Aunque Microsoft ha advertido que no habría demasiados datos sobre su consola de nueva generación Xbox Seires X, en el directo Xbox Inside del 7 de abril, sí hemos tenido la oportunidad de disfrutar de una explicación pormenorizada de cómo funcionará la máquina, y en qué consiste la Velocity Architecture, que muestra por primera vez una consola. 

Ha sido a través de una conversación con Jason Roland, uno de los arquitectos de la máquina. Después de insistir en las posibilidades que ofrece la aceleración por hardware de Ray Tracing (un sistema de iluminación, sombras y reflejos en tiempo real al que ha calificado como el "santo grial de los videojuegos") ha tenido tiempo para desgranar los pilares básicos sobre los que se asienta la estructura de la consola, lo que se conoce como Velocity Architecture, y que convierte a Series X en una máquina tan potente. 

Estos cuatro aspectos combinados permitirán que los jugadores disfrutemos de juegos de mundo abierto "muchos más grandes, detallados y orgánicos" y lo ha comparado con dos títulos de la presente generación, como Red Dead Redemption 2 y Assassin´s Creed Odyssey.

Las claves de la arquitectura son el disco duro personalizado SSD (disco de estado sólido) nvme que va a permitir "niveles de rendimiento que nunca antes se han visto en una consola de videojuegos".

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El segundo aspecto de es el bloque dedicado de hardware para la descompresión de datos en Xbox Series X. Esto permite que los desarrolladores tengan acceso en tiempo real a los assets (los modelos, texturas, animaciones y efectos) que se encuentran comprimidos en el disco, de modo que los jugadores disfruten de texturas más detalladas y mundos más densos. 

El tercer aspecto de la Velocity Architecture es un miembro de la familia DirectX, llamado Direct Storage (almacenamiento directo) que es una aplicación que da acceso a los desarrolladores al controlador del disco nvme. Y finalmente se añade "sampler feedback streaming" que permite a los estudios de desarrollo acceder a datos del disco duro bajo demanda, y que actúa como un multiplicador de la memoria, que en el caso de Xbox Series X son 16 GB RAM GDDR6.

También se ha especificado que podremos jugar directamente los juegos instalados en nuestros discos duros externos (o en las tarjetas de ampliación de la memoria, sin necesidad de tranferirlos al almacenamiento interno de la consola (el disco duro SSD).