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Crítica de Caminando entre las tumbas, con Liam Neeson

Crítica de Caminando entre las tumbas, con Liam Neeson
CRÍTICA DE: Caminando entre las tumbas (A Walk Among the Tombstones) - DIRIGIDA POR: Scott Frank - PROTAGONIZADA POR: Liam Neeson, Dan Stevens, Marina Squerciati, Sebastian Roché, Boyd Holbrook, Stephanie Andujar, David Harbour y Briana Marin. En cines a partir del 31 de octubre.ARGUMENTO: Un expolicía trata de esclarecer el asesinato de varias mujeres raptadas por dos individuos desalmados mientras trata de redimir su pasado.

Caminando entre las tumbas es la adaptación del libro "A Walk Among the Tombstones" de Lawrence Block, todo un referente de la novela negra, que creó al personaje interpretado por Liam Neeson: Matt Scudder. Como curiosidad Scudder ya había tenido una incursión cinematográfica de la mano de Hal Ashby, encarnado por Jeff Bridges, en la peli titulada 8 millones de maneras de morir, (con guión además de Oliver Stone).

Sea como fuere, el guionista Scott Frank responsable de los libretos de películas como Minority Report o Lobezno inmortal consigue recuperar al personaje y hacerlo bien consiguiendo una película, de paso, bastante clásica en su planteamiento aunque horneada con la intensidad de una violencia más propia de las últimas cintas de terror nórdico o el sadismo propio del cine surcoreano.

Crítica de Caminando entre las tumbas, con Liam Neeson

Anteriormente detective del departamento de policía de Nueva York y con un problema grave de alcoholismo, tras un suceso que se narra en la escena precréditos, Scudder comienza su tratamiento en Alcohólicos Anónimos comenzando a ejercer como "private eye" sin licencia... Vamos, que va por libre.

Los remordimientos y ciertas deudas con su pasado lo persiguen en su día a día hasta que una serie de secuestros que tienen como objetivo a narcotraficantes de la zona empiezan a desembocar en cruentos asesinatos que llaman su atención... Es sencillamente demasiado brutal y alguien tiene que parar los pies de quienes se encuentran tras ellos.

Crítica de Caminando entre las tumbas, con Liam Neeson

El primer afectado, a quien interpreta Dan Stevens, convence a Scudder para que trate de encontrar a los responsables de la muerte de su esposa. Pronto se pondrá manos a la obra investigando cada detalle a la vieja usanza: nada de móviles, ordenadores o grandes socios. Solo él y un niño indigente a quien encuentra por casualidad en la biblioteca tendrán que arreglárselas para encontrar algo de paz entre la barbarie.

El gran atractivo de esta aparentemente sencilla película es el de conseguir crear una atmósfera de cine negro muy genuina utilizando con inteligencia varias herramientas: la primera de ellas el retrato del clásico antihéroe que resurge de sus cenizas y que Liam Neeson clava (es un hombre de acción que lleva la marca del sufrimiento en el rostro con gran naturalidad). Además, la banda sonora, con momentos sublimes de in crescendo narrativo, funciona como un reloj y la ambientación, que se recrea en grises y ocres fotografiando días lluviosos y oscuros, resulta inmejorable.

Crítica de Caminando entre las tumbas, con Liam Neeson

Vistas todas las virtudes de la película que caen del lado de "el haber" veamos ahora qué queda en el "debe". Y aquí es fácil de señalar que las prácticamente dos horas de metraje de Caminando entre las tumbas le vienen mal en ciertos momentos al desarrollo de la trama. Esto se hace evidente en dos pasajes: uno de ellos, el de la memoria de lo que ocurre en el pasado de Scudder, que se repite en varias ocasiones de forma innecesaria y el otro, en el doble clímax de la cinta que le resta impacto al segundo y verdadero golpe final.

Puede que haya quien señale al niño que acompaña a Scudder como otro de los puntos débiles de la cinta, pero lo cierto es que tiene varias misiones importantes dentro de la historia: realizar un homenaje a los relatos detectivescos, servir de desahogo cómico con un par de puntos divertidos y humanizar a su admirado mentor, sirviéndole de ancla a la realidad.

Crítica de Caminando entre las tumbas, con Liam Neeson

Caminando entre las tumbas es en cierto modo una película para nostálgicos que disfrutan de las tramas que se van desentrañando poco a poco y del cine de detectives de toda la vida que no tiene interferencias del torrente tecnológico de los CSI ultraeficaces y fotografías saturadas que marchan a ritmo estroboscópico. Si habéis tenido la suerte de no ver el tráiler ni ningún clip de vídeo antes de ir al cine, además os quedaréis boquiabiertos con varios puntos de giro del guión totalmente inesperados.

La película cuenta además con puntos extra por ser un buen drama criminal que no hace apología de la Ley del Talión, pero que además nos ahorra la moralina propia de otras películas mucho más paternalistas en ese sentido, que lo habrían puesto de manifiesto con un trazo bien grueso. Como se dice en un momento en la película: tenemos miedo de cosas equivocadas y al final este paseo por el cementerio es lo de menos, lo realmente inquietante es el diablo que llevamos dentro y si para alejarlo debemos recordar los doce pasos de AA, que así sea.

VALORACIÓN:

Buena traslación de la novela de Lawrence Block al cine, que a buen seguro se convertirá en primer episodio de una saga en torno al detective Scudder. Solo la atmósfera ya merece la pena.

LO MEJOR:

Partimos de tópicos para alejarnos de ellos, ¡bien jugado! Liam Neeson, fantástico, como siempre.

LO PEOR:

Quizás un recorte de veinte minutos de metraje le hubiera ido bien al ritmo de la cinta.
Hobby

77

Bueno

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