Sherlock Holmes pasea por Madrid
El ideario cinéfilo de José Luis Garci es una suerte de burbuja que nada a contracorriente de las tendencias actuales del cine: nada de acción, efectos especiales o 3D: Holmes & Watson. Madrid Days se centra en las relaciones entre los personajes tomándose su tiempo (132 minutos de metraje final) y dando preeminencia a una historia de amor (ahí es nada) aunque todo quede disfrazado bajo el peso específico de un McGuffin que siempre triunfa: un trasunto de Jack el Destripador desatado.
Sacar a Holmes de su ambiente natural y meterlo en Madrid tiene su miga y su interés como experimento cinematográfico. La razón no es otra que la expiración de los derechos de autor sobre la obra de Conan Doyle, que a buen seguro nos traerá nuevas sorpresas y reinterpretaciones del detective más famoso de la historia de la literatura.
Gil Parrondo es el encargado de una dirección artística impecable, casi más propia del teatro que del cine, a pesar del presupuesto con el que contaba el film. El actor bilingüe y de origen escocés Gary Piquer es el encargado de dar vida a un Sherlock decididamente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver: mucho menos histriónico que el interpretado por Cumberbatch en la serie estrenada en 2010 y bastante menos desaliñado que el que ha puesto en pie en dos ocasiones Robert Downey Junior.
Atención al fantástico elenco que rodea a Piquer entre los que se encuentran José Luis García Pérez, Leticia Dolera, Manuela Velasco, Carlos Hipólito y una de nuestras mejores voces: Víctor Clavijo.
Una apuesta arriesgada, sin duda, por parte de un director que no suele contar con la aprobación mayoritaria del público y que, en esta ocasión, se ha decantado por un señuelo demasiado potente como para ser ignorado. Mi reflexión es ¿por qué no? y sobre todo ¿hacía falta que Gallardón tuviera un papel?
Descubre más sobre Raquel Hernández Luján, autor/a de este artículo.
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