Shin Megami Tensei IV: Apocalypse - Análisis para 3DS

Shin Megami Tensei IV, probablemente el juego de rol más profundo, maduro y desafiante que hemos tenido el placer de jugar en 3DS, recibe una magnífica continuación directa que se desarrolla en su mismo mundo y con sus mismas mecánicas, pero con una nueva historia, nuevos protagonistas y un montón de novedades. En realidad podría considerarse una especie de segunda campaña de SMT IV, aunque no es necesario haber jugado antes al anterior para disfrutar de este (aunque sí recomendable).

Y al contrario que su predecesor, que a Europa llegó sólo en su versión de la eShop, este Apocalypse lo hace también en formato físico. Aunque eso sí, los textos y voces de esta entrega también están en inglés.

De Flynn a Nanashi

Este juego toma como punto de partida la ruta neutral del anterior, aunque la nueva historia también toma distintos rumbos en función de nuestras decisiones morales. El protagonista del SMT IV original, el samurái Flynn, es considerado el liberador de Tokio, y el gremio de cazadores le ofrece apoyo en sus misiones contra los demonios y los ángeles que han sumido la ciudad en la destrucción. Un joven aprendiz de dicho gremio, conocido como Nanashi (que significa “sin nombre” en japonés), muere al principio de la aventura en una emboscada de demonios, pero en el más allá se encuentra con un misterioso ser: Dagda, que le ofrece devolverle la vida a cambio de que obedezca sus órdenes a partir de entonces.

Así, Nanashi y Dagda forman una importante pieza en el complejo tablero de Tokio, asolado por la guerra entre los demonios de Lucifer y los ángeles de Merkabah (a los que ya conocimos en el SMT IV original), contienda a la que además se une una nueva y poderosa facción: unas deidades politeístas que se hacen llamar los Poderes Divinos ("the Divine Powers").

Todos ellos aseguran hacer las cosas por el bien de la humanidad: los ángeles de Merkabah prometen orden y estabilidad, mientras que los demonios de Lucifer aseguran que el caos es el motor del progreso. Por su parte, los Poderes Divinos tienen su propio plan para "salvar a la humanidad". Pero las guerras y las destructivas acciones de unos y otros han traído la tragedia y el desastre, y a lo largo de la aventura tenemos que decidir qué es lo correcto y qué punto de vista nos convence más, con cuatro finales distintos en función de ello.

Lección maestra de rol

La experiencia de rol que propone Apocalypse es magistral, y sus combates por turnos son posiblemente los mejores que hemos disfrutado en el género. En realidad sus mecánicas son prácticamente idénticas a las del SMT IV original, pero Atlus ha perfeccionado algunos detalles para que sus extraordinarias batallas sean aún más disfrutables.

A diferencia de muchos otros juegos de rol en los que al final nos limitamos a pasarnos los combates dándole al botón de atacar, los juegos de Atlus se distinguen por ofrecer enfrentamientos por turnos profundísimos, y Apocalypse incluye la fórmula más evolucionada hasta la fecha. La clave está en el sistema de debilidades y fortalezas: explotar las debilidades de los enemigos (por ejemplo, un hechizo de fuego contra un demonio vulnerable a él) no sólo nos sirve para hacerles más daño, sino que además nos otorga turnos extra. Pero lo mismo sucede a la inversa si es el enemigo quien explota nuestras debilidades, y hay que tener eso en cuenta especialmente cuando luchamos contra los duros jefes.

Otro elemento fundamental es la posibilidad de reclutar y fusionar un gran número de demonios (esta entrega incluye más de 450 distintos). Nuestro equipo de batalla está formado por Nanashi y tres demonios, y también podemos tener a más criaturas en la reserva para invocarlas cuando queramos. Para que se unan a nosotros como aliados, hay que agasajarlos en pleno combate, como es habitual en la saga: en lugar de atacarlos, podemos hablar con ellos, tratar de decirles las palabras correctas, y sobornarlos con ítems y Macca (la moneda del juego) cuando haga falta. Estas mecánicas de interacción con demonios también han sido mejoradas.

Una vez conseguimos hacernos con un buen puñado de demonios, es muy importante fusionarlos constantemente con los nuevos que vayamos consiguiendo. De esta manera no sólo podemos conseguir demonios más fuertes, sino que además es posible combinar los hechizos de unos y otros para que nuestras creaciones tengan habilidades a nuestro gusto. Este sistema de fusión es una de las mejores cosas del juego, pues aporta un sinfín de posibilidades y un nivel de profundidad tremendo.

Los compañeros de apoyo

Una de las novedades más importantes de Apocalypse es el sistema de compañeros. Mientras que en el SMT IV original se nos asignaban automáticamente personajes de apoyo en función del momento de la historia, en Apocalypse hay más aliados y podemos seleccionar en todo momento cuál de ellos nos acompaña. Estos personajes actúan por su cuenta al final de nuestro turno, con movimientos tanto de ataque como de defensa.

Durante la aventura se nos unen siete de estos compañeros: cinco de ellos son totalmente nuevos, mientras que otros dos ya aparecían en el anterior juego (los samuráis Isabeau y Navarre). En función de la batalla, nos puede convenir más elegir a alguno en concreto, y esto añade una nueva capa de estrategia a los combates contra jefes. Además, también hay una barra que se va llenando poco a poco durante la batalla, y al completarse todos nuestros aliados atacan a la vez durante un turno, no sólo el que tengamos asignado.

Por cierto, Navarre además desempeña otra de las novedades de esta entrega. En los escenarios veréis ahora una especie de núcleos, que Navarre puede usar para imbuir su espada en una energía especial durante un tiempo limitado. Así podemos derribar ciertas paredes y desbloquear caminos, además de romper zonas especiales para hacernos con botines, lo cual da más juego a los escenarios.

Apartados visual y sonoro

Lo cierto es que gran parte de los escenarios son los mismos del SMT IV original. Como decíamos, este juego debería considerarse una segunda campaña de aquel juego, y prueba de ello es que mantiene el "IV" en el título. Por lo tanto, no hay progresos significativos en el apartado técnico. El diseño de demonios es excelente (con unos cuantos nuevos) y los entornos tridimensionales son bastante resultones, pero también sigue habiendo muchos escenarios que son representados mediante sencillas imágenes estáticas. Estaría mejor si pudiésemos explorar cada sala y cada tienda en 3D.

La banda sonora, que ya nos encantó en su predecesor, nos ha gustado aún más en esta entrega. Algunas de las mejores melodías del anterior juego están también aquí, así como muchas nuevas y brillantes (buenísima la que suena durante los combates contra miembros de los Poderes Divinos). En su contra hay que decir una vez más que sólo podemos escoger las voces en inglés; aunque son muy correctas, sería bueno tener también la opción de elegir las originales en japonés.

Conclusiones

Shin Megami Tensei IV: Apocalypse es uno de los mejores juegos de rol de 3DS. Combates por turnos magníficos y desafiantes, sistema de fusiones muy logrado, una historia adulta y bien planteada... Esta entrega toma las excelentes bases de su predecesor, y nos ofrece una experiencia aún más sólida.