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Titanic - Crítica de la película de James Cameron en nuestro especial cine de los 90

Clara Castaño Ruiz

Titanic
En el año 1997, James Cameron nos presentaba una de sus películas más redondas, Titanic. La historia del barco de los sueños conmovió a una generación enamorada de Leonardo DiCaprio y nos demostró que el cine es puro espectáculo. Histórica y técnicamente cuidada, Titanic fue la gran triunfadora de la 70ª entrega de los Premios Oscar con 11 galardones. ¿Por qué? En nuestro especial cine de los 90 os contamos los motivos.

Tengo que reconocer que volver a ver la película de Titanic tras varios años me daba bastante miedo y más si tenemos en cuenta que era para hacer su críticaen nuestro especial cine de los 90. Pensaba que no superaría esas más de 3 horas que dura el metraje y que se me caería un mito, pero lo cierto es que me ha vuelto a impactar. Y eso que ya son unas cuantas veces las que he acompañado a Jack y Rose, Leo y Kate, en su viaje a bordo del barco de los sueños. 

Recuerdo la primera vez que vi Titanic en uno de los desaparecidos cines de mi barrio. La sala estaba llena de gente y ante mi se presentaba una de las mayores tragedias de la historia de la navegación marítima. Llevaba varios meses esperando el estreno de la película. No obstante, el hundimiento del Titanic siempre me había llamado la atención. Me asombraba que un barco tan poderoso y grande como el diseñado por Thomas Andrews se perdiera en las aguas del Atlántico al chocar con un iceberg a tan sólo dos días para llegar a Nueva York, su destino final. Así es que, marque en rojo el 9 de enero de 1998 (fecha de estreno en España) y por menos de 600 pesetas (3,61 euros) disfruté con una de las películas más importantes de la Historia del Cine. No me he vuelto loca y os cuento las razones por las que Titanic está a la altura de Ben-Hur, así como de otras grandes producciones del cine. 

El barco más lujoso en surcar los mares

La Odisea marina de James Cameron nos narra una de las mayores tragedias de la navegación, el hundimiento del Titanic durante su viaje inaugural desde Southampton hasta Nueva York. Su historia se ha convertido en un mito y una leyenda con multitud de películas, novelas y hasta videojuegos que conviene recordar. La catástrofe marcó a la historia de la navegación con la creación de nuevas normas de seguridad marítima y la firma de un Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar con el fin de que algo así no se volviera a repetir. 

Titanic en el puerto de Southampton
Titanic en el puerto de Southampton

El 10 de abril de 1912, el Titanic, uno de los trasatlánticos más grandes de la clase Olympic de la naviera White Star Line, partía del puerto de Southampton (Inglaterra) rumbo a Nueva York. En sus más de 270 metros de largo y nueve cubiertas transportaba a unos 2200 viajeros pertenecientes a toda clase social que se repartían entre sus cubiertas. En sus camarotes, muchos inmigrantes irlandeses, británicos, escandinavos, y alguno español, que buscaban empezar una nueva vida en la ciudad americana. A los mandos de tan lujoso barco que contaba con piscina, biblioteca y varios restaurantes, estaba el capitán Edward John Smith, uno de los marineros con más experiencia de White Star Line y que anteriormente había capitaneado el trasatlántico Olympic. 

“Así que este es el barco que dicen es insumergible”

Durante los primeros días de travesía, las condiciones climáticas fueron óptimas y el navío avanzó sin descanso por las aguas del Atlántico. Sin embargo, a partir del 12 de abril empezaron a llegar telegramas que avisaban de la presencia de icebergs, eso hizo que el capitán Smith variara ligeramente el rumbo del barco, pero no le dio mayor importancia. En la noche del 14 de abril de 1912, la tragedia sobrevino. A pesar de las múltiples advertencias, a las 23:40, el Titanic chocaba con un iceberg por el costado de estribor, a unos 5 m por debajo de la línea de flotación, y comenzaba la pesadilla. A las 2:20 de la madrugada del 15 de abril, el barco de los sueños se partía en dos y se hundía en las gélidas aguas del Atlántico. Solo sobrevivieron 710 pasajeros. El iceberg no acabó con la vida de nadie, lo hizo la falta de previsiones: no había suficientes botes salvavidas y los que había se fueron casi vacíos. También afectó la hipotermia, ya que muchos pasajeros se lanzaron desesperados al agua pero no pudieron superar las extremas temperaturas. 

Orquesta del Titanic que permaneció tocando hasta que el barco se hundió
Orquesta del Titanic que permaneció tocando hasta que el barco se hundió

La historia del Titanic ha fascinado a los historiadores y también al mundo del cine. El mismo año que el trasatlántico se hundía se estrenaban Saved from the Titanic y In Nacht und Eis. En 1958 llegaba a los cines A Night to Remember (Una noche para recordar), para muchos la más fiel recreación del hundimiento, y ya en años más recientes, La camarera del Titanic. Pero la que todo el mundo reconoce a primera vista y la más laureada es la realizada por James Cameron que logró ser, en su época, la película más taquillera de la historia con una recaudación de 2.100 millones de dólares.

