Crítica luchadora de El hombre de los puños de hierro
Mucho ruido y pocas nueces, ese es el sabor de boca que deja la cinta El hombre de los puños de hierro, que va perdiendo fuelle paulatinamente hasta llegar a un final que resulta de lo más insulso.
Siguiendo los rasgos del cine de Tarantino y con guión coescrito con Eli Roth, RZA mezcla asombrosas secuencias de lucha coreografiadas al detalle con una estilización de la violencia muy sugerente a nivel visual, sazonándolo todo con hip-hop. Pues vale, muy bonita la carcasa, pero ¿y lo de dentro? Nos estamos empezando a conformar con cierto nivel de esteticismo (diseño de producción, vestuario, maquillaje) que cuando no está al servicio de una buena historia, la verdad es que no aporta gran cosa.
Houston, tenemos un problema
Por momentos aburrida y hasta tediosa (con solo 95 minutos de metraje eso es todo un logro), la película evidencia la falta de experiencia de un ambicioso director que comete además el fallo garrafal de atraer al público con un brillante tráiler que condensa lo mejor de la película.
Cómo habrán engañado a Russel Crowe para meterse en este cirio, lo ignoro, pero es quizás lo que más me sobra de la película: verlo blandiendo un cuchillo de mercadillo mientras una cámara epiléptica le circunda una y otra vez. Un intérprete de su categoría chirría en semejante "producto" en el que la planificación del montaje es desastrosa y el guión muy mejorable.
Cuando las fuentes te ahogan
Por supuesto y debido a que su padrino no es otro que Tarantino, es absolutamente inevitable quitarse de la cabeza sus películas, con lo que la comparación es constante y frustra por partida doble la experiencia del visionado. ¿Cómo no comparar a la brutal Lucy Liu de Kill Bill, primorosamente fotografiada y retratada con esta bella de abanico cutre-makinavaja que planea entre cables como el ángel del portalito de Belén?
El principal problema de la película es que se van hilando secuencias de acción que no llevan a ninguna parte, supuestamente bajo el escudo de tratar de hacer un homenaje a las películas de kung-fu, con un desacierto evidente porque no consigue ser ni una sombra de ellas con el agravante de utilizar sin orden ni concierto recursos narrativos que quedan como un pegote auténtico (ralentizados, barridos, movimientos inusuales de cámara, pantallas partidas...).
El fiasco de RZA se ha traducido en unos datos de taquilla desastrosos. A mi modo de ver, con toda la razón del mundo. Sus habilidades interpretativas son muy similares a las de dirección, así que ya podéis imaginar cuál es la factura de su trabajo como actor. La fantasmada le puede salir cara porque el resultado es decepcionante.
VALORACIÓN:
Opulenta propuesta de acción que carece de ritmo, clímax final y, sobre todo, de una personalidad propia y reconocible. El paraguas tarantiniano en el que se refugia le pesa como una losa.LO MEJOR:
Las coreografías de lucha y la estética: bonito envoltorio para una historia endeble.LO PEOR:
Que va perdiendo el compás a medida que avanza: le sobra ego y le falta corazón.50
RegularDescubre más sobre Raquel Hernández Luján, autor/a de este artículo.
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