia muy interesante detrás. No se trata del típico estudio de videojuegos, sino de una compañía de software que tiene su sede dentro del circuito romano de Vallelunga y que ha trabajado con fabricantes como Ferrari para proveerlos de simuladores de uso privado. Así, aunque su presupuesto dista mucho del que pueden tener estudios al uso como Polyphony Digital o Turn 10 Studios, lo que ha conseguido Kunos es una proeza: el juego de coches con el control más satisfactorio que ha pasado nunca por nuestras manos.

Un simulador que bien vale un volante

Assetto Corsa es un juego muy particular. Se puede llegar a jugar con mando, como es lógico, pero, para disfrutarlo de verdad, es casi obligatorio echar mano de un buen volante que tenga ‘force feedback’. Esto puede parecer una fantasmada –yo mismo lo pensaba, cuando leí alguna opinión de usuarios de PC al respecto–, pero es una realidad. Con mando, casi parece un juego de coches del montón, pero, con volante, abre las puertas al paraíso de la automoción. Otros títulos, como F1 2016, Project CARS o los citados anteriormente, se pueden jugar muy satisfactoriamente con mando, pero, aquí, la balanza está muy decantada. Si de verdad a alguien le gustan los juegos de coches, merece la pena tener el periférico de marras para explotar las virtudes de esta mala bestia.

La diferencia entre un simulador como éste y los llamados ‘simcades’ no es que uno sea más exigente que el otro o no. La diferencia hay que buscarla en la física del coche, en sus inercias y en la respuesta que cabe esperar de él en cada momento. Hay dos puntos clave en los que se aprecia esa consistencia. Por un lado, cuando tomamos una curva, de verdad, tenemos plena sensación de control sobre el coche para hacerlo derrapar voluntariamente, corregir su dirección con un contravolante o evitar el bloqueo de los frenos. Por otro lado, cuando vamos a toda velocidad en medio de una recta, el volante vibra tanto que hay que agarrarlo con fuerza. Soltarlo unas décimas de segundo puede hacer que el coche se descontrole sin remedio.

Análisis de Assetto Corsa

El juego es muy puntilloso en todo lo que respecta a la simulación y, a priori, se supone que hasta la temperatura ambiente influye en el rendimiento de los neumáticos. En relación con eso, el desgaste y la caída de rendimiento son progresivos. Otros juegos lo resuelven haciendo que, de repente, el coche se vuelva ingobernable, pero, aquí, el ‘cliffhanger’ es paulatino y, antes de llegar a él, veremos cómo los tiempos de vuelta se resienten sin que, aparentemente, se note demasiado en la conducción. La carga de combustible también tiene su influencia. Esos dos factores hacen que, en las carreras largas, haya que pasar por boxes, algo que hay que hacer manualmente, parando, exactamente, en el sitio donde estén ubicados nuestros mecánicos.

La configuración de los reglajes es tan minuciosa como compleja. Podemos tocar aspectos generales (limitador del motor, reparto de frenada), la aerodinámica, el tren de manejo (marchas, relación de transmisión, diferencial), las suspensiones (presión de neumáticos, caída, convergencia, altura, barras estabilizadoras) y los amortiguadores (compresión, extensión, topes, recorrido). Realmente, sólo los más puestos en mecánica sabrán sacarle partido a todo este galimatías. Por si os lo preguntáis, se pueden activar también diversas ayudas a la conducción, para suavizar la curva de aprendizaje, lo cual incluye la trazada ideal, el control de tracción, el control de estabilidad, el ABS o los daños. No hay rebobinado, pues no casa con la filosofía del juego.