Una historia de amor sin fronteras 

El cazador de tesoros Brock Lovett y su equipo de exploración se embarcan en una aventura para encontrar entre los restos del Titanic un valioso diamante conocido como el Corazón del Mar. No lo encontrarán, pero en su lugar hallarán una caja con un retrato a carboncillo con fecha del 14 de abril de 1912, día en que el Titanic se hundió. Este descubrimiento les llevará a entrar en contacto con Rose, una anciana de 101 años, y su nieta Lizzy. A través de sus recuerdos, James Cameron nos traslada hasta el año 1912 para revivir el trágico viaje del trasatlántico y la historia de amor de Rose con Jack Dawson, un joven artista de clase baja que quiere viajar a América para comenzar una nueva vida. Todo se complica con la presencia de la madre de Rose, el engreído prometido de la chica y un iceberg en las aguas del Atlántico.  

Titanic es una película de amor, sencilla en sus formas y bastante obvia: la chica rica que está comprometida con un hombre al que no quiere y que se enamora del joven de clase baja. Esto lo hemos visto en muchas películas románticas, pero James Cameron hace que resulte convincente y que nos termine atrapando de principio a fin, especialmente por la química de sus actores protagonistas: Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. Sus actuaciones dan a la película un impulso mágico. Rose con su mirada ligeramente altiva y preocupada, se enfrenta a las restricciones de su clase social y condición de mujer, mientras que Jack es la encarnación de la libertad pícara, papel que en esta película encaja perfectamente con DiCaprio. Los personajes son carismáticos y están bien construidos. Además, cuentan a su alrededor con un gran plantel de secundarios entre los que destacan Billy Zane, Kathy Bates, Jonathan Hyde, Gloria Stuart como la Rose mayor y Bill Paxton. 

Con Titanic, James Cameron no sólo nos narró la trágica historia del trasatlántico, también nos hizo un retrato sobre el drama social y las diferencias de clase de principios del siglo XX. Los ricos viajaban por placer y a todo lujo, mientras que las clases bajas se hacinaban en los peores camarotes tratando de huir hacia un lugar mejor para comenzar desde cero.  

Fiesta en los camarotes de la clase baja
Fiesta en los camarotes de la clase baja

El ritmo de la película es ágil. Comienza de una manera pausada, pero a medida que nos vamos acercando al final se vuelve frenético y dramático con los pasajeros sin saber a dónde ir o qué hacer. A pesar de sus 3 horas y 15 minutos de metraje, no se hace pesada y, si en algún momento la historia de amor pincha, las escenas del hundimiento lo compensan. La secuencia del barco chocando contra el iceberg es perfecta, y a pesar de los años, sigue resultando espectacular por la calidad de sus efectos especiales y fuerza visual. Justo en estos momentos es cuando vemos la verdadera intención de James Cameron: mostrar las diversas maneras de intentar sobrevivir o afrontar una tragedia.  

“Las películas anteriores sobre este tema no entraban en el drama de quién iba o quién no iba en los botes salvavidas. Para mi, el drama estaba en mostrar qué les sucedió a los pasajeros veinte minutos después de que todos los botes se hubieran marchado.” James Cameron (1997)

Kathy Bates como Molly Brown, uno de los personajes reales de la película
Kathy Bates como Molly Brown, uno de los personajes reales de la película

Lo cierto es que no todo es perfecto en la narración. Podría estar mejor escrita, ya que adolece de cierta falta de madurez en algunos diálogos de Rose y Jack, especialmente cuando el barco se está hundiendo y la chica tiene que rescatar a Jack de morir ahogado tras haber sido detenido. Precisamente, es en estos momentos finales en los que vemos que James Cameron alarga demasiado el argumento y crea un giro de guión inesperado, así como regularmente construido, para tratar de justificar ciertas acciones de Caledon Hockley, el prometido engañado al que interpreta Billy Zane, y que no tienen sentido dentro de la tragedia que se está viviendo en el barco. Su único fin es mostrar que este ricachón es un soberbio y que es normal que Rose no lo quiera. 

Por suerte, la historia se recupera gracias a las extraordinarias escenas finales y esa emocionante orquesta, en la cubierta del barco, tocando Nearer, My God, to Thee. Una escena conmovedora y totalmente cierta, como muchas otras que podemos ver en estos momentos finales: la pareja de ancianos abrazados en la cama, el capitán Smith a los mandos de su timonel, una madre tratando de tranquilizar a sus hijos… Todo mientras el caos gira a su alrededor y la ambición humana queda enterrada en las profundidades del océano. Que tenga semejanzas con la realidad no es casual. James Cameron estuvo investigando durante años y visitó varias veces el lugar del naufragio. El director quería honrar a todos los que habían muerto en la tragedia.  

