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Crítica de Zombeavers

Crítica de Zombeavers
CRÍTICA DE: Zombeavers - DIRIGIDA POR: Jordan Rubin - PROTAGONIZADA POR: Chad Anderson, Lexi Atkins, Brent Briscoe, Bill Burr, Hutch Dano, Peter Gilroy y Phyllis Katz.ARGUMENTO: Un grupo de universitarias se escapa un fin de semana a una cabaña en el bosque que es atacada por castores zombis.

Si hay un marco ideal para la presentación de Zombeavers, ése es el Festival de Cine de Sitges, el único del mundo en el que la implicación del público es tal que cualquier muerte, descuartizamiento, hachazo, mamporro o momento gore suscita el aplauso del respetable...

Jordan Rubin lo sabe bien y no lo oculta, tanto es así que, a pesar de que no pudo estar ayer en la presentación de la película, dejó bien claro que para él es un lujo estrenar su película así y aquí y mandó un mensaje desde China, donde se encuentra rodando en este momento (veremos qué se cuece pronto). Y además ha tenido el valor y la inteligencia de saber promocionarla enfocando sus estrategias a su target como en esta campaña publicitaria en la que la clave es el humor.

Crítica de Zombeavers

¿Alguna vez habéis visto una película tan premeditadamente mala y cutre que os ha terminado haciendo cierto tilín? Pues eso es Zombeavers. La premisa argumental no es más que una excusa para cachondearse del subgénero zombi y, puestos a ello y visto lo surtido del asunto (tenemos zombis nazis, zombis enamorados, zombis que se deszombifican, zombis strippers... vamos que le puedes añadir "zombi" a cualquier cosa y ya atraes al público), ¿por qué no zombis castores?

Esta joyita ha salido de la mente de, entre otros, Al Kaplan, creador de otras cintas tan instructivas como ésta entre las que podemos contar las Tv movies Pirañaconda o Dinocroc vs. Supergator... ¡con estos mimbres ya os imaginaréis por dónde van los tiros!

Crítica de Zombeavers

A medio camino entre el camelo total y la gamberradilla casi casera, Zombeavers se vale de varios recursos que son bastante divertidos: el primero de ellos es el de dejar que la espontaneidad de los actores inunde los diálogos a cual más absurdo; el segundo es el de utilizar peluches cutres como zombis repulsivos (no me extraña que se rieran tanto durante el rodaje) y el tercero, cómo no, es el de explotar el erotismo de unas universitarias "cachondas" que son la guinda del pastel con su descaro y su comportamiento extremo. Se acabaron los tiempos de las jovencitas recatadas que guardaban su flor para el día del baile... 

La historia comienza cuando dos operarios transportan materiales de desecho en su furgoneta. Un accidente hace que un bidón pierda su venenoso contenido (muy sutil el color verde fosforito del líquido) produciendo una mutación en los castores que se vuelven seres ávidos de sangre y, por supuesto, casi imposibles de matar.

Crítica de Zombeavers

Por lo visto también los vuelve más inteligentes, silenciosos y perversos, de modo que se mueven con sigilo excavando túneles para atrapar a los humanos, cortando sus líneas de teléfono y hasta emboscando a sus víctimas con trampas en los caminos. 

Puede que lo mejor sea el comienzo y el final de la película, precisamente gracias a esos dos indolentes trabajadores que hacen su trabajo con desgana mientras se cuentan el uno al otro experiencias que parecen inconfesables como quien comenta el tiempo.

Crítica de Zombeavers

Y mención especial merecen los títulos de crédito, un resumen de lo que vamos a ver en imágenes animadas que se superponen a las reales. El círculo se cierra con los títulos de crédito finales, tras los que hay una breve secuencia extra que te saca otra sonrisilla, sobre todo si escuchas con atención la canción estilo Frank Sinatra que hace un repaso de las barbaridades que has visto a lo largo de la mejor-peor película de los últimos tiempos.

Admitámoslo, Zombeavers no es ni mucho menos la cumbre del séptimo arte, pero si quieres echarte unas risas sin demasiadas pretensiones o eres un amante de la serie B, es tu película. Una vez al año no hace daño, pero con una dosis ya tenemos suficiente... que se envalentonan...

VALORACIÓN:

Descaradamente cutre, esta horrosora (en su doble sentido) cinta te saca más de una carcajada a base de parodiar la trama mil veces vista.

LO MEJOR:

El aire fresco que supone, sobre todo gracias a la improvisación de los actores.

LO PEOR:

Todo, es espantosamente mala, y ese es su encanto.
Hobby

55

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