Análisis de Assetto Corsa

Sólo hay un aspecto que no nos ha gustado en términos jugables, y es el de las penalizaciones, que son tremendamente injustas. Si nos pasamos de frenada y recortamos en alguna curva, aunque no ganemos nada, el castigo consiste en ralentizar la marcha durante cinco o diez segundos, sin pisar el acelerador. Eso, de por sí, nos hace perder ya una barbaridad de tiempo, pero, además, si falta un segundo para que lo cumplamos y pisamos el pedal más de la cuenta… el cronómetro de la sanción se resetea y tenemos que cumplirla entera otra vez. Puede llegar a ser muy frustrante.

La dicotomía entre cantidad y calidad

Siguiendo con este análisis de Assetto Corsa, hay un aspecto que conviene tener muy en cuenta, y es que Kunos Simulazioni es muy perfeccionista con lo que hace. Eso repercute en los circuitos, cuya cantidad dista mucho de lo visto en Project CARS o Forza Motorsport 6. Así, el juego cuenta con once trazados únicos: Brands Hatch, Imola, Magione, Montmeló Monza (el actual y el antiguo), Mugello, Nurburgring (incluido Nordschleife), Silverstone, Spa-Francorchamps, Vallelunga y Zandvoort. En el futuro, llegará también el Red Bull Ring, aunque no sabemos si gratuitamente o como DLC de pago.

Análisis de Assetto Corsa

Ese repertorio hay que ponerlo en contexto. Habréis notado que todos son circuitos europeos y que, de ellos, cinco son italianos. La razón hay que buscarla en que los desarrolladores han ido expresamente hasta todos esos trazados para escanearlos con láser y recrear hasta el último detalle: baches, cambios de rasante, altura de los pianos… Este procedimiento no se suele usar de forma común en casi ningún juego. Si no, por ejemplo, habría sido imposible que Project CARS, financiado por micromecenazgo en buena medida y desarrollado por un estudio británico como Slightly Mad, tuviera 32 trazados de serie, algunos de ellos ubicados en Australia o Estados Unidos. Esto importará poco al usuario medio, pero es justo aclararlo, y más teniendo en cuenta que el juego de Kunos, publicado por 505 Games, se pone a la venta a un precio reducido de 44,95 euros. De nuevo, estamos ante un juego que es único en su especie.

El número de coches es más generoso y no dista tanto de lo que hemos visto en otros títulos de la actual generación, como DriveClub, Project CARS o el futuro Gran Turismo Sport (la saga Forza sí que juega en otra liga). Hay 65 coches únicos y un total de 101, contando las versiones alternativas y de competición de algunos de los modelos. Hay veinte marcas presentes, desde Alfa Romeo Audi, BMW o Ferrari hasta Lamborghini, McLaren, Nissan o Lotus. Así, contamos con utilitarios, supercoches, turismos y monoplazas de Fórmula 1, fundamentalmente, cuya decoración podemos cambiar entre diversos diseños que vienen dados por defecto. Sólo echamos en falta prototipos LMP1. Todos los coches están perfectamente recreados, tanto visual como sonoramente, con una cámara interior muy detallada y que, al mismo tiempo, es la más cómoda para pilotar. Y, cómo no, cada uno es un mundo a la hora de conducir.

Análisis de Assetto Corsa

Un desafío sólo para los más hábiles

Pese a tener sólo once circuitos, Assetto Corsa es bastante generoso en cuanto a su duración. En primer lugar, hay 94 eventos especiales, que pueden consistir en carreras rápidas, en superar una determinada vuelta rápida, en contrarrelojes con checkpoints o en pruebas de derrape. En segundo lugar, el modo Carrera consta de veintisiete campeonatos, que hay que ir desbloqueando progresivamente. Además, podemos configurar pruebas sueltas a nuestro antojo y hay multijugador online para dieciséis personas.

