Melanie. The Girl with All the Gifts - Crítica de la nueva película zombi del Sitges Tour

Melanie. The Girl with All the Gifts es tercera película del Sitges Tour de A Contracorriente Films y no es una película de zombis al uso, de hecho, tardamos un buen rato en saber lo que ha sucedido. Tenemos un comienzo in media res en el que nos presentan a una niña encarcelada y tratada como un perro rabioso: es atada con correas y manipulada de forma inhumana para asistir a unas clases en las que se muestra brillante, curiosa y encantadora. Pero entonces, ¿por qué esas precauciones?

Como iremos desentrañando, Melanie se ha infectado con un extraño hongo que se ha extendido por todo el planeta. Los que lo inhalan se convierten en devoradores de carne humana y sus cuerpos se degradan hasta que se convierten en zombis aletargados. Pero Melanie solo es portadora del virus y no come carne humana si no es provocada explícitamente.

Por esa razón vive junto a otros niños en su mismo estado en unas apartadas instalaciones del gobierno donde se analiza su condición. La joven ayudará a la científica y profesora Helen Justineau, la doctora Caroline y el sargento Eddie Parks a encontrar una vacuna para combatir la epidemia mientras inician un viaje a la desesperada por sobrevivir a la plaga.

Ver a Glenn Close en una cinta de bajo presupuesto como ésta no es la tónica general, pero lo cierto es que Melanie. The Girl with All the Gifts es una película bastante peculiar, imbuida por esa secreta elegancia inglesa que le confiere distinción a la narración y tiene otros atractivos accesorios como son el hecho de que se le dé un gran peso específico a los personajes femeninos y que nos invite a pensar acerca de qué es lo que nos hace humanos.

La película está basada en la novela de mismo título de Mike Carey de 2014 y es Colm McCarthy el encargado de plasmar las palabras en imágenes, contando como aliado con el propio escritor de la novela que es el encargado del guión de la cinta y con Simon Dennis como director de fotografía. 

Atentos a Dennis porque también tiene voluntad de sorprendernos con The Limehouse Golem, el próximo proyecto de Juan Carlos Medina que debutó de forma magistral con Insensibles y en octubre estrena su nueva peli. En el caso que nos ocupa, su trabajo es una de las mayores virtudes de la película: las imágenes son muy impactantes pero la forma en la que están fotografiadas les da aún mayor potencia.

Ver a una niña ensangrentada con un bozal es reducirla a un estado animal, pero si además tienes esa sutil atmósfera virada a los ocres que difumina los contornos y polariza la luz queda aún más de relieve esa sensación fantasmagórica de estar ante algo que va más allá de lo que llamamos estrictamente humano.

El hecho de que los propios zombis se transformen en germen vegetal que genera nuevos frutos con esporas que diseminan la plaga hace que los tonos verdes y tierra se apoderen de la paleta cromática y el ritmo lento (a veces excesivamente pausado, la verdad) nos deje medio hipnotizados ante lo que está sucediendo.

Cierto es que toda la parte que se desarrolla outdoor pierde mucha fuerza y que el mensaje esperanzador te lo dan tan mascado y remarcado que no hay espacio para que el espectador extraiga sus propias conclusiones, lo que le resta muchos enteros a una película, que, al menos, puede hacerle especial gracia a los amantes de The Last of Us...

No alienta a pensar demasiado en ella tras el visionado y deja una sensación un poco triste de decepción porque Melanie. The Girl with All the Gifts podría haber sido una película mucho más completa y firme en su propósito a poco que se hubiera rematado con más valentía. Quienes no terminen de entrar en la ficción puede que encuentren incluso ridículos los aspavientos de la joven protagonista y los pequeños salvajes que malviven en libertad.