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¿Funciona la Elektra de Élodie Yung en The Defenders de Netflix?

Jesús Delgado

Elektra en The Defenders
Élodie Yung vuelve a encarnar a Elektra en The Defenders, la serie crossover de Marvel y Netflix que reúne a los cuatro héroes urbanos. ¿Pero funciona su papel en la historia, o el ejercicio de fanservice les ha salido por la culata? Nuestro freak particular nos habla de ello.

The Defenders se estrenó el pasado viernes en Netflix. La serie crossover completa que reúne a Daredevil, Luke Cage, Iron Fist y Jessica Jones ya puede completa en la plataforma, cerrando la primera fase del UCM (Universo Cinematográfico de Marvel) en Netflix. En general, la serie ha recibido buenísimas críticas. Que ha gustado, vaya. Sin embargo, también se ha llevado algún que otro (merecido) palo. Como, por ejemplo, el papel de Elektra en The Defenders.

En nuestro especial de The Defenders, te contamos todo sobre la serie de Netflix.

Antes de que sigas leyendo, te aviso que este texto contiene algún que otro SPOILER.  Así pues, si no has visto aún la serie completa de The Defenders, no te vengas luego quejando que si te hemos destrozado la serie, arruinado tu vida y bla, bla, bla, bla... Por tanto, si no quieres llevarte ningún destripe, ponte primero al día y luego sigue leyendo.

Bueno, lo dicho, Elektra parece haber mosqueado a más de uno, ya que no ha gustado cómo la han usado/retratado en The Defenders. Hay quien dice que está totalmente fuera de papel, otros que señalan que se ha desarrollado mal, e incluso (¿cómo no?) que esa no es la Elektra de los cómics. En general, la participación de Élodie Yung en esta serie crossover de Netflix ha dejado bastante que desear y el modo en el que Doug Petrie (Buffy Cazavampiros), showrunner de la mini-serie, ha conducido el personaje ha rebajado mucho la calidad de la antiheroína después de su paso por la temporada 2 de Daredevil

La verdad es que algo de eso hay. Pero voy a ir por partes, exponiendo por qué yo también creo que la Elektra de The Defenders no funciona, aunque sea por pequeños detalles mal llevados. Y es que la cosa no se debe limitar únicamente a esta mini-serie en sí. 

Un mal planteamiento

Elektra Natchios fue presentada por vez primera allá por el año 1981, en el cómic Daredevil #168. En este cómic, con guion de Frank Miller (y que está dentro del tomo-antología Biblioteca Frank Miller: Daredevil, de Frank Miller y Klaus Janson) se contaba su historia de origen, introduciéndola al universo Marvel como una asesina a sueldo/cazarrecompensas, que había sido la novia de Matt Murdock / Daredevil durante su paso por la universidad. 

Aunque para los estándares de hoy resulta un planteamiento ligeramente machistoide, el retrato del personaje según el autor fue tremendamente revolucionario, presentando un nuevo arquetipo de mujer fuerte e interés romántico del protagonista. Y es que a lo largo de la etapa de Miller así como tiempo después, Elektra sería un personaje clave en la mitología del Hombre sin Miedo y de Marvel Comics. Su vida, muerte y aparente redención serían uno de los temas más celebrados de Marvel en los ochenta, creando una cierta mitomanía en torno ella. Una mitomanía que llevaría a Frank Miller a resucitarla para acto seguido matarla, como os contamos en la review de la novela gráfica Elektra Lives Again, con el fin de que ningún editor pudiera volver a traerla de entre los muertos y malograr su creación. Para lo que serviría...

El planteamiento original de Miller en el arco de Elektra pasaba de exponer a un personaje oscuro y con motivaciones siniestras, que se debatía moralmente, debido al amor que aún sentía por Matt. Este mismo amor y la adopción de la decisión correcta la acabarían poniendo en el punto de mira del asesino Bullseye, que buscaba reemplazarla como principal asesina de Kingpin. Tanto en su muerte, como en su temporal resurección, Elektra se redimió, convirtiéndose en una fuerza del bien. Y en este sentido, el relato milleriano original funciona como un reloj debido a su eficiente simplicidad. Esto, desgraciadamente no se puede decir de la serie.

Ojo, que tampoco nos vamos a poner talifanes en tanto en cuanto las series de Netflix y Marvel son fieles o no a los cómics originales. Recordemos que el UCM se desarrolla en una de las distintas realidades del Multiverso Marvel, conocida como Tierra 19999 y de ahí que las cosas sean un poco distintas. Como lo eran también en el Universo Ultimate (Tierra 1616) o en la Tierra 200111 (Tierra del Punisher de la Línea Max), en donde es la amante de la mujer de Kingpin. Y eso sin mencionar las tantísimas otras versiones existentes. 

