Yo tenía mis dudas, no de que estos señores tuvieran tanto arte
como han demostrado con cada uno de sus juegos, tenía dudas de que
Max Payne 3 fuera a ser
tan bueno como algunos esperaban. ¿La razón? Pues sinceramente ni
yo mismo la conozco (últimamente mi intuición falla cual escopeta
de feria), pues como ya sabemos todos, con cada uno de los
lanzamientos de esta compañía tanto crítica como público caemos
rendidos a sus pies.
Y no, no estaba yo por la labor de dar las cosas por hechas ni dar
nada por sentado (aunque no haya que hacerlo nunca), y es más,
estaba tan convencido de que me decepcionaría de alguna forma esta
tercera entrega de Max Payne que inserte el disco en mi PS3
esperando encontrar esos fallos que dieran algo de razón a esos
ilógicos pensamientos que rondaban mi mente aquellos días previos
al lanzamiento (estaría yo cabreado con el mundo, vete tú a
saber).
De intentar encontrar esos fallos que justificaran algún tipo de
crítica en esta entrada, he pasado a disfrutar de cada uno de los
minutos que dura Max Payne 3. Pasas los primeros capítulos
admirando el gran trabajo gráfico del juego, la jugabilidad, aunque
a priori sencilla, es totalmente efectista y está perfectamente
implementada. Los escenarios (sobre todo la variedad de estos) es
otro de los puntos fuertes del juego, pero si hay algo de lo que
alardea este juego, es de algo en lo que el usuario recae tras unos
cuantos capítulos más. Mi oxidada memoria gamer trae el recuerdo de
esa gran frase del Metal Gear Solid original de PSone, y como si
realmente escuchara la voz de Alfonso Vallés, en mi mente comienza
a repetirse sin cesar una y otra vez: "Pero… ¡Qué coñ…!" ¿Como es
posible que un juego del estilo de Max Payne, donde el eje
principal es la acción a raudales pueda ofrecer tanta variedad de
situaciones? Pese a que la mecánica del juego no propone otra cosa
que disparar sin descanso (el único momento de relax es el que nos
ofrece el tiempo bala), Max Payne 3 no cae en ningún momento en la
monotonía y huye de esa sensación a pesar de que realmente lo que
ofrece es lo mismo o muy parecido capítulo tras capítulo, eso si,
aderezado por una ambientación digna del mejor videojuego, con
momentos verdaderamente duros marca de la casa y con unos
personajes tan marcados y legendarios (¡Max, estas hecho un
primor!) como a los que Rockstar nos tiene acostumbrados.
Otro de los rasgos donde Rockstar está por delante de la
competencia se pone de manifiesto con el Rockstar Games Social
Club, donde los usuarios podemos tramitar y revisar todos los
detalles de nuestros clanes, con estadísticas de cada uno de los
miembros incluidas (que por cierto se actualizan en tiempo real).
Las posibilidades a la hora de crear los clanes cobran mucha más
fuerza e interés. El resto de las compañías deberían de hacernos un
favor a los usuarios y tomar nota de estas posibilidades para
incluirlas en sus respectivos juegos con modos multijugador y la
posibilidad de crear dichos clanes.
A los usuarios nos encanta la posibilidad de personalizar nuestro
bando y es de agradecer que incluso el emblema de nuestro grupo
pueda ser único y diferente al resto. Por lo demás, nos encontramos
con unos modos multijugador que pese a no ser revolucionarios nos
ofrecen unas partidas muy entretenidas donde tendremos que hacer un
uso más inteligente del bullet time que en el modo historia.
Diferentes modos de juego clásicos con los que disfrutar de
partidas que terminan por enganchar al jugador por completo (en
este juego, todo es vicio).
Pero yo tenía ganas de criticar (y aun las tengo), y como soy muy
cabezón voy a hacerlo antes de poner el punto final a esta entrada.
Ese polémico plan de los DLC que la compañía revelo hace ya un
tiempo huele un poco mal… ¿En serio? Estamos con el mismo debate de
siempre, y Rockstar se permite el lujo de anunciar bastante antes
de la salida al mercado del juego una lista completa de los DLC que
irán llegando en los próximos meses, (tendremos DLC hasta otoño de
este año) en forma de nuevos mapas para el modo multijugador.
Aunque todo hay que decirlo, las críticas por ello no han sido
tantas, sobre todo si tenemos en cuenta el pollo que se hubiera
montando en caso de que la compañía en cuestión se llamara Capcom o
Ubisoft, ¿no os parece? Cada uno se forja su camino, y quizás
Rockstar se haya ganado la absolución de una gran parte de las
críticas por su buen hacer hasta ahora, y eso también ha sido uno
de los aspectos que la he diferenciado de muchas otras compañías.
No soy tan malo, una de cal, y otra de arena.
Y aun así finalmente, como si de las fases de un duelo se tratara,
llega la aceptación, incluso la mía, pese a estar obcecado en lo
contrario (sigo sin saber por qué), las cosas son como son, y es
innegable que Max Payne 3 ofrece una mecánica de juego clásica pero
con todo el provecho posible que puede ofrecer una gran
desarrolladora hoy día.
El número 3 sigue con fuerza en este 2012. Estando cerca de Junio
(¡dios mío! ¿ya? Pozi pozi) los mejores candidatos a juego del año
terminan con el mismo valor numérico. Mass Effect 3, y por supuesto
este Max Payne 3 tienen a día de hoy (a pesar de que la competencia
más dura de este año está aun por llegar), las mayores papeletas
para ello. Si, lo habréis leído ya, pero los chicos de Rockstar lo
han vuelto a hacer, y por ello no queda más remedio que admitir las
cosas tal y como son.
¡Qué arte tienes Rockstar!