Dejar de jugar a videojuegos es uno de los puntos para reducir la huella de carbono y frenar el cambio climático, según un estudio
Un estudio publicado durante la COP26 indica que una persona modelo debe dejar de jugar a videojuegos para reducir su huella de carbono y frenar el cambio climático.
La COP26, la Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que acaba de celebrarse en Glasgow, ha dejado más inquietudes que otra cosa cuando muchos de los países firmantes del Acuerdo de París se niegan a eliminar el carbón y el petróleo.
En el marco de la cumbre internacional, el banco Credit Suisse ha publicado un estudio llamado Treeprint, que estudia cómo los consumidores podemos ayudar a reconducir la situación y frenar el calentamiento global.
"Todas las emisiones se generan para acomodarse al comportamiento de los consumidores y sus patrones de consumo. Las acciones diarias de los consumidores (desde ducharse, comprar productos, usar el transporte o ver la televisión) llevan consigo una huella de emisiones que la persona media tienda a subestimar", explica Credit Suisse.
Jugar a videojuegos y ver la televisión (o contenido por streaming) conlleva un importante consumo energético que produce una huella de carbono. De sus datos han sacado la siguiente estimación, que tiene muy poca consideración por los videojuegos (vía Les Echos).
El estudio permite ver dos horas diarias de televisión o streaming (cuidado con verse series que enganchen mucho, que no podrás ver todos los capítulos en un solo día haciéndote maratón). De los videojuegos, sin embargo, no permite ni una hora semanal.
En el informe de Credit Suisse, que puedes descargar aquí, explican que según sus datos de varias fuentes, se emiten 452 kg de CO2 anuales al jugar a videojuegos de alta intensidad (un PC) y 163 kg (una PS4 Pro).
Así mismo, el estudio regula otras actividades, como la cantidad de porciones de pollo que debes comer a la semana (2 porciones de 100 gramos), que solamente deberías ducharte 3 veces a la semana, o que deberías hacer, como máximo, un vuelo a corta distancia al año (y en clase eco).
Eso sí, si eres un mandatario o un líder mundial, podrás permitirte viajar en tu jet privado, incluso aunque vayas a una cumbre mundial contra el cambio climático...
Descubre más sobre Javier Escribano, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Hobbyconsolas.