¿Has leído ya nuestra crítica de The Defenders?

Ciertamente, la ausencia de un Bullseye, que según dicen las malas lenguas se debió a los problemas de Jason Statham con Marvel, lastra el desarrollo del personaje ya que la idea de convertir a Elektra en una suerte de arma biológica de La Mano, en lugar de en una de las asesinas más preciadas del submundo criminal en cierta manera es una vuelta de tuerca innecesariamente dramática. Aún así, no tomemos la licencia narrativa de esta revisión seriéfila de Elektra como negativa. Las libertades creativas pueden ser interesantes y frescas si son bien llevadas. Pero este no ha sido el caso. 

El problema de la disfunción de Elektra en sí viene de la forma y de su desarrollo en las series. En la temporada 2 de Marvel's Daredevil, la asesina ya realizó su viaje de redención, desde una moralidad dudosa, radicada en el adoctrinamiento a manos de Stick, hasta su muerte a manos de Nobu en cierto tejado. Desde ahí, su resurección era algo cantado, sobre todo ateniéndonos a las últimas secuencias de la temporada, en la que veíamos su cuerpo introducido dentro de una tinaja por La Mano. Esto nos daba a entender que, de alguna manera, el grupo acabaría por lavar el cerebro a la guerrera o a obligarla a trabajar para ello. 

Y todo hasta ahí, más o menos bien. Al comenzar The Defenders lo que se nos propone es que Elektra es resucitada como un zombie, sin memorias de su pasado, y fiel y devota a la causa de La Mano. Luego, a medida que avanza la serie, comienza a experimentar un despertar de memorias y, aparentemente, a cuestionarse su identidad y sus objetivos. Y cuando esto parece que se va a hacer efectivo, nos llevamos una poco grata sorpresa.

Casi al final, Elektra sufre un radical cambio de lealtades y asesina a su jefa, Alexandra Reid (Sigourney Weaver), quien había ejercido de madre supletoria tras su resurrección. Y en lugar de pasar por el cuchillo al resto del alto mando de la organización, la solución más lógica, opta por tomar el liderato del grupo, siguiendo con los planes previstos. Unos planes que, por cierto, pasan por hundir Nueva York en una chapucera operación minera para conseguir unos huesos de dragón que sustentan los cimientos de la ciudad. Vamos, que pasa de la redención a manos de su amor verdadero a ser una psicópata nihilista de categoría.

Cierto es que Elektra no era ninguna santa, como vimos en Daredevil, y que Iron Fist en su serie enfatiza la idea de que el suero resucitador de La Mano tienda a chalar aún más a la gente, despertando instintos bastante primitivos y neuróticos en los sujetos resucitados. Pero aún así el giro de esta Elektra a la que todo le da igual falla.

Al mover al personaje de mera marioneta a cabecilla y antagonista principal de forma tan abrupta se realizan una serie de sacrificios que matan el argumento. Empezando porque lamina completamente al personaje de Sigourney Weaver y eclipsa la importancia del resto de líderes del clan criminal, y terminando porque reducen su escena final a un juego sexual morboso con Matt Murdock. 

Como digo, la cosa chirría. Posiblemente, al final se deba a que en contra de lo que venía acusándose en las otras series, The Defenders hubiera necesitado posiblemente un capítulo más para poder desarrollar plenamente el discurso de Elektra y su tránsito de agente dócil de La Mano a su nueva jefa de facto. 

Aún así, también hay que tener en cuenta que la serie se mueve por una enorme dependencia argumental. Sobre todo debido a que sus pilares centrales son Iron Fist y Daredevil (si quitan a Jessica Jones y a Luke Cage, desgraciadamente, la serie cambiaría poco, perdiendo si acaso a sus dos personajes más carismáticos). Que su showrunner sea también uno de los productores de Daredevil debería también darnos la pista acerca de cómo The Defenders ha pretendido ser una "medio temporada" de Daredevil, a la vez que la conclusión de la temporada 1 de Iron Fist. De ahí que, seguramente, tengamos más de Elektra en el futuro y ahí sea donde se desarrolle más como personaje. Ahora bien, si lo hará como villana o como aliada es algo que aun habrá que ver. 

Por otro lado, y en honor a la verdad, concluyo diciendo que Élodie Yung trabaja bien y es una buena encarnación del personaje. ¡Más aún, llega a hacerlo suyo, aunque el texto no acompañe!  Además, debemos reconocer a los productores el mérito de pequeños guiños al cómic como la presencia de los sais o el traje rojo completo de Elektra. Pero más allá de estas acertadas decisiones estéticas, hay mucho que pulir para que esta antiheroína vuelva a funcionar en series. Una lástima, teniendo en cuenta que se trata de uno de los personajes de culto más importantes de Marvel Comics, cuyo tratamiento merece un trabajo mucho más cuidado. 

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