El primer Kinect salió al mercado allá por el año 2011 como una apuesta fuerte de Microsoft por introducir la detección de movimiento en los juegos. Cuatro años a sus espaldas y, sobretodo, un digno sucesor en el mercado ha sido suficiente para que MS anuncie que en 2015 dejará de vender el Kinect original. Su uso después de todos estos años casi ha estado más vinculado a un PC que a Xbox 360, donde ha puesto su granito de arena para conseguir avances en múltiples disciplinas relacionadas con la medicina.
Nuestra experiencia con Kinect no ha sido todo lo placentera que esperábamos en un principio y su uso se ha limitado a lo que vimos desde el principio, sin arriesgar demasiado en proyectos originales. Aunque eso no quiere decir que no nos haya proporcionado momentos de disfrute durante todos estos años...
Con el lanzamiento de Xbox One llegaba una nueva versión actualizada de Kinect y un accidentado pack indivisible del que todos os acordaréis. Como consecuencia directa, era de esperar que Microsoft acabase abandonando el Kinect original. ¿Qué pasará con el nuevo Kinect? ¿Cobrará más importancia de la que tiene ahora mismo en Xbox One? ¿Se convertirá en el accesorio ideal para desarrollos de terceros?
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