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Access, el golf y las coincidencias

José Luis Sanz

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Llevo ya algunas semanas pensando cómo podría dedicarle un rato a uno de los géneros que más me divirtieron a finales de los 80 y principios de los 90... pero no encontraba la forma. Por desgracia, todo vino a raíz del trágico fallecimiento de Seve Ballesteros el pasado 7 de mayo, que me dio por pensar lo mucho que me gustaba el golf para jugarlo en casa, bien sentadito, a los pies de un ZX Spectrum, un Commodore 64 o un PC.

Así que volví a los 80 (¿eh, Juan Carlos?) y al precursor de los juegos de golf por excelencia: Leaderboard (1986) y, sobre todo, Worldclass Leaderboard (1987). Yo lo jugué en ZX Spectrum y en Commodore 64 y... ¡¡ufff!!, todavía recuerdo cómo se generaba el campo gracias a una técnica que podríamos considerar como la primera piedra de lo que serían los polígonos del futuro, sólo que presentados a la velocidad del tocino y rellenos de un simple color plano... ¡¡recordémoslo!!

¿Empezáis a recordar? Worldclass Leaderboard fue sólo el principio, el de los juegos de golf con cierto aire de realismo y el nacimiento de Access Software como gurú absoluto del deporte de los palitos y los hoyos. Compañía, por cierto, creada en 1982 por dos hermanos, Bruce y Roger Carver, que venían de plantar sus reales con varios juegos de esos que hacen época y que, seguro, sonarán mucho a los más carrozas del lugar: Beach Head, Raid Over Moscow, Beach Head II...

De los micro ordenadores de los 80, Access Software dio el acertado salto a los PC, al MS-DOS de Microsoft que andaba por aquel entonces mendigando velocidad con los procesadores de Intel: primero fueron los 8086 (4,77 MHz) y luego los 286 (hasta 25 MHz) con Links The Challenge of Golf y todas sus courses que se vendían por separado. ¿Os acordáis de aquellas cajas finas en las que venían los floppys? ¡¡Qué tiempos!!

Worldclass Leaderboard ya era historia. Links era el nuevo rey del golf en ordenadores e incluso consolas (Mega CD tuvo una versión... ejem). Con Links 386 Pro la serie dio un salto de calidad tremendo. No en vano, empezaban a llegar las tarjetas gráficas con miles y millones de colores y Access Software repitió su fórmula mágica: primera entrega gorda con forma de juego completo y tres o cuatro campos para luego ir sacando expansiones por separado con nuevos recorridos y escenarios. ¡¡Vamos!!, lo que hoy llamaríamos DLC sólo que en aquellos tiempos la distribución online era una quimera...

Links siguió pateando con puño firme el mercado de los juegos de golf, a pesar de que cada vez había más y más opciones tanto en PC como en consolas (los Tiger Woods PGA Tour de Electronic Arts no llegarían hasta 1999). Y todos, absolutamente todos esos juegos, se inspiraron en las bases que sentó Access Software en su genial Worldclass Leaderborad de 1987.

La historia de Links siguió algunos años más, concretamente hasta 2004, pero ya Access Software no existió para contarlo. Microsoft la compró en 1999 y exprimió el fenómeno del golf hasta extremos inauditos, sacando una versión cada año además de las expansiones con nuevos campos y opciones online que, por aquel entonces, empezaban a abrirse paso.

Access Software dejó de llamarse así para denominarse Salt Lake Game Studios mientras estuvo bajo la batuta de los de Redmond, aunque en 2004, lejos de Microsoft, se rebautizaron como Indie Built y entraron a formar parte de Take2. Para ellos hicieron Amped 3 y Top Spin 2... y en 2006, de repente, cerraron el estudio. Así, terminó la historia de uno de los equipos de programación más celebrados de los 80 y 90. De una compañía que trabajaba en EE.UU. para sus Commodore 64 y Atari 800 y que distribuía sus juegos en Europa a través del mítico sello U.S. Gold.

Access, el golf y las coincidencias

 

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Access, el golf y las coincidencias

Encima, para mayor desgracia, en 2005 fallecía Bruce Carver, alma mater de Access Software y pionero de la compañía desde su fundación en 1982. Y lo hacía de un modo muy parecido y con una edad muy cercana a la de nuestro genial Seve Ballesteros. Una trágica coincidencia que unió dos vidas marcadas por una gran pasión: el golf. D.E.P.

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