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7 referencias a La Broma Asesina en la película de Joker

Joker (2019) y La Broma Asesina
¿Conoces todos los secretos que hay detrás de la película del Joker de Joaquin Phoenix? ¡Nosotros te vamos a contar las 7 referencias a La Broma Asesina de Alan Moore que hay en el filme!

"No se parece a ningún cómic", "no tiene la esencia de las viñetas", "no es El Joker" o "no es una película de superhéroes" son algunas de las muchas cuestiones que se han abordado sobre la película del Joker (2019) desde su estreno el pasado viernes. Nosotros ya demostramos que todas estas afirmaciones estaban equivocadas, pero hoy vamos a analizar la película desde otra perspectiva. Aunque ya hemos explicado en nuestra web si el origen del villano en la película se parece o no al de los cómics, ahora vamos a coger la obra más aclamada como origen del Joker y vamos a contaros las referencias que hay ocultas en la película y que homenajean directamente al material original. Estamos hablando, efectivamente, de La Broma Asesina de Alan Moore.

Publicado en marzo de 1988, este cómic de Batman protagonizado por el Príncipe Payaso del Crimen revolucionó el medio, dándonos una perspectiva muy interesante y humana de quién era El Joker antes de convertirse en el villano de DC Comics que todos conocemos. No estamos diciendo que la película del Joker de Joaquin Phoenix sea una adaptación de La Broma Asesina de Alan Moore, pero sí que homenajea en hasta siete ocasiones la obra original. ¡Y ahora os lo vamos a demostrar! (SPOILERS A PARTIR DE AQUÍ)

1. Sólo necesitas un mal día...

Batman: La Broma Asesina

Una de las bases de La Broma Asesina de Alan Moore, el pilar narrativo en el que el bardo de Northampton sujeta toda la obra, es la idea de que una persona normal y corriente puede convertirse en El Joker y la única voluntad que se ha de cumplir es tener un mal día. El cómic sostiene la siguiente tesis: "Basta con un mal día para que el hombre más cuerdo del mundo enloquezca. A esa distancia está el mundo de mí. A un mal día". En la película del Joker de Joaquin Phoenix, el protagonista, Arthur Fleck, no es el hombre más cuerdo del mundo y necesita algo más que un "mal día" para acabar convertido en el Príncipe Payaso del Crimen; sin embargo, la famosa frase de La Broma Asesina de Alan Moore está presente en la cinta.

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Tiene lugar en la escena en la que Arthur Fleck, agotado por haber descubierto la verdad sobre la mentira que es su vida, visita el piso de su vecina, el personaje interpretado por Zazie Beetz (Deadpool 2). Cuando ella, asustada, le pregunta qué está haciendo en su vivienda, Arthur Fleck, derrotado, le dice: "He tenido un mal día". Esta frase no está elegida al azar y es un clarísimo homenaje a la obra original, aunque la película difiere completamente de la base del "hombre cuerdo", ya que Arthur Fleck no pierde la cabeza por culpa de un mal día, sino que ya tenía un trastorno psicológico previo al "mal día" y ese "mal día" sólo acaba siendo la gota que colma el vaso.

2. Los recuerdos son peligrosos

Además de otras cuestiones, La Broma Asesina de Alan Moore aborda una interesante perspectiva sobre los recuerdos, especialmente a la hora de definir al Joker como un personaje que ha dejado su pasado atrás y lo ha trascendido, convirtiéndose en una persona completamente diferente, en algo más allá del ser humano. Cuando está torturando al Comisario Gordon en la historia de DC Comics, El Joker dice lo siguiente sobre la acción de recordar: "¡Oh, yo no haría eso! Recordar es peligroso. El pasado me parece un lugar tan repleto de ansiedad y preocupaciones... Supongo que podríamos llamarlo pretérito imperfecto". Y continúa: "Los recuerdos pueden ser pequeñas bestias viles y repulsivas. Pero ¿podemos vivir sin ellos? Los recuerdos son los cimientos de la razón. ¡Si no somos capaces de afrontarlos, negamos la razón misma!"

