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Videoreview de Super Mario Galaxy 2

José Luis Sanz

Mario, por fin, regresa al territorio Wii gracias a los designios de un Shigeru Miyamoto en estado de gracia. El juego comienza con Bowser secuestrando a la princesa Peach delante de las narices de Mario… ¿os suena? Pues no es el único punto en común con los anteriores juegos del fontanero…

Super Mario Galaxy 2 retuerce hasta el deleite la fórmula iniciada hace casi 20 años para Super Nintendo con Super Mario World. Plataformas, disfraces, yoshis comedetodo, tortugas, koopas, estrellas y plataformas… cientos de miles de plataformas.

El juego se divide en decenas de divertidas galaxias que se encuentran escondidas en el interior de cada uno de los mapas que visitamos con una especie de nave con cara de Mario.

En esas galaxias, viajaremos de planeta en planeta buscando el tesoro más preciado de Super Mario Galaxy 2: la estrellas. Pero hasta que llegamos a recogerlas, el camino se va llenando de enemigos y, lo más divertido siempre en un juego de Mario, tendremos que abrirnos paso por unos escenarios pensados al milímetro. Cada salto, cada plataforma, cada objeto que podemos recoger está colocado en el único lugar posible para que Super Mario Galaxy 2 funcione con la precisión de un reloj.

Debéis tener en cuenta que esos escenarios son la clave del juego y los hay de muchas clases: desde homenajes a las 2D de los primeros Super Mario Bros hasta potentes entornos tridimensionales típicos del primer Super Mario Galaxy, sin olvidarnos de los geniales escenarios 3D del portentoso Super Mario 64.

El trabajo realizado por Nintendo desborda todas las expectativas que teníamos puestas en Super Mario Galaxy 2. Gráficamente es sublime, no parece un juego de Wii, y la facilidad con la que manejamos al propio Mario es de una precisión asombrosa. Tal vez por eso, desde siempre, los movimientos del fontanero son la piedra angular sobre la que descansa la diversión de todos sus juegos.

Las músicas suenan de maravilla, los enemigos, no por conocidos, son menos divertidos y espectaculares y, lo más importante de todo, es un juego sin una mala palabra ni una mala acción, que le da al jugador una sensación de felicidad constante…

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