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Vientos de La Habana - Crítica de la película de Jorge Perugorría

Vientos de La Habana
Crítica de la película policiaca de Jorge Perugorría titulada Vientos de La Habana como la novela homónima en en que se basa que se estrenará el 30 de septiembre.

Vientos de La Habana es un thriller policiaco que se funde con el drama íntimo de Mario Conde, el detective de la policía ideado por el novelista cubano Leonardo Padura y reinventado ahora para los cines por Jorge Perugorría de la mano del director Félix Viscarret (Bajo las estrellas).

En una cálida noche de La Habana, Conde conoce a Karina (Juana Acosta), una enigmática mujer por la cual se siente profundamente atraído. Al mismo tiempo le asignan la investigación de la violación y asesinato de Lissette Núñez (Mariam Fernández), profesora del mismo Instituto Preuniversitario Víbora donde estudió el propio Conde en su adolescencia.

Conforme comienza una intensa relación con Karina, Conde trata de construir un retrato de la vida oculta de Lissette que le permita dar con el asesino y descubrir que el escenario de sus antiguos recuerdos de estudiante ha cambiado demasiado, como ha cambiado la propia ciudad de La Habana. 

Somos la generación jodida

Si somos puristas, la trama policiaca de esta película es lo de menos, no más que una simple excusa para hablarnos del marco en el que se produce un truculento asesinato en el que han intervenido violencia, drogas, alcohol y sexo. La verdadera protagonista de la película no es la víctima Lisette, sino la víctima La Habana y esa generación que se proclama así misma como "jodida". 

Como expresaba el propio novelista del que parte la película: “Soy una persona con un fuerte sentido de pertenencia a una cultura, un contexto y una nacionalidad, que es la cubano. Y mi mirada a ese proceso cubano tan peculiar de los últimos 60 años, es desde un punto de vista generacional. Ocurría en Regreso a Ítaca y no podía dejar de estar aquí: Conde es mi manera de hacer posible la gloria y el infierno de una generación, porque la generación que ha vivido todo el proceso revolucionario tuvo todos los beneficios y ha sufrido todas las derrotas”. A Jorge Perugorría el papel le va como anillo al dedo.

Vientos de La Habana

La Habana de las contradicciones

Por el camino, Viscarret mete toda clase de píldoras: desde las jazzísticas de los locales bohemios con otras tantas referencias a Nueva Orleans, hasta las políticas que tienen cierta cualidad corrosiva.

Saber que la policía está comprada y contemplar el fresco que adorna la comisaría de policía en la que se puede ver el rostro de Fidel Castro con una de sus máximas: "Revolución es decir siempre la verdad" es toda una bofetada en la cara, como lo sigue siendo ver la archiconocida imagen del Che reivindicando la lucha en un instituto en el que se pasa droga.

Vientos de La Habana

Hay toda una construcción visual de la ciudad desde el plano onírico: la aparición de Katrina casi como una ensoñación: "¿dónde estabas mujer, que yo no te había visto?", le llega a decir Conde; la fumigación de las calles que las inunda de humo, como el despacho del escritor frustrado anegado en humo de tabaco; la gloria decadente de las calles desconchadas; los vehículos antiguos, desfasados, pequeños que se pierden en laberínticas callejuelas vistas en largos planos picados...

La banda sonora también rezuma nostalgia, amargura y tristeza. Como si Conde estuviera abocado a sucumbir a la ciudad y sus promesas rotas y solo encontramos algo de esperanza, como él, en los encuentros llenos de camaradería con sus amigos, compañeros de borrachera y de ilusiones pasadas. Luis Alberto García (Juan de los muertos) es uno de ellos.

Vientos de La Habana

Curiosamente lo que nos genera más expectación no es tanto la resolución del caso sino el esclarecimiento de las sombras que proyecta el personaje de Katrina, obsesión e inspiración de nuestro protagonista. Desde el primer momento sabemos que algo oculta pero no es hasta el último momento cuando accedemos a la gran desilusión, el espejo perfecto en el que mirar una ciudad que tanto prometía y tanto perdió. En las palabras de nuestro protagonista: "de tanto caer se fue a la mierda".

Aviso a navegantes: Vientos de La Habana funciona como el primer episodio de una miniserie de televisión que adaptará el resto de novelas (Pasado perfecto, Máscaras y Paisaje de otoño) y constará de 4 capítulos de 90 minutos cada uno, así que si el personaje os enamora podréis seguir conociéndolo en el futuro.

VALORACIÓN:

La Cuba decadente queda retratada en un thriller nostálgico y perezoso que se abre paso mostrando las contradicciones de La Habana.

LO MEJOR:

El drama generacional expresado a golpe de borrachera. La camaradería del reparto y la atmósfera brumosa y casi onírica de la ciudad.

LO PEOR:

No es tan sórdida como pretende y le falta carga emocional al final de la trama policiaca: la que engancha es la historia de Conde.
Hobby

77

Bueno

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