La ciudad se vuelca con el E3 2012

Ha sido un viaje atípico este del E3 2012. Las películas eran tantas que, entre The Artist, documentales y series a la última, daban ganas de poner el piloto automático (el de la pantalla del asiento) y dejar que se pasaran las horas. Los asientos han sido amplios, como mandan los estándares norteamericanos. También había sitio para el portátil y muchas ganas de sacar información a quienes viajaban cerca. El caso es que se me ha pasado volando y nunca mejor dicho, esto de volver a Los Ángeles, a mi cuarto E3. Esta vez, con sentimientos enfrentados, porque ya se han encargado las compañías de anunciar que no habría grandes sorpresas... ¡que no, que es broma!

Las curiosidades han comenzado al llegar al aeropuerto de Philadelphia. Entre fotos de Rocky, de muchas otras películas y honores a los verdaderos protagonistas de Red Tails, pasar por inmigración ha sido un hecho revelador. Estados Unidos se vuelca con los videojuegos. En serio, el agente de aduanas me ha preguntado directamente por qué llevaba una camiseta de Deus Ex. Que si iba al E3 y si mi trabajo era para una editorial. Sin preámbulos, me ha dejado totalmente vendido. Todo un crack, que luego me ha explicado lo mucho que jugaba antes, aunque aún le da al tema y está impaciente por ver Halo 4 y... el nuevo Gears of War. Por un momento, he creído que había una cámara (oculta, además de la habitual).

El camino ha seguido sin sobresaltos. Otro avión, llegada al hotel a eso de las 22:30h y un día en el que he visto amanecer y anochecer, como si eso hubiera sido todo... ¿todo? Pues no, porque antes ha habido más muestras de lo mucho que interesan los videojuegos y, obviamente, el negocio en Estados Unidos. Las calles, que este año no tienen a Skyrim en la fachada de cierto edificio cercano al LA Convention Center, muestran carteles del E3. Hasta las tarjetas de entrada a las habitaciones del hotel tienen motivos de la feria. Vale, el que me ha tocado aloja a más medios, pero los monitores muestran escenas sacadas de tráilers de juegos que han montado para la ocasión.

Baste decir que, en cada feria de este tipo, según el lugar donde se organice, se pueden ver muestras de que algo pasa en la ciudad. En Leipzig siempre había pintadas, publicidad y grupos de visitantes cuyo único objetivo era ver las novedades. En Londres, durante los ECTS y convenciones de hace tres décadas, costaba más, pero ahí estábamos para despertar curiosidad entre las personas ajenas a este sector.

¿Otras muestras? Salas importantes, conocidas por sus espectáculos llenos de celebrities, muestran nombres como UbiSoft en sus entradas. Sí, la previa al E3 llega antes de la feria. En demostraciones a puerta cerrada, en habitaciones muy seguras ante filtraciones, en fiestas privadas y con lo que aquí llaman briefings, que dejan claro cada detalle que se dará a conocer los próximos días.

Sólo quiero pensar que, en eventos como Gamefest que se celebren en España, algún día vivamos algo a este nivel. Que se involucren, no sólo distribuidores y organizaciones vinculadas directamente con los videojuegos, sino hostelería, transportes, organizaciones públicas y todo lo que es necesario para conseguir que nos beneficiemos todos. No solamente los Boby Cotik o Guillemot de turno, desde sus sillones oscuros en sus tronos... ¿cómo era?