La clave es que el juego no está pensado para quien vaya pisando huevos. La IA se puede configurar entre cuatro niveles, pero, incluso en el más bajo, hay pruebas que son muy difíciles de superar, pues no sólo no se pueden cometer errores, sino que hay que ir al límite. Eso sí, en algunas pruebas, hemos visto un bug que hace que, en carreras de apenas cuatro vueltas, los rivales decidan parar en boxes a falta de sólo un giro, lo que nos deja la victoria en bandeja de plata. En todo caso, si alguien consigue pasárselo al 100%, se merece que le preparen una ceremonia de celebración con champán del más barato que haya en el supermercado de la esquina… Para ducharse con él, tampoco hace falta tirar de Moët & Chandon, ¿verdad?

Análisis de Assetto Corsa

Un día de nubes y claros

En general, el apartado técnico es muy consistente. Por encima de todo, sobresale la increíble física, desarrollada con la ayuda de pilotos e ingenieros profesionales, y el modelado de los coches. Puede haber hasta dieciséis en pantalla, tanto offline como online. Eso sí, los vehículos que se reflejan en los retrovisores están a bajísima resolución. Los circuitos son perfectamente reconocibles, gracias a la tecnología láser, y es una maravilla afrontar el paso por curvas como Eau Rouge, los carruseles del ‘Infierno Verde’ o las chicanes de Mugello. Las puzolanas y la hierba se han descuidado un poco, por lo que, en las repeticiones, las texturas cantan bastante.

Seguramente, lo que más entra por los ojos es el sistema de iluminación. Podemos configurar la hora de comienzo de las carreras desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, en intervalos de treinta minutos. La altura del sol repercute notablemente en la visión y, por ejemplo, a última hora del día, puede cegarnos. Adicionalmente, puede estar nublado e, incluso, haber niebla. La lástima es que no hay carreras nocturnas ni condiciones de lluvia, pues Kunos Simulazioni ha centrado todos sus esfuerzos en plasmar la conducción en condiciones de seco. Este juego, con un buen ciclo día-noche para carreras de resistencia, habría sido ya el súmmum.

En el apartado sonoro, los coches suenan realmente bien, y no sólo los motores, sino también los derrapes. No obstante, echamos en falta inmersión, pues no hay un ingeniero que nos dé información por radio sobre el transcurso de la carrera, que no siempre está claro, pues la tabla de tiempos sólo se actualiza una vez por vuelta, cuando pasamos por meta. Del mismo modo, tampoco esperéis ver el ambiente de la parrilla o el podio, porque, insistimos, éste no es un juego de consumo masivo y el estudio ha puesto casi todos sus esfuerzos en proponer la conducción más fidedigna posible.

¿Te gusta conducir? Aún no sabes cuánto…

Para rematar este análisis de Assetto Corsa, no sería exagerado decir que es el juego de coches con el mejor control que hemos experimentado nunca. No puede competir con otros títulos en cantidad de contenido o en detalles audiovisuales, pero, si lo que queréis es disfrutar al volante como si de verdad estuvierais corriendo en un circuito, no podéis pasar por alto esta propuesta de Kunos Simulazioni, única en su especie en lo que es el ámbito de las consolas. Eso sí, recomendamos encarecidamente jugarlo con un buen volante, porque, de lo contrario, es imposible apreciar la física que tan particular lo hace. Un juegazo así bien vale un buen dolor de muñecas.

VALORACIÓN:

Este simulador es todo lo que un fan del motor puede pedir. No existe otro juego que replique igual lo que es conducir un coche a toda velocidad peleándote con el volante y pensando cómo ganar unas décimas en cada curva. Da igual que tenga pocos circuitos o que le falte ambiente: justifica tener un buen volante con ‘force feedback’.

LO MEJOR:

La soberbia física: hay que probarla para hacerse una idea. Lo bien recreados que están los circuitos. El sistema de iluminación. Sale a 45 euros.

LO PEOR:

Once circuitos son pocos, aunque están escaneados con láser. No hay conducción nocturna ni lluvia. Las penalizaciones son injustas. Le falta ambiente.

Plataformas:

PC,

PS4,

Xbox One

Versión comentada: PS4

Hobby

90

Excelente

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