Crítica de Monstruos University

Hay quien ve en esta precuela una alarmante señal de que los estudios Pixar ya no son lo que eran y que, definitivamente, empiezan a aparecer claras evidencias de que su reputación va en picado. Teniendo en cuenta cómo han sido las secuelas de otras grandes cintas de animación, esta precuela de Monstruos S. A. no es mala, pero no tiene nada que ver con su predecesora, por más que nos pongamos en la situación de que es una historia que nos invita a conocer cómo se conocieron Mike y Sully y le concedamos el beneficio de la duda.

Ni el ritmo, ni el humor, ni el argumento están a la altura de las circunstancias en esta ocasión como para que se haya estrenado en pantalla grande y en 3D. La elección del entorno universitario mueve la cinta hacia un contexto en el que es difícil enganchar a un espectador no estadounidense y, aunque es impecable en cuanto al acabado (las texturas prácticamente se pueden tocar, la arquitectura es hiperrealista y la iluminación perfecta), todo eso no está puesto al servicio de una historia atractiva.

Cierto es que se entona en el tramo final, cuando por fin asistimos a una secuencia en la que la cinta coge comba y vemos el resultado del esfuerzo compartido para aprender a asustar, pero llega un poco tarde. También desconcierta bastante el desenlace de la historia: está claro que lo que se nos quiere contar es que hay muchas formas de llegar al mismo sitio, si bien en todos los casos es necesario esforzarse al máximo, ahora, que entonces, da la sensación de que hemos pasado hora y media viendo algo que no nos ha llevado a ningún sitio y que justo en ese momento en el que empezaba a interesarnos la historia "nos han cortado el rollo".

Si has seguido la promoción de la película, has visto el vídeo que se lanzó como clip promocional y la fantástica campaña que ha rodeado la cinta con el lanzamiento de una página web del campus, seguramente notarás que echas en falta una cosa fundamental: la diversión, el cachondeo, el puntito transgresor.

No es que el humor se oriente a nuestros locos bajitos sino que es el gran ausente en el nudo de la historia que recalca demasiado el conflicto entre Mike y Sully y refleja con excesivo celo los tópicos universitarios: las hermandades, la competitividad con otras universidades, el grupo de los populares, las animadoras... (qué pereza, madre).

Por momentos da la sensación de que se trata de la típica película buenista sobre la experiencia universitaria de un grupo de postadolescentes pero plagada de multitud de monstruos multicolores.

Si cualquier otra historia animada nueva tuviera a este nivel se la juzgaría con menos dureza, pero no puede ser así cuando nos hayamos con los mismos personajes en una especie de maniobra de asegurar la caja y encima tirando de un 3D que poco aporta en cuanto a experiencia cinematográfica. Pesa demasiado el éxito de películas anteriores como para vender ahora algo inferior pero disfrazado de lo que ya conoces.

Hacen falta menos precuelas, secuelas, reboots, remakes y más riesgo, innovación, imaginación y atrevimiento o llegará un momento que no habrá de dónde estrujar.