La orquesta tocando durante el hundimiento
La orquesta tocando durante el hundimiento

Efectos especiales y música titánica 

No hace falta decir que James Cameron es un director ambicioso y que, cuando se propone algo, lo hace a lo grande. Sus películas son éxitos de taquilla. Incluso cuando parece que van a fracasar logra sacar adelante proyectos que parecen imposibles. Un caso así es el de Titanic. La película tardó años en producirse por las nuevas tecnologías que utilizó el director canadiense. Paramount Pictures y Fox tuvieron que colaborar estrechamente para sacarla adelante, y Digital Domain, estudio de efectos especiales y animación de James Cameron, Stan Winston y Scott Ross, recibió ayuda de Industrial Light & Magic de George Lucas con el fin de que todo resultara lo más realista posible. 

La película contó con 200 millones de presupuesto, que recuperó con creces en la taquilla, y tardó 27 semanas en rodarse. Fue la primera vez que se utilizaron imágenes reales del barco y posteriormente se aprovechó el boom de la cinta de James Cameron para lanzar un documental sobre las profundidades del Titanic. Además, para que todo resultara fiel a la tragedia, se construyó una replica del navío a partir de los planos originales. La Fox compró una propiedad en la playa de Rosario, Baja California, donde se rodaron todas las escenas acuáticas y se erigió el nuevo Titanic a escala real, incluido un tanque de agua para hundir en él la réplica del trasatlántico. Fue casi como una vuelta al cine clásico de D.W. Griffith en el que se construían grandes escenarios, aunque en este caso con mayor presupuesto. 

Sus efectos especiales marcaron un antes y un después en la historia del cine, ayudando para el desarrollo de películas posteriores como El Quinto Elemento o El señor de los anillos. Una de sus técnicas más revolucionarias fue el uso de actores digitales. Esta tecnología, que se había utilizado en otras películas anteriores, se llevó al máximo para crear cientos de pasajeros virtuales que formaban parte de la numerosa tripulación del barco. La escena de la popa partiéndose en dos, las olas gigantes o el drama en el interior del barco y alrededor de los botes salvavidas, figuran entre los mejores efectos especiales producidos en Hollywood hasta ese momento. 

Pero, al igual que ocurre con la narración, nos encontramos con varios fallos de producción, casi anécdotas, pero que no pasan inadvertidas ante los ojos de los espectadores y más cuando has visto la película varias veces: reflejos de cámaras en cristales, luces del equipo de rodaje que aparecen en medio del hundimiento del barco, líneas de dibujos que empiezan gruesas y terminan siendo finas... Resulta curioso que nadie se diera cuenta a la hora del montaje y que permanecieran hasta el final sin utilizar la magia del cine para arreglarlo. 

Jack y Rose en la tabla

Titanic se completa con una banda sonora épica del gran James Horner. El autor de otras grandes partituras del cine como Aliens, el regreso o Apolo 13, logró su mayor éxito de crítica y público con Titanic. Sus ventas la convirtieron en la banda sonora orquestal más vendida de la historia. La banda sonora y su canción, My Heart Will Go On, interpretada por Celine Dion, dieron a James Horner los dos únicos Oscar de su carrera, a pesar de haber estado nominado hasta en 10 ocasiones. 

Las composiciones son conmovedoras, románticas y potentes en los momentos necesarios. Horner logró que se acoplaran perfectamente a la triste aventura del Titanic. No hace falta ver la película para disfrutar de su acompañamiento y terminar cantando a voz en grito el My Heart Will Go On. Su trabajo en Braveheart seguro que le ayudó, ya que ciertas melodías tienen semejanzas. Y es que James Horner solía autohomenajearse en sus bandas sonoras. En definitiva, un trabajo excepcional a la altura de la película. 

Conclusión

Han pasado casi 20 años desde que se estrenó en los cines, pero Titanic se mantiene en plena forma. Más allá de la historia de amor de Rose y Jack, que puede gustar más o menos en ciertos momentos de la trama, la recreación del barco y su travesía por el Océano Atlántico es tan fiel que asusta y sigue emocionando. Los efectos especiales han envejecido a la perfección y continúan viendo naturales, salvo en un par de planos aéreos del Titanic en los que parece que el barco vuela, más que navega. Y qué decir de la banda sonora de James Horner. Es y será inmortal por los siglos de los siglos, ya que es inevitable tararearla cuando empiezan a sonar las primeras notas. Gracias a Titanic, las carreras de Leonardo DiCaprio y Kate Winslet subieron como la espuma, hasta llegar a la cima en la que hoy en día se encuentran con varios Oscar y grandes papeles para recordar. La película de James Cameron sigue fascinando, a pesar de sus años, y embaucando a multitud de espectadores cada vez que la emiten por televisión.

VALORACIÓN:

Titanic es una de las mejores películas de James Cameron al mezclar a la perfección el cine espectáculo con el romántico. Una buena experiencia de una gran belleza visual con unas buenas actuaciones de Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, aunque algo edulcorada de más en ciertos pasajes.

LO MEJOR:

La perfecta recreación del barco de los sueños y la BSO de James Horner que sigue poniendo la piel de gallina. Rigor y espectáculo se dan la mano.

LO PEOR:

Algunos diálogos demasiado ñoños. El personaje de Billy Zane es el más endeble de toda la película provocando giros de guión innecesarios.
Hobby

86

Muy bueno

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