El final de Obi-Wan Kenobi vuelve a dejar en evidencia la incapacidad imperial para usar sus recursos
ATENCIÓN: Este artículo incluye spoilers de Obi-Wan Kenobi parte VI. El Imperio Galáctico: ese régimen capaz de doblegar a casi toda la galaxia, pero incapaz de utilizar bien sus recursos en el momento clave.
Por si sois nuevos en esto de Star Wars, el Imperio Galáctico es una organización que podría ser rebautizada como Pierre Nodoyuna. Desde el inicio de los tiempos, Star Wars ha evidenciado las ridículas capacidades del ejército imperial y su armada, aunque aparente todo lo contrario.
Da igual que tengas una estación espacial que destruya planetas, naves capitales como ciudades o caminantes todoterrenos capaces de diezmar poblaciones enteras, si hay un "bueno" cerca, serán inútiles.
Los ewoks dejaron en ridículo al Imperio en Endor, un puñado de cazas y bombarderos sobrepasaron a la enorme dotación de cazas defensivos de la Estrella de la Muerte y la puntería de los soldados de asalto es legendaria por su imprecisión.
Demonios, hasta hay chistes de soldados de asalto imperiales que fallan y "camisas rojas" de Star Trek que mueren sin que les hayan dado.
Obi-Wan Kenobi se despedía este miércoles con su episodio final en Disney Plus. Aprovechando el momento, la serie nos dejó otro de esos momentos inexplicables en que el guion opta por dejar de incompetente al imperio, y no ha sido el único de sus seis episodios.
Obi-Wan (Ewan McGregor) y Leia (Vivian Lyra Blair) escapan de las fuerzas imperiales, junto con los supervivientes de Jabiim, en un transporte averiado. El enorme, descomunal e impreciso destructor de Darth Vader les sigue de cerca, desplegando todo su potencial pirotécnico.
El plan de Obi-Wan es separarse de ellos en una nave menor y atraer a Vader para que ellos tengan tiempo de completar las reparaciones del hiperimpulsor y escapar.
Todo sale a pedir de Milhouse: Obi-Wan hace que Darth Vader desvíe al destructor para seguirle, al tiempo que ignora las sugerencias del Gran Inquisidor (Rupert Friend).
Vale... un destructor estelar tiene una dotación de más de 9.000 oficiales, según el canon de Star Wars, sin contar al citado Gran Inquisidor. Cada uno de estos mostrencos de nave con forma de porción de pizza cuenta con cazas, lanzaderas, transportes y, probablemente, la nave del propio Inquisidor.
Pues a nadie se le ocurre desviar recursos a la persecución de los supervivientes de Jabiim. La mayoría de los cazas TIE no disponen de hiperimpulsor, pero la nave del Inquisidor si, en caso de que pudieran escapar. Sin embargo, era más práctico desviarse para ver con los brazos cruzados como Obi-Wan y Vader se baten en duelo.
Obviamente, es una de tantas licencias narrativas de Star Wars. Si el Imperio Galáctico llega a desplegar un poder "realista" en el imaginario de Star Wars... bueno, digamos que la Alianza habría durado un parpadeo.
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