Review de Harms Way, gratis y online

Harms Way ofrece una temática seria y con grandes dosis de acción, totalmente gratuita para los usuarios de Xbox Live. Eso sí, habrá que darse prisa, porque puede ser una oferta temporal, de cara a unas navidades en las que es difícil decidirse entre tanto juego bueno.

Como en los clásicos del género, aunque con pretensiones bastante controladas, en Harms Way se enfrentan cuatro escuderías de vehículos todoterreno. A esto se le suma la presencia de torretas de combate. Pertenecientes también a los equipos en liza, intentarán despejar y facilitar el camino de los coches, ya sea eliminando a los otros participantes, destruyendo las torretas enemigas o abriendo atajos. El escenario nos lleva, pues, a duros enfrentamientos en el desierto, que son un homenaje a las carreras de vainas de Star Wars o Mad Max.

Asimismo, los bólidos podrán recoger distintos objetos dispersos por el circuito. Algo muy típico, pero que nunca pasará de moda. Estos van desde escudos o cargas de óxido nitroso, hasta mejoras para las torretas que nos ayudan desde lo alto. Por cierto, algunos complementos están disponibles sólo en el modo multijugador, algo que nos deja ver cuál es la faceta más importante de Harms Way.

Los modos online nos situarán en dos extremos. Por un lado, tenemos la cooperación con nuestros amigos del mismo equipo, por otro, la rivalidad contra los oponentes. Formados los grupos por dúos coche y torreta, podrán participar hasta ocho jugadores en el online y cuatro en red local. Lo cierto es que las opciones son variadas y la sencillez del juego garantiza la diversión. En cuestión de segundos nos encontramos metidos de lleno en una batalla donde cualquiera se encuentra a gusto. Tanto si nos da por disparar como si queremos correr sobre la pista o la arena, Harms Way ofrece una experiencia adictiva.

Alejado de títulos con grandes pretensiones, hay que reconocer la buena factura de este juego. Con unos conceptos que hemos visto innumerables veces, Harms Way consigue engancharnos durante horas, con dos partidas que rara vez se parecen. Sólo podemos echarle en cara que el nivel técnico, aunque destacable, se queda corto en los acabados. Por ejemplo, al caer fuera de la pista, aunque esto se arregla con experiencia y algo de habilidad. Respecto a la inteligencia artificial de los oponentes, poco podemos decir, salvo que es errática y se conocen al dedillo buena parte de los atajos, incluso en los modos más fáciles. Algo que se soluciona, perfectamente, jugando contra personas de carne y hueso en Xbox Live.