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Eduardo Manostijeras - Crítica navideña en nuestro especial de cine de los 90

Jesús Delgado

Eduardo Manostijeras
Eduardo Manostijeras es una de las películas navideñas más entrañables. Tim Burton presenta un Frankenstein moderno protagonizada por Johnny Depp y Winona Ryder.

Tim Burton reunió en 1990 a un reparto cuanto menos interesante: Johnny Depp, Winona Ryder, Dianne Wiest, Anthony Michael Hall, Alan Arkin, Kathy Baker, Vincent Price, Caroline Aaron, Robert Oliveri.... ¿Con qué fin? Con el de contar su propia fábula navideña: Eduardo Manostijeras (Edward Scissorhands), uno de esos títulos que (admitámoslo) cada vez que lo ponen en la tele acaba por lograr arrastrarnos hasta el sofá, haciendo que nos quedemos embelesados durante los 105 que dura con su triste y conmovedora premisa.

Eduardo Manostijeras es un cuento de Navidad, ya desde el principio de la película. Una abuela cuenta a su nieta durante unas nevadas navidades la extraña pero no menos cierta historia de un muchacho extraño pero irrepetible: Eduardo. Este muchacho no era un ser normal, sino un prodigio creado por un científico que logró crear vida artificial. El sabio trató de tener un hijo y lo construyó con los materiales que tenía a su alcance. Pero antes de poder terminarlo, le faltó un detalle importante: sus manos, las cuales temporalmente suplía con prótesis formadas por varios juegos de tijeras. 

Durante muchos años, Eduardo viviría solo hasta que una vendedora llamara a la puerta de la mansión en la que vivía sola y se lo llevara con ella a vivir en un área residencial idílica de la América de los 50/60, El choque entre el géntil pero extraño Eduardo y la hipócrita sociedad norteamericana de la época no se haría esperar. Sobre todo cuando se enamorase de la hija de la vendedora, Kim. 

Así empieza una de las obras claves de Tim Burton como Bitelchús o Batman Vuelve y también una de sus más emblemáticas. Por no mencionar que es la más personal. El propio Eduardo es algo así como un reflejo del director.

Una historia de "Yo", por Tim Burton

Decir que Tim Burton nos la metió doblada con esta película es algo que hemos de admitirle al director y productor. Pero lo mejor de todo es que pocas veces nos enteramos, ni siquiera veintiséis años después. Y más cuando se trata de una historia que, como decíamos, es muy personal, ya que en el fondo "Tim" nos quiere contar su vida de manera edulcorada y poética. 

Resulta que la misma idea de Eduardo Manostijeras bebe de la adolescencia complicada del director en la área residencial de Burbank, California. Durante su adolescencia, Burton se sintió como un paria que no encajaba con la hipócrita sociedad de su zona, burguesa, conformista y "normal". Como resultado, la alienación que sentía y la percepción que tenía de sí mismo era la de un monstruo, incapaz de tratar con nadie sin hacerse daño o hacer daño. Esta idea quedó plasmada en un dibujo que realizó acerca de un hombre delgado, cuyas manos acababan en punta...

Os explicamos esto porque es la mejor forma de entender por qué a Eduardo Manostijeras se le acusa de ser la película más burtoniana o "más fiel" al espíritu de Burton. Y es que, en el fondo, es una película que habla sobre sí mismo. O al menos sobre su "yo" adolescente. De ahí que tengamos a señalar esta como su principal flaqueza. 

Y es que si, amigo lector, usted no soporta a Tim Burton, entonces detestará esta película por entero. Desde la forma de tratar una relación romántica, con ese deje tormentoso, idealista e imposible, hasta la estética, pasando por los decorados y el tonillo gótico de la historia. Y eso sin mencionar el hecho de que Danny Elfman es, ¿cómo no?, el compositor responsable de la banda sonora de Eduardo Manostijeras

Vamos, que si sumamos todos los ingredientes propios del director al hecho de que es una historia con la que Burton quería de alguna forma expresar sus demonios interiores, entonces hemos de comprender que Eduardo Manostijeras sea la película preferida del cineasta. Pero esto mismo también hace que adolezca de ciertos vicios de fondo, que pueden hacer indigerible su visionado. Sobre todo a los detractores de la filmografía del creador de Bitelchús. Ahora bien, si tenemos un alto índice de tolerancia al cine burtoniano, la película hasta nos arrancará una lagrimita.

Navidad en compañía de monstruos

Al margen de la consideración anterior, hemos de decir que Eduardo Manostijeras es posiblemente de las películas más brillantes de Tim Burton. Burton realiza una excelente fábula acerca de la naturaleza monstruosa de la humanidad mediante un relato navideño, que muestra cómo el "monstruo" es mucho más tierno, profundo y benévolo que los seres humanos mundanos, orgullosos de ser lo mejor de Estados Unidos, con sus casas, televisores y coches, dentaduras perfectas y autocomplacientes en un entorno colmado de comodidades, llevando vidas superficiales.

Mediante este relato a modo de fábula, Burton presenta a Eduardo, encarnado por un brillante Johnny Depp. Un ser artificial, un robot tierno y de corazón sensible, con alma de artista y un fondo dócil y gentil. Este es sacado de su zona de confort, la mansión de su padre, para ser arrojado a la jauría materialista de un barrio suburbano californiano, en donde la gente no solo pretende aprovecharse de él sino humillarlo por no ser igual que el resto. A pesar de esto, y de que su imposible amor por Kim (Winona Ryder) nunca llega a culminarse ni a poder corresponderse del todo, Eduardo es fiel a sí mismo y a lo que le han enseñado. Algo parecido pasa con los humanos, quienes no ven más allá del estrafalario aspecto del muchacho. 

A través de esta metáfora, Burton hace una crítica de la América de las zonas residenciales y del veleidoso y narcisista modo de vida americano, que deja fuera, aliena y destroza a todo aquel que no se integra. Mediante este poético relato, el director ajusta cuentas con la sociedad yankee en el amanecer de los 90, presentando un cuento cuyas flaquezas residen únicamente en el discurso maniqueo y el tono excesivamente romántico del filme. Bueno, en eso y en que la cinta ha envejecido, quedándose un poco añeja.

Por tanto, Eduardo Manostijeras es un entretenido y enternecedor cuento que acompaña muy bien en las fechas que se acercan. También es uno de los trabajos que más cálidamente recordamos de Depp y Ryder, una de esas parejitas memorables de los noventa, por lo felices que se las prometían y cómo acabó la cosa. A pesar de ello, ojo, sigue siendo de los títulos que se sigue agradeciendo revisitar. Y por eso la contamos entre una de nuestras cintas merecedoras de estar entre lo mejor del cine de los noventa

VALORACIÓN:

Atemporal relato de Navidad, protagonizado por el entrañable Frankenstein navideño de Burton en una América complaciente. Crítica descarnada decorada como un cuento navideño con la que Burton purga sus demonios.

LO MEJOR:

El irreal tono de cuento y su estética, la soterrada crítica a la sociedad burguesa norteamericana.

LO PEOR:

Es una película demasiado burtoniana y personal. Si no te gusta el director, es difícil de ver. No ha envejecido del todo bien y peca de pastelosa.
Hobby

78

Bueno

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