Crítica del thriller El muñeco de nieve con Michael Fassbender

Decidme si no es un planazo ir en otoño (o veroño, como queráis) a ver una película de suspense basada en una novela del gran escritor (y músico) noruego Jo Nesbo viendo por primera vez a Harry Hole, su protagonista literario, encarnado en un actorazo como Michael Fassbender. Pero no nos detengamos ahí, que en El muñeco de nieve (The Snowman) comparte cartel con Rebecca Ferguson, JK Simmons, Toby Jones y Charlotte Gainsbourg.

Descubre la saga de Harry Hole de Jo Nesbo

Al timón del proyecto Tomas Alfredson, director de películas de referencia como Déjame entrar y El topo, muy dispares entre sí pero compartiendo como denominador común una gran calidad. ¿Qué diantres ha pasado entonces para que salgas con semejante sensación de decepción de la sala de cine?

Si no eres un lector asiduo a Nesbo quizás no percibas algunos de los colosales errores de esta producción que es básicamente que falta la unión de varias tramas y profundidad en los personajes, puede que solo te aburras un poco o que te parezca que divaga y la conclusión es precipitada, desenmascarando al malo de turno y poco más. Pero si conoces la saga literaria de Harry Hole compuesta por 13 novelas ("El muñeco de nieve" es la séptima) entonces te vas a rasgar las vestiduras: se han saltado pasajes enteros del libro, han edulcorado la carga sensual y sexual de la novela y nada encaja sino de forma somera. 

Nesbo es un escritor tremendamente cinematográfico a la hora de describir sus pasajes narrativos. Tanto es así, que cuando recuerdo sus novelas lo hago "por secuencias", porque sabe crear en tu mente una imagen muy precisa de lo que te está contando. Harry Hole es además un personaje con un arco evolutivo muy amplio a lo largo de su periplo novelístico y de una gran complejidad a pesar de ser más bien parco en palabras. El fichaje de Fassbender no me disgustó en absoluto y de hecho no desentona (aunque no tenga ninguna química con Gainsbourg), pero está claro que esa sucesión de secuencias no estaba tan clara en el plan de rodaje porque de hecho falta material esencial en El muñeco de nieve.

Así lo ha admitido el propio Alfredson y no seré yo quien le lleve la contraria. En una entrevista con NRK (Norwegian Broadcasting Corporation), el cineasta ha explicado por qué no funciona El muñeco de nieve: "Nuestra etapa de rodaje en Noruega fue demasiado corta. No conseguimos llevarnos toda la historia y cuando empezamos a montar descubrimos que se había perdido mucho. Es como cuando estás haciendo un gran puzle y faltan algunas piezas, así que no puedes ver todo el conjunto".

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El muñeco de nieve - Galería de imágenes de la película (7 imágenes)

Alfredson sostiene que el acabado final no es el esperado porque empezaron a rodar de manera "muy abrupta" y no pudo contar con todo el tiempo que tenía previsto, algo que descubrió demasiado tarde... ¡en la sala de montaje! Una mala organización que no pudo corregirse regresando al set para grabar las escenas que faltaban, supuestamente por falta de financiación suficiente. El guión es la base de todo buen proyecto y la planificación ha obrado en contra de un proyecto que podría haber sido la oportunidad ideal para presentarnos a Harry Hole de manera brillante haciéndonos desear una franquicia como Nesbo nos hace desear cada nuevo volumen de su colección.

Me gustaría mucho poder decir que éste es el único lastre de El muñeco de nieve y poder exonerar al director señalando con el dedo la precipitación del rodaje pero tiene otros agravantes: la novela comienza con una "secuencia" (si me permitís hablar en estos términos) que es aterradora dejando a la altura del betún el arranque de la película. Y está escrita tal cual para el cine. No necesita demasiadas palabras: las imágenes hablan por sí solas. La bufanda rosa de una mujer colgando de un muñeco de nieve siniestro que mira hacia una casa es suficiente para que se te hiele la sangre.

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El muñeco de nieve de Alfredson nunca consigue ser un símbolo terrorífico, un presagio del desastre que se avecina y encima la historia de ese antagonista que debería ser desgarradora, climática, el detonante de toda su sociopatía y germen de su obsesión está narrado de una forma que roza el ridículo. No somos partícipes de su trauma, no lo "comprendemos" y no nos dan tampoco la llave para unir este personaje a otros que pueblan la cinta y con los que tiene una relación directa.

Tampoco sentimos el frío... Recuerdo haber leído la novela en pleno verano y sentir literalmente la necesidad de meterme debajo de la sábana, algo que la película no te traslada ni por un solo segundo.

En resumen: quiero ver más a Fassbender como Harry Hole; me seduce la idea de una franquicia en torno a este personaje pero respetando el trabajo de Nesbo, que públicamente ha renegado de esta película diciendo literalmente "no es mi historia". No sé si este pinchazo hará posible que este deseo se haga realidad, pero lo cierto es que hay un sustrato tan rico en papel que no aprovecharlo en la gran pantalla sería absurdo.