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Zipi y Zape y la Isla del Capitán - Crítica de la secuela

Jesús Delgado

Zipi y Zape y la isla del Capitán
Zipi y Zape y la Isla del Capitán es la nueva película de Oskar Santos sobre los personajes creados por José Escobar para la Editorial Bruguera. La nueva cinta cuenta con Elena Anaya como villana de la historia.

Tras la anterior película de Zipi y Zape,  titulada Zipi y Zape: el club de la canica,  Oskar Santos vuelve a la carga. El director bilbaíno propone un reemplazo en sus dos actores principales Teo Planell y Toni Gómez reemplazan a los Zipi y Zape de la primera entrega, Raúl Rivas y Daniel Cerezo en una nueva aventura que, en cierta manera, repite la fórmula y planteamiento, tratando de dibujar en pantalla unos nuevos gemelos Zapatilla para el siglo XXI y que cuenta con Elena Anaya como principal antagonista.

De esta manera, Oskar Santos propone cómo Zipi  y Zape acaban castigados en Navidad, tras una trastada antes de la Noche de Reyes, siendo obligados por sus padres a realizar con ellos una travesía a una apartada isla. Por "azares del destino" la familia Zapatilla acaba en el hospi...  la Casa de la Infancia de la Señorita Pam (Elena Anaya), una excéntrica regente que adora de manera entusiasta, aunque algo enfermiza, a los niños. Auque no así a los adultos. 

Misteriosamente, Don Pantunflo y Doña Jaimita, los padres de Zipi y Zape, desaparecerán, dejando a los niños en manos de Pam. Sin embargo, los dos jóvenes hermanos se olerán que algo no marcha como debiera y no cejarán en su empeño hasta dar con sus dos progenitores y descubrir el secreto que hay detrás de la no menos extraña Isla del Capitán.

Un cuento para niños de hace veinte años

El principal problema de Zipi y Zape y la Isla del Capitán es el anacronismo. Como les pasa a los personajes, la película tiene dificultades para encajar con los niños de hoy. Ojo, nos explicamos. La película es divertida, entretenida, te ríes si te dejas llevar e incluso llegas a pasar un buen rato. Pero, claro, debes entrar al juego de que juega con el tipo de humor que nos gustaba a los que eramos niños hace veinte o treinta años. Esto es, si la película sale hace unas décadas atrás, sin duda habría sido rompedora, innovadora e incluso de culto. El problema es que su planteamiento y su discurso, blanco que intenta ser algo ácido, se queda anticuado para el público infantil de hoy en día.

Zipi y Zape y la Isla del Capitan

Esto, no es malo per sé, es muy posible que el público infantil se lo pase en grande con ella. Pero cuando decimos infantil, decimos bastante joven. Menores de diez años, vaya. Más allá de esa edad, el cinismo de la sociedad actual y las ansias de ser mayores antes de tiempo, empujará a los "tiernos infantes" (que seguramente ya estén practicando reiterativamente la rotundidad de los tacos más malsonantes) encontrarán esta película insulsa y "para críos". En este aspecto, el pecadillo de Oskar Santos, su principal guionista además de director, es construir su cinta en base los gustos de los niños de su década. Al menos en cuanto a discurso se refiere, porque en cuanto a forma se refiere Zipi y Zape y la Isla del Capitán está bastante actualizada.

La cinta es una amalgama de Los Juegos del Hambre con La Brújula Dorada, Harry Potter y cualquier otra historia de fantasía típica con la que Hollywood nos bombardea desde que se redescubrió el filón de la literatura juvenil fantástica y de aventuras. La cinta refunde tropos, esterotipos, situaciones y principios de éstas en una única aventura que pretende ser un cuento de hadas. Ahora bien, este cuento de Zipi y Zape tiene más bien poco.

En este aspecto, el pecado original de la película y su principal defecto no es culpa del director, sino del material de partida. Zipi y Zape ya eran anacrónicos incluso en los 80. Los planteamientos obsoletos y reiterativos de Escobar habían convertido al dibujante y guionista en una vieja gloria de la Editorial Bruguera, con sus historias insulsas sobre bicicletas, travesuras y calabazas. Por tanto, trasladar una lectura literal de estos personajes al público de hoy es un suicidio y un sinsentido. De ahí que por otro lado el guionista tenga que hacer una historia completamente distinta al material original. Claro que el precio a pagar es que no se asemeje en nada a los tebeos. 

Dicho de otra forma, esta película es de Zipi y Zape porque así lo señala el título. La verdad es más incomoda. Lo de Zipi y Zape es un señuelo para padres nostálgicos, que necesitan una etiqueta para identificar una película orientada al público infantil. 

Steampunk y fantasía

Ahora bien, al margen de lo dicho, la película es una historia de aventuras steampunkera y fantástica de manual. Máquinas imposibles rudimentarias, alimentadas por vapor y electricidad, seres fantásticos, parajes exóticos, misterios... la película se construye como buena parte de la literatura juvenil actual y su ambientación resulta bastante atractiva, con reminiscencias del género del cine francés. 

Las localizaciones cumplen y son adecuadas para la historia, trasladando el halo de misterio e irrealidad que pretende transmitir. Ñas caracterizaciones acordes con el tono y el principio inocente del que parte de la película. Los actores no dan ni más ni menos de lo que se espera en un tipo de película como la que nos ocupa. Son creíbles dentro de lo que el público esté dispuesto a conceder y hacen el visionado bastante ligero. Aunque, en el caso de los actores más jóvenes, se detecta una dirección artística algo endeble. 

La trama, por otro lado, sin haber nacido de un arrebato de genialidad, se construye de forma más que correcta y coherente, desvelándose poco a poco y guardando alguna que otra sorpresa o giro "inesperado". En este sentido, no habrá una vuelta de tuerca exagerada, pero sí acertada para mantener el suspense o sorprender al público ingenuo.

En definitiva, que Zipi y Zape y la Isla del Capitán se deja ver. No es la película más apropiada para ir con nuestro último ligue, pero sí la que uno debería tener en cuenta si tiene niños en casa. Ahora bien, que el espectador adulto se prepare para pasar por la moralina de "padres que harían cualquier cosa por sus hijos" y la apuesta por los valores familiares de turno. 

VALORACIÓN:

Película que trata de reconciliar a los anacrónicos personajes de Escobar con el actual público infantil y juvenil. Correcta y divertida para la chavalería. Los adultos no se la deben tomar a la tremenda, no son sus Zipi y Zape.

LO MEJOR:

Ligero, rápida, entretenida. Mezcla elementos fantásticos y literarios con tropos habituales del género de aventuras actual.

LO PEOR:

La protagonizan Zipi y Zape, pero si fueran otros personajes daría lo mismo.
Hobby

65

Aceptable

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