Crítica de Karate a muerte en Torremolinos - ¡Putea al redactor!

Todo el que estudia algo relacionado con imagen y sonido o cine acaba dando vueltas a la idea de grabar algún corto friki y casposete, en el que hagas el gamberro sin más propósito que pasarlo bien. Karate a muerte en Torremolinos parece ser algo así, pero a lo grande. Pedro Temboury se rodeó de colegas y del apoyo desinteresado de algunos actores (ahí están Jess Franco o Juanma Lara, por ejemplo) y mecenas para rodar esta ida de olla: un miembro de los surfistas católicos ha de enfrentarse a las maquinaciones de un genio maligno que ha reanimado a 4 ninjas zombis para que secuestren vírgenes y, a la postre, se traiga de vuelta al monstruo marino Jocántaro. Hasta aquí todo bien, ¿no?

Con esta excusa, los actores se sueltan la melena para ofrecer un festival de monstruos propios de Power Rangers, artes marciales que parodian a las artes marciales setenteras (uno de los héroes se llama Chuck Lee, en honor a Chuck Norris y Bruce Lee), rock,  "folleteo" a la española y muchas dosis de mala uva: ¿qué pensaría Rouco de ese "Santo es el surf" que presenta a los surfistas católicos?

Hay un montón de ideas locas y transgresoras que te hacen ilusionarte ante una peli que se atreva con todo. ¡Y por momentos lo consigue! Esto es rie Z y no se avergüenza de serlo, así que el venga con gafas de cultureta a ver un pulpo monstruoso paseando por las playas de Torremolinos está más perdido... Bueno, que un pulpo en un garaje. A pesar de eso, aunque vengas con toda la buena intención del mundo para ver la peli junto a colegas y unas birritas para echar unas risitas... Hay momentos en los que Karate a muerte en Torremolinos se hace espesa, espesa.

Por supuesto que ante films así uno perdona que las escenas se graben con micros generales, con una peli de 35 mm caducada (¡verídico!) o con vestuario de los chinos de enfrente... Pero las actuaciones, salvo en el caso de las "guest stars" casi hacen parecer buena a Carmen Janeiro ante la cámara. Ello se mete en un saco de planos reguleramente montados, un ritmo demasiado lento y algún que otro chiste malo para que nos demos cuenta de que lo queda es un tostón bastante importante. La peli ganó numerosos premios y nominaciones a peor película, director, vestuario o efectos especiales. Como supondréis, sus autores hablan de ello con más orgullo que timidez. No en vano, desde que se estrenó en los cines (¡que sí, que se estrenó en salas al mismo tiempo que Chicago o Daredevil, por ejemplo!) se convirtió en una película de culto, de esas que salían a colación en todos los botellones. "¿Que no has visto Kárate a muerte en Torremolinos? ¡Si es la leche, te partes de risa!"

El boca a boca ha hecho de Jocantaro o del doctor Malvedades iconos de la cultura trash y algunas de las coreografías de lucha (que las hay, en buena cantidad y con mucha caspa) eran todo un "aquí estoy yo" de cara a las grandes productoras españolas que no se atrevían a dar al público lo que de verdad quería. Hay parodias de los informativos de sucesos, ataques gamberretes a la Iglesia y, lógicamente, mucho amor por el pulp, pero si la media de los que participan en la peli estan flojuna, difícilmente va a salir un producto disfrutable después de media hora. ¿Merece la pena verla? Sí, claro, pero solo si te pagan por participar en Putea al redactor.

Hablando de eso, si aún no sabes de qué va esta sección, mira el vídeo de abajo... ¡Y recuerda votar por tus próximos candidatos! Dinos qué pelis o videojuegos (recuerda, tienen que ser malos, malos) te gustaría que analizáramos para hacernos la vida imposible. ¡La semana que viene, analizaremos Payasos del espacio exterior!