Crítica de Resident Evil: la maldición

Resident Evil está en plena racha. Más entregas del manga Marhawa Desire, la nueva película Resident Evil: venganza a punto de estrenarse y, por supuesto, Resident Evil 6... Lo que ahora nos ocupa es una nueva película generada por ordenador, que está a punto de llegar al mercado doméstico. Al igual que sucedió con la anterior Resident Evil: degeneración, la propia Capcom está directamente implicada en el proyecto, por lo que se respetan la cronología y los acontecimientos de los videojuegos. En concreto, los hechos de esta película tienen lugar después de RE: degeneración y antes de Resident Evil 6.

De nuevo, el protagonista es Leon S. Kennedy, que está decidido a acabar con todas las armas bio-orgánicas (es decir, los seres mutados por el virus-T, las Plagas o cualquiera de sus variantes) y, por ello, se infiltra en el país ficiticio de República Eslava del Este, uno de los juguetes rotos de la antigua URSS. Le han llegado informes sobre la aparición de ganados (ya sabéis, antiguos humanos controlados por parásitos dentro de su cuerpo), así que se aventura a resolver la situación sin la ayuda del gobierno de EEUU.

Leon, Ada... y nuevos "amiguitos"

Según comenta el director del film, Makoto Kamiya, el protagonista vuelve a ser Leon porque los fans lo pedían... pero también querían ver a Ada Wong en una película de este tipo (en la cinta anterior, la "sidekick" de Leon fue Claire). Así pues, aunque el señor Kennedy ocupa la mayoría del metraje, Ada también participa en muchas escenas de acción y vuelve a hacer gala de su personalidad: es segura de sí misma, misteriosa acerca de sus intenciones reales y, como siempre, tontea un poco con el héroe, al que no le importa seguirle el rollo... Tortolitos.

Además de estos dos héroes, hay varios personajes creados para esta película. Por un lado está Svetlana, la cual preside el país y parece estar relacionada de algún modo con la aparición de las armas bio-orgánicas. Por otro, tenemos a un pequeño comando que lucha contra la tiranía del gobierno. En él están JD y Buddy. El primero es más simpático y está loco por la cultura americana, mientras que el segundo es el típico líder meditabundo. Ambos comparten una terrible carga: se han sometido a dolorosos experimentos genéticos. Gracias a ellos, han obtenido la habilidad de controlar la voluntad de un ejércitos de lickers. Como contrapartida, su cuerpo se va degeneando, hasta que acaben por convertirse en un zombi más...

Sin miedo al gore

Ya sabéis como están las cosas con la franquicia Resident Evil: la acción ha ido ganando terreno al terror. Esta película no es una excepción. Las artes marciales, las cabriolas y, sobre todo, los tiroteos son los verdaderos protagonistas. En ese sentido, hay secuencias realmente impactantes, donde Leon ha de luchar contra ejércitos enteros o enormes tyrants. Estas coreografías son un festín para los ojos, si bien es cierto que a veces se pasan de "flipadas": demasiados planos ralentizados cuando una patada o cuchillazo pasa junto a nuestros ojos; demasiadas peleas en las que Leon sale indemne y todos a su alrededor son brutalmente masacrados... La película quiere ser tan "over the top" que al final se pasa de inverosímil... teniendo en cuenta que estamos hablando de una película de zombis, claro.

Entonces, ¿da miedo en algún momento? No, aunque sí se permite unos cuantos planos subjetivos bastante convincentes, que aportan algo de tensión. De nuevo, se abusa un poco de ese recurso, pero desde luego es efectivo. Y aunque no hay terror, el gore sí que es común. Vemos a montones de personajes desangrarse, miembros estallar y cabezas de ganados convertirse en tentáculos. La palma se la lleva una escena en la que un parásito sale de la boca de una niña y se mete en la garganta de un pobre soldado. Asqueroso, pero sabroso.

Mejor si eres fan

Hay mucho que disfrutar si eres seguidor de la franquicia Resident Evil. Personalmente, me ha parecido divertida la idea de controlar a los lickers (en la película se hace la analogía de la abeja reina que controla a sus obreras). Gracias a ello se da pie a un combate contra los tyrants muy entretenido y original. También es interesante ver a Ada en acción, si bien tanto ella como Leon son demasiado hieráticos en sus emociones. Nada les da miedo, nada los pone nerviosos. No sé a vosotros, pero a mí esos héroes tan inmutables me alejan de la acción.

La estética también resulta interesante, porque imita en la paleta de colores y el diseño de personajes a lo que veremos en Resident Evil 6. Leon y Ada (Hunnigan también hace breves apariciones) se acercan mucho más al look de ese juego que al que vimos en Resident Evil 4 o en Resident Evil: degeneración. El nivel de detalle en las imágenes CG es muy alto, pero parece más efectivo en los escenarios (la arquitectura en los exteriores luce de maravilla) que en los personajes. Estos no terminan de parecer humanos, por varios motivos: los colores son muy metálicos, poco naturales, su expresividad facial es irregular y la física de los detalles también está descompensada: los pelos de Leon o de Svetlana se mueven con una suavidad que parecen lavados con Mimosín, pero la ropa, por el contrario, parece demasiado pesada, como acartonada. No nos confundamos: es una gozada ver el conjunto en movimiento (sobre todo en Blu-Ray), pero sigue quedando la sensación de que hay aspectos artificiales que no cuadran con la realidad.

En conjunto, es una película muy entretenida y estética, que a veces peca de ser demasiado flipada y algo perezosa en el guión, pero que ofrece acción bien orquestada.

En cuanto a los extras (la película se lanza en DVD y Blu-Ray directamente), se incluyen, además de escenas de Resident Evil 6 durante los créditos, un video bastante detallado sobre las amenazas biológicas, un "making of" en el que los creadores muestran el proceso de diseño y captura de movimiento y unas tomas falsas... que, la verdad, son tan bobas que dan un poquito de vergüenza ajena. Aaay, este humor japonés, qué suyo es.