Estas frases de La Broma Asesina de Alan Moore, que parecen no tener relación directa con la película de Joaquin Phoenix, están muy conectadas con ese "mal día" del que hemos hablado previamente. ¿Qué es lo que hace Arthur Fleck cuando roba el dossier del Asilo Arkham y lee el historial de su madre? Recordar. Y, como dice El Joker, el pasado es un lugar repleto de ansiedad y preocupaciones. La bomba de relojería que es Arthur Fleck desde el inicio de la película se va multiplicando por cien conforme avanza la historia. La mecha la ponen los recuerdos, el hecho de recordar, de sacar a la luz lo que estaba oculto y traerlo del pasado al presente. Esas "bestias viles y repulsivas" motivan el clímax de la película del Joker y convierten a Arthur Fleck en el villano de DC Comics.

3. El chiste del manicomio

Joker - El detalle de Batman a plena vista que seguramente pasaste por alto

El final de La Broma Asesina de Alan Moore sigue siendo, a día de hoy, uno de los más polémicos de la historia del cómic. Unos fans creen que El Joker es asesinado por Batman, quien le parte el cuello cuando no vemos la acción; otros apuestan que la conclusión del cómic no guarda ningún significado oculto y que el Caballero Oscuro deja de nuevo en el Asilo Arkham al Príncipe Payaso del Crimen. Sea cual sea la terrible verdad que hay detrás de esa divisiva y abierta conclusión, lo que está claro es que El Joker hace reír a Bruce Wayne (con lo que eso cuesta) con un chiste que le cuenta. Un chiste relacionado con dos locos en un manicomio. Vamos a contarlo, a ver si os hace gracia:

"Hay dos locos en un manicomio y, una noche, deciden que ya no van a vivir más encerrados ahí y que van a escapar. Así pues, suben hasta el tejado y, a través de un estrecho hueco, ven los rascacielos de la ciudad estirándose hacia la luz de la luna, estirándose hacia la libertad. Entonces, el primer tipo salta al otro lado sin ningún problema, pero su amigo no se atreve a acompañarlo. Verás... Tiene miedo a caerse. Así pues, al primer tipo se le ocurre una idea y dice: '¡Ey, tengo mi linterna aquí! Iluminaré con ella el hueco que hay entre los edificios y así podrás cruzarlo y venir conmigo'. Pero el segundo tipo niega con la cabeza y dice: '¿Crees que estoy loco? Apagarías la luz justo cuando fuera por la mitad'".

Este chiste, que parece no tener ninguna gracia, es una clarísima analogía a la relación que Batman y El Joker han tenido a lo largo de la historia de DC Comics. A fin de cuentas, como dice el Príncipe Payaso del Crimen, no hay mucha diferencia entre héroe y villano. Batman también tuvo un mal día y por eso acabó como acabó. Son dos locos en un manicomio, uno queriendo ayudar al otro y el otro siendo incapaz de ver más allá de su propia locura. Pero ¿qué tiene que ver con la película del Joker?

Al final de la película dirigida por Todd Phillips, vemos a Arthur Fleck encerrado en el Asilo Arkham, delante de su psiquiatra. En un momento dado, Arthur se echa a reír y la especialista le pregunta por qué. Justo en ese momento, en ese preciso instante, aparece el fotograma de Bruce Wayne en el Callejón del Crimen, solo, abandonado, roto, con los cadáveres de sus padres delante, varias perlas del collar de Martha por el suelo, ensangrentadas. "No lo pillarías", responde Arthur, volviéndose a reír. Evidentemente, no lo pillaría, porque... Hay dos locos en un manicomio...

