Crítica de 2 Guns: Armados en la sombra
Baltasar Kormákur (Contraband) vuelve a demostrar que se mueve como pez en el agua en el terreno de la acción y para ello ha vuelto a contar con Mark Wahlberg, un actor que no deja de aportarnos buenos momentos en el cine gracias a su selección de personajes descarados y políticamente incorrectos (no hay más que ver su trabajo en el último proyecto de Michael BayDolor y dinero).
Para la ocasión el director ha tomado como punto de partida la novela gráfica de Steven Grant de la que ha conservado cierta frescura y caradura que le hace mucho bien al tono de la película. También se agradece ver en esta ocasión a Denzel Washington en un papel mucho menos intenso de lo que nos tiene acostumbrados y sí, es evidente que se lo han pasado bien rodando la película.
Vayamos por partes: de primeras el argumento nos sitúa en el momento en el que dos hombres están a punto de asaltar un banco para luego dar marcha atrás y relatarnos quiénes son y cuál es su cometido. Ellos son Bobby y Stig, dos infiltrados en una banda de narcotraficantes que tratan de desenmascarar a Papi Greco, el principal capo de la mafia (Edward James Olmos). Siguiendo sus movimientos han descubierto que realiza periódicamente ingresos en una determinada cuenta: si dan un golpe y lo delatan podrán ir a por él. Pero para su asombro, lo que encuentran no es lo que esperaban sino algo que volverá las tornas en su contra.
Cuando sus respectivas organizaciones: la DEA y el cuerpo de la Marina les dejan en la estacada no les queda más remedio que empezar a confiar el uno en el otro para tratar de demostrar su inocencia y recuperar el dinero, que no debe regresar a las manos de la mafia de nuevo.
Aunque el argumento es sencillo y las posibilidades de la película podrían parecer a priori escasas, hay que reconocer que el casting de 2 Guns consigue hacer la película lo suficientemente interesante y entretenida como para mantener la atención del espectador y sacarle alguna sonrisa. La factura técnica de la acción y la solvencia narrativa de las secuencias más movidas, atestigua que hay un buen trabajo tras las cámaras y en la sala de edición.
No deja de encontrarse también cierta impostura en la forma de lanzar una crítica mordaz a la labor de la CIA y a la postre de la mercantilización de las actividades ilegales como el narcotráfico: así Bill Paxton como villano sin tonalidades de grises (¡qué mal rollo da!) viene a representar de forma palpable la corrupción de un sistema que se conforma con su mordida para hacer la vista gorda ante lo que está consumiendo a la sociedad desde dentro. No, no esperes encontrar alegatos moralizantes, pero la denuncia ahí queda y, aunque revestida por el agradable papel de colores de una peli de acción con toques de humor, no deja de tener su puntillo amargo.
Al final, el binomio Washington/Wahlberg que se autodefine en tono de coña como "ébano y marfil" nos deja con ganas de más y deja evidencias de que podría dar mucho más de sí. Y conste que la película ya sería más interesante aún si se hubiesen dejado de transitar los lugares comunes más tópicos como ese de utilizar a "la chica" como moneda de cambio (ese impás dramático resulta un tanto forzado).
VALORACIÓN:
Entretenida cinta de acción sin demasiadas pretensiones que confirma la química entre los dos actores principales y nos permite disfrutar de su tono distendido.LO MEJOR:
El tono vacilón de la película y el buen tándem Washington/Wahlberg.LO PEOR:
Los tópicos de siempre: capos de la mafia estereotipados y mujeres que sirven de moneda de cambio.70
BuenoDescubre más sobre Raquel Hernández Luján, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Hobbyconsolas.