4. La locura como única salida

Joker película

Hay muchísimas ocasiones en La Broma Asesina de Alan Moore en las que el villano protagonista apela a otros personajes (Comisario Gordon, Batman) y les incita a abrazar la locura como supervivencia, como meta, como única salida o vía de escape para el hombre cuerdo. "Debes hacer lo que haría cualquier hombre cuerdo en tu horrible situación: volverse loco", le dice El Joker a Jim Gordon cuando éste está viendo las fotos de su hija siendo violada y torturada. En un momento dado, el Príncipe Payaso del Crimen llega a afirmar que no hay nada "que nos vincule a la racionalidad" y que "no hay cláusulas de cordura". "La locura es una salida de emergencia", sentencia. Incluso bromea con la posibilidad de vivir a pensión completa en el Asilo Arkham: "La vida puede ser maravillosa en una celda acolchada. Puedes cambiar tu dolor por un cuarto sin ventanas y dos inyecciones diarias".

En la película del Joker de Joaquin Phoenix, Arthur Fleck se ve irremediablemente arrastrado a esa locura como salida de emergencia. Su terrible infancia le aboca directamente a un trastorno psicológico verdaderamente grave que, a su vez, lo empuja hacia la soledad. "Lo peor de tener una enfermedad mental es que la gente espera que actúes como si no la tuvieses", escribe Arthur en su cuaderno. En última instancia, el personaje de Joaquin Phoenix sólo acaba siendo feliz o verdaderamente completo cuando asesina. Son los únicos momentos en los que se le ve al mando de su vida, cuando abraza la locura como supervivencia y se vuelca sobre ella para existir. A fin de cuentas, cuando es El Joker.

5. La misantropía

Joker

Una de las muchas cosas que se han dicho en redes sociales acerca de la película del Joker es que parece haber convertido a un personaje icónico de la cultura popular de masas en un hombre desesperado y solitario que odia la sociedad y que la culpa de todos sus males. Es lógico pensar en eso si sólo se ve al Joker como un parque de atracciones del terror que sólo está ahí para hacer cosas de villano y acabar siendo golpeado por Batman al final de la historia. Sin embargo, desde Hobby Consolas creemos firmemente que lo que hace al Joker ser un villano tan interesante, como es el caso también de Lex Luthor o Thanos, es el trasfondo que hay detrás de sus actos y la verdad que esconden los mismos. Y la misantropía siempre ha sido una de las máximas expresiones manifiestas del Joker.

En La Broma Asesina de Alan Moore, el Príncipe Payaso del Crimen tiene varios monólogos muy interesantes relacionados con la sociedad y el comportamiento de la misma. En la versión de los cómics, el origen del villano no está tan estrechamente vinculado al espaldarazo humano que sufre Arthur Fleck en la película y sí más a las vicisitudes del destino humano como tragedia. Sin embargo, los hachazos al mundo en el que vivimos están a la orden del día por parte del Joker. "Lo más repulsivo del ser humano son sus inútiles y frágiles nociones del orden y de la cordura. Si pones demasiado peso sobre ellas, se rompen", sostiene el villano en el cómic. En la película del Joker, la poca cordura que quedaba de Arthur Fleck acabó por romperse y por eso él decidió romper el orden establecido.

Más ejemplos sobre la misantropía del Joker en La Broma Asesina de Alan Moore: "Esa exagerada idea sobre la importancia de la humanidad, la conciencia social y el rancio optimismo... No es algo apto para aprensivos, ¿verdad? ¿Cómo sobrevive el hombre corriente en el cruel e irracional mundo de hoy? Enfrentándonos al hecho ineludible de que la existencia es una locura, algo aleatorio y sin sentido, una de cada ocho personas así termina por resquebrajarse y volverse loca. ¿Y quién puede culparlas? En un mundo tan psicótico como este cualquier otra reacción sería una locura". Un discurso que bien podría haber pronunciado Joaquin Phoenix en El Show de Murray, antes de disparar el gatillo contra el personaje de Robert De Niro.

6. La comedia como forma de vida

Joker - Referencia a Jack Nicholson

"¡Todo es una broma! Todo aquello que cualquiera ha valorado, por lo que ha luchado... ¡Es un gag demencial y monstruoso! ¿Por qué no pueden ver el lado divertido?", se puede leer en La Broma Asesina. El Joker de Joaquin Phoenix se ríe porque tiene un trastorno psicológico y hace chistes porque sueña con dedicarse a la stand up comedy, pero no parece ser el típico bufón al que estamos acostumbrados. Sin embargo, su comportamiento cuando asesina, especialmente de cara al final de la película, cuando se convierte en el Príncipe Payaso del Crimen en Gotham, sí parece comprender la esencia del Joker y de la comedia como forma de vida.

Al final de la película, cuando el Joker deja de ser Arthur Fleck, se ríe, se mofa, baila y se burla de todo aquello que alguien en su sano juicio no haría. Comprende, como él mismo dice, que su vida no es la tragedia que siempre había creído que era, sino una comedia. Una maldita comedia demencial y monstruosa. Todo es una broma. Una broma por la que no merece la pena sufrir. Por eso, comprende cuál es el lado divertido de ese "gag demencial y monstruoso", ese chiste sobre el hijo muerto en un accidente de tráfico que no saca ninguna sonrisa en El Show de Murray, pero que hace reír desproporcionadamente al villano, quien luego acaba diciendo que es la sociedad la que dice lo que es gracioso y lo que no, sin poder "ver el lado divertido" de la comedia, que es la propia vida.

7. ¡Es hora de perder la cabeza!

Joker

El momento exacto en el que Arthur Fleck pierde la cabeza ya lo hemos comentado: ese "mal día" que remata el hecho de que se había imaginado que tenía una relación amorosa con su vecina. La bomba de relojería explota y Arthur deja paso al Joker, desatando toda la locura que ha estado guardando en su interior. En La Broma Asesina, el villano de DC Comics suelta el siguiente órdago: "Si le duele el alma, que le diagnostiquen; y si la vida le trata mal, no salde su deuda, ¡pierda la cabeza!" Esta frase es, probablemente, el mejor resumen de la película de Todd Phillips. Analizamos el porqué.

Vamos con la primera parte de la oración: "Si le duele el alma, que le diagnostiquen". Podemos afirmar con rotundidad que Arthur Fleck tiene unas dolencias espirituales, dolores del alma, más que evidentes. De principio a fin. Por eso, se le puede dar un diagnóstico médico concluyente relacionado con su enfermedad mental, de la que él mismo es consciente y por la que toma una media de siete medicamentos al día. Lejos de caer en la crítica al sistema liberal estadounidense por el tema de la retirada de las prestaciones sociales, nos quedaremos aquí, en el hecho de que la primera parte de la frase de La Broma Asesina de Alan Moore se cumple en la película del Joker.

Así pues, terminemos con la segunda parte de la oración: "Y si la vida le trata mal, no salde su deuda, ¡pierda la cabeza!" Pero ¿Arthur Fleck salda su deuda con la sociedad, pierde la cabeza o las dos cosas al mismo tiempo? Honestamente, creemos que Arthur Fleck ya no es Arthur Fleck en el momento en el que se pinta el pelo de verde y sale decidido a la palestra convertido en algo más. Así pues, no es Arthur Fleck quien salda su deuda con la sociedad, sino que pierde la cabeza y deja paso al monstruo que habitaba dentro de él. Cuando El Joker dice "no creo en nada" y "no me permito tener pensamientos políticos" o "no soy la clase de tío que inicia una revolución", está hablando el villano, no Arthur Fleck. Arthur permite que El Joker salga a la luz, perdiendo la cabeza y no saldando su deuda. Ese es el gran homenaje de la película de Todd Phillips a la obra de Alan